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Carlos Pita DELEGADO DEL COAG EN A CORUÑA

GALICIA

16 mar 2015 . Actualizado a las 13:46 h.

Allá por los 60 del siglo XX Alison y Peter Smithson desarrollaron la estrategia del as found. Tal como lo encontramos sería su libre traducción. Buscaban preservar al máximo las cualidades específicas de las

preexistencias realzándolas con sencillos añadidos y ligeras modificaciones. Esto permitía que lo original y lo nuevo extrajesen su identidad cada uno de la presencia del otro. Rehabilitar es por tanto un entendimiento de la convivencia de estratificaciones históricas y nuevas arquitecturas sin utilizar jerarquías a priori, confiriendo a cada marca del pasado como del presente autonomía, autenticidad y autoridad. Asumiendo la compleja relación con el tiempo que tiene la forma construida, esta no puede insistir en un momento concreto de su tiempo histórico, sino que debe tratar de instalarse en él. Habitar significa moverse entre el tiempo de un lugar, por lo que toda arquitectura es siempre contemporánea, independientemente de su partida de nacimiento estilística. Lo nuevo y lo viejo conviven en un mismo espacio y tiempo para configurar una realidad construida conceptualmente sólida, dando cobijo a nuevos modos de habitar plenamente contemporáneos.

Este concepto de tiempo arquitectónico debería regir las tan necesarias acciones de rehabilitación de los cascos históricos de nuestras aldeas,

villas y ciudades. Una rehabilitación que deberá ir acompañada de intenso apoyo público que se traduzca ya sea en inversión directa de fondos, como el de retomar y acrecentar las iniciativas de acciones directas, como ofertar vivienda pública, así como exenciones fiscales, subvenciones y demás acciones indirectas que aseguren una consolidación de nuestro patrimonio a

la par que una mejor calidad de vida. Extraer todas las posibilidades espaciales que tan generosamente nos ofrecen las preexistencias, es decir, toda esa cantidad de inmuebles que están pidiendo una nueva oportunidad para ser revividos, es el reto que debemos recoger tanto arquitectos como futuros habitantes porque no sabemos qué buenas sorpresas nos deparará el pasado.