La Xunta suprimirá por decreto un tercio de sus órganos colegiados

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Presidencia inicia también las auditorías internas que le permitirán dejar en 85 el número de «chiringuitos» de la Administración paralela gallega

23 nov 2014 . Actualizado a las 12:17 h.

Consejos asesores por doquier, observatorios de esto y aquello, comités varios, comisiones para casi todo... Se llaman órganos colegiados. Y de esos, promovidos por la Xunta, hay una barbaridad: unos 250, según datos oficiales. Hasta el momento, el Gobierno autónomo, centrado en el adelgazamiento del tronco burocrático, no les había metido mano. Pero acaba de decidir que este otoño ya toca podar también las ramas del árbol. De hecho, la Consellería de Presidencia está preparando un decreto que supondrá la desaparición de un plumazo de aproximadamente un tercio de dichas entidades. Al mismo tiempo, el departamento de Alfonso Rueda madura el «inminente» lanzamiento de la tercera y última fase del plan de racionalización de la Administración paralela.

Encargado por el vicepresidente a su secretaría general, el texto normativo se encuentra en fase de redacción. De ahí que el Ejecutivo eluda por ahora cifrar exactamente el número de órganos colegiados que tienen los días contados, si bien avanza que la cofradía de los sacrificados rondará los 80 penitentes. «Moitos de eles levan creados dende hai 20 anos, sen constar nin a súa derrogación expresa nin que teñan actividade cotiá. Faise necesario cambiar o mapa», justifica la purga una fuente gubernamental.

Esgrimiendo razones similares a las anteriores, el equipo de Rueda tampoco detalla cuáles se extinguirán, más allá de señalar a algunos cuyo fin parece caer de cajón. Por ejemplo, una comisión «claramente obsoleta» para analizar alternativas al servicio militar. U otras dos que se ocupan de valorar, respectivamente, temas relacionados con la etnografía y la arqueología, cuando existe otra más reciente, de patrimonio histórico, con iguales competencias. O hasta seis consejos asesores en materia sanitaria cuyas atribuciones se solapan con uno global constituido por el Sergas en el 2013.

Mientras elabora el decreto que se llevará por delante estos y otras decenas de grupos de trabajo similares, la Xunta ha comenzado las auditorías internas para emprender la ola final de cierres en los llamados chiringuitos, que son fundaciones, consorcios, sociedades mercantiles, agencias, institutos y centros con personalidad jurídica propia, entre otros. ¿El objetivo? Cuando concluya el proceso en ciernes, sumado al efecto de los dos anteriores, dejar en 85 los organismos autonómicos, introducir medidas de eficiencia en todos los no suprimidos, amortizar más de 700 puestos de trabajo y, a partir de entonces, generar para las arcas públicas un ahorro de 57,8 millones cada año. Eso será, promete el Gobierno, entre finales del 2015 y principios del 2016.

420 ajustes y 380 pendientes

En la actualidad, la primera fase del adelgazamiento de la estructura burocrática se encuentra ejecutada al 100 % y la segunda al 70, con lo cual la dimensión del entramado de chiringuitos ha quedado reducida a niveles muy inferiores a los del final de la era Fraga: 95, frente a los 127 que había en funcionamiento en el 2003 y los 158 operativos en el 2009. Al mismo tiempo, han desaparecido ya 650 empleos. Además, en los entes no eliminados se han introducido 420 ajustes para dejar de gastar en alquileres inmobiliarios, material improductivo, suministros, duplicidades, contrataciones externas y similares.

En la última etapa de esta carrera, la Xunta activará otras 380 medidas de control en una veintena de departamentos, prescindirá de 60 nóminas y formalizará una decena de extinciones. Entre otros, se cargará Galioil S.?A., la Fundación Galega de Formación para o Traballo y la Axencia para a Xestión Integrada, Calidade e Avaliación da Formación Profesional. También fusionará el Instituto Galego de Consumo con el Consello da Competencia.