Indigencia moral y mendigos «trendy»

GALICIA

21 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

campo de batalla

Está la indigencia, la pobreza, la de aquellas personas que no tienen ni para pagarse un café, mucho menos para comprarse un jersey o un abrigo, los vemos a diario en nuestras calles y en los cajeros, y la indigencia moral, la pobreza de espíritu, siempre a cubierto. De las dos tenemos noticia estos días en Galicia con el alucinante caso de las prendas de ropa falsificadas de Vigo. El fiscal pretendía que fueran donadas a una entidad benéfica para dar abrigo a excluidos sociales, pero se encontró con la oposición frontal de tres grandes marcas (una americana y dos alemanas), que prefieren que todas las prendas sean incineradas. Podríamos caer en la tentación de pensar que lo que no quieren es encontrarse por las calles con mendigos trendy, o sea, pobres de pedir vistiendo pantalones y jerséis a la moda, pero no debemos ser tan desconfiados, ¿no? En todo caso, el fiscal propuso una solución para evitar identificar a los señores y señoras pobres con tal o cual marca, borrando los logotipos, aunque esta solución tampoco les convence. En auxilio de las multinacionales salió la Asociación Nacional de Defensa de la Marca, que cree que si las prendas se donan a entidades benéficas acabarán en manos de nuevo de las mafias de la falsificación... Esta historia de las prendas falsas, y las penosas justificaciones de las marcas y de sus representantes, nos recuerda que hay fiscales con buenas intenciones, grandes marcas cuyo tamaño es inversamente proporcional a su grado de humanidad y entidades benéficas que se desviven por intentar hacer que la pobre vida de los pobres sea menos pobre. Y, sobre todo, que existen ellos, los indigentes, tan invisibles a pesar de ser tan numerosos, tan necesitados de auxilio como necesitada está la sociedad de preguntarse por qué hemos llegado a aceptar que miles de personas vivan en la indigencia; y por qué seguimos tolerando esta otra indigencia, la peor de todas: la indigencia moral.