Paula Prado: «Rematan meses de insidias e inxurias sobre min»

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

XOÁN A. SOLER

El tercer gran revés que encaja la jueza Pilar de Lara en apenas 150 días es la primera alegría que la vida pública brinda a a la diputada popular en casi dos años

26 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La forzosa marcha atrás en la imputación errónea del alcalde de Ferrol, el carpetazo en el Supremo al expediente contra José Manuel Barreiro y ahora esto en el Superior de Xustiza. El tercer gran revés que encaja la jueza Pilar de Lara en apenas 150 días es la primera alegría que la vida pública brinda a Paula Prado en casi dos años. Por eso ayer, cuando supo que el TSXG archivará probablemente la causa abierta contra ella, la diputada se emocionó tanto que casi llora. «Rematan aquí meses de insidias e de inxurias sobre a miña persoa», manifestó ante la prensa en los pasillos del Parlamento gallego. Minutos antes, mano en pecho, había escenificado su alegría desde la tribuna del hemiciclo, aprovechando el micro de un debate que para nada iba de lo suyo, sino sobre el sistema autonómico de bomberos.

El calvario de la popular arrancó en julio del 2013, cuando la instructora de la operación Pokémon le tomó declaración durante cuatro horas. Acudió a los juzgados de Lugo en calidad de testigo, una condición que la magistrada, ya a principios de septiembre del 2014, solicitó al TSXG que cambiase por la de aforada bajo investigación, una demanda a la que el alto tribunal accedería pocos días después.

Lo peor para Prado, no obstante, había transcurrido entre medias, desde el verano del 2013 hasta el del 2014. Ocurrió en esas fechas lo que ella denomina «o xuízo mediático sen precedentes que sufrín». Enchufes, facturas infladas, tráfico de influencias... Todas las sospechas volcadas por De Lara en diversos escritos, ahora refutadas, ocupaban entonces decenas de páginas en los periódicos y horas de radio.

La situación incluso tornó en surrealista. La diputada, en aquella época portavoz del PPdeG, llegó a encadenar tres meses sin convocar una sola comparecencia abierta a preguntas de los medios. Era inútil intentar transmitir con nitidez un mensaje de partido con el ruido de la corrupción tan a su alrededor. Así que su cántaro aguantó hasta que una mañana de junio del 2014 acabó hecho añicos contra la fuente de la dimisión. Tiró la toalla.

Pero ni siquiera abandonar ese cargo de número tres de los de la gaviota le sirvió para anular la presión sobre ella. Durante semanas, mientras los focos de la actualidad brillaron, la oposición continuó exigiendo a Prado que dejase, igualmente, su escaño en O Hórreo, a lo cual se negó. Ayer, sin embargo, optó por no ajustar cuentas con AGE, BNG y PSOE. «Non lle gardo rancor a ninguén. Tan só sinto os malos tragos que pasou a miña familia; sobre todo, os meus nenos, que tiveron que ver titulares moi desagradables sobre súa nai», aseveró.

Se confesó también «moi satisfeita», «moi alegre». Y recurrió a un clásico para estas ocasiones. «Hoxe -proclamó- fíxose xustiza». Además, agradeció al PP lo «moi arroupada» que la ha tenido. Especialmente, a Feijoo, Rueda, Negreira y Puy, su póker de apoyos. Era buena mano.