El pequeño Nicolás se revuelve

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZ

GALICIA

El falso amigo del rey, cuyas correrías salieron a la luz tras visitar Ribadeo, trata de comprometer al Gobierno con sus primeras declaraciones

23 nov 2014 . Actualizado a las 10:50 h.

El pequeño Nicolás, el falso amigo del rey cuyo principio del fin se gestó en una esperpéntica visita a Ribadeo, ha salido del búnker en el que se mantenía oculto desde su detención el 14 de octubre acusado de estafa, falsedad documental y usurpación de identidad. En libertad con cargos, oculto y pendiente de juicio, durante este tiempo se especuló sobre supuestas ofertas millonarias de diferentes medios de comunicación para conseguir la exclusiva. Ayer, Francisco Nicolás Gómez Iglesias abrió la veda con una entrevista en El Mundo y unas manifestaciones en el programa de Tele 5 Un tiempo nuevo: «No me van a callar», toda una declaración de intenciones que augura cuerda para rato.

Nicolás ha salido de su escondite tratando de poner en apuros al Gobierno, porque si nos atenemos a sus manifestaciones le llamaba don Juan Carlos, viajaba con la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, colaboró con el Centro Nacional de Inteligencia y si el proceso judicial contra la infanta Cristina sigue adelante es porque fue detenido frustrando un acuerdo que tenía casi cerrado con Manos Limpias para que retiraran la denuncia.

Genio o impostor

Todo eso en un chaval de 20 años, un genio o un impostor que se ajusta como un guante al perfil que apreció el forense: «Se observa en el detenido una florida ideación delirante de tipo megalomaníaco». Porque Nicolás se reconoce el personaje mediático del momento y se molesta cuando lo comparan con Pablo Iglesias, el líder de Podemos; asegura que están fabricando pruebas contra él; si lo detuvieron fue porque sabe demasiado; tenía contactos y recibía encargos del Gobierno y la Zarzuela, y en sus manos depositaron ni más ni menos que la misión de desarticular la consulta catalana del 9-N.

Dice que nunca usurpó cargos, ni cobró por sus trabajos, ni falseó documentos públicos, y si llegó a Ribadeo como un supuesto enlace entre el Gobierno y la Casa Real con una legión de guardias de seguridad en tres vehículos de alta gama para reunirse con un empresario asturiano, fue porque «todo se ha hecho por alguna razón». Nicolás se guarda ases en la manga y se garantiza titulares.

Fue en esa visita a Ribadeo, el 14 de agosto, cuando inició su caída. De la crónica de La Voz de Galicia, Al final no era el rey Juan Carlos quien estaba en Ribadeo, se hicieron eco medios de todo el país. Al día siguiente, Francisco Nicolás ejerció toda su influencia para que su nombre fuese retirado. Argumentaba con vehemencia que era una cuestión de seguridad nacional, pero lo cierto era que por primera vez había constancia de su participación en un episodio turbio. Con todo, sí logró que la información la retirasen una cadena de televisión nacional y un diario que se edita en Madrid, pero La Voz la mantuvo y de hecho puede consultarse hoy en día en Internet.