La «naranja» prorroga el monopolio del PP en el centro-derecha

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

18 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La mayor fortaleza que tuvo el PP en Galicia desde el hundimiento del centrismo de la UCD y de Coalición Galega es que logró mantenerse no solo como la fuerza hegemónica en el espacio del centro-derecha, sino casi como la única. Es cierto que la concurrencia de Ciudadanos en unos comicios podría atraer hacia las filas del partido naranja a electores desencantados con el PP, cuyo apoyo sería recuperable después mediante pactos poselectorales, pero de ahí a intentar retener a los votantes creándole puentes de plata para que se marchen hay un largo trecho.

Al PP no le conviene la competencia del partido que dirige Albert Rivera, del mismo modo que al PSOE le resulta muy lesiva la de Podemos. La fragmentación del voto en el mismo espacio político no suma casi nunca, que si lo digan sino al BNG, que en el 2011 fue defenestrado conjuntamente con el PSOE del gobierno local de Santiago por una decena de votos, y no tanto por los méritos de Conde Roa, sino por obra y gracia de la Candidatura do Povo, que echó su red en el caladero nacionalista sumando 602 votos, muy pocos para obtener un concejal, pero los suficientes para triturar al Bloque y finiquitar el gobierno municipal de Sánchez Bugallo.

Con la misma, la concurrencia de C?s perjudicaría de partida al PP en A Coruña, por mucho que su llegada al Concello le brindara a Carlos Negreira alguna posibilidad de pacto. Lo mejor en estos casos es la competencia inexistente. Así que la incomparecencia del partido naranja en la capital herculina, e incluso en Ferrol, a lo que contribuye es a prorrogar el monopolio del que lleva disfrutando el PP gallego en la centro-derecha desde hace más de dos décadas.

Y lo anterior cobra aún más importancia cuando se cambian las luces cortas por las largas y se mira hacia el conjunto de la provincia. Todo voto que hubiese ido a C?s en A Coruña, Ourense, Ferrol o Santiago sería un voto que dejaría de contar para que el PP pudiera revalidar la Diputación. Es más, la incomparecencia de Ciudadanos favorece tanto al PP que parece inducida por ellos. Pero no es el caso. En el fondo, a C?s le ocurre lo que a Podemos, que son partidos nuevos, sin estructura territorial ni garantías para presentar listas en muchas localidades. Podemos lo resolvió por decreto no concurriendo con su propia marca en ningún sitio. Y C?s lo está resolviendo por parroquias, viendo cada caso.