El desacato de Mas siempre tiene premio

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

Mientras el foco público se centra en la independencia, el Gobierno beneficia financieramente a Cataluña de manera sistemática pese a su reiterada desobediencia a las exigencias fiscales

03 ago 2015 . Actualizado a las 07:56 h.

Artur Mas convocará hoy las elecciones autonómicas catalanas. Y, de inmediato, se incrementará la escalada de desplantes y desafíos a la legalidad por parte de la Generalitat, que el Gobierno contestará con solemnes defensas de la unidad de España y advertencias de que hará cumplir la ley. Y, en efecto, el propio Mas sabe que no habrá independencia. Pero también que, vulnere las leyes que vulnere, no le ocurrirá nada. Al contrario, todo acabará en premio para Cataluña. Y lo sabe porque es lo que viene sucediendo desde hace mucho tiempo. Mientras Mas y Rajoy mantienen el foco mediático sobre la independencia, por debajo y de tapadillo se vulnera cada día el principio de igualdad de todos los españoles y se beneficia económicamente a Cataluña a costa del resto de comunidades con la aquiescencia del Gobierno, y también del PSOE.

La semana pasada tuvimos un ejemplo palmario. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, convocó el miércoles a todas las comunidades para comunicarles que en el 2016 todas tendrán que ajustarse a un tope de déficit del 0,3 % del PIB. Ya de entrada es injusto imponer el mismo límite a las que cumplieron con el límite fijado en el 2014 que a las que lo rebasaron. Cataluña, en concreto, lo duplicó holgadamente. Y en 2015 tampoco cumplirá. Pero es que lo primero que dijo el consejero catalán Andreu Mas-Colell en su cita con Montoro es que, diga lo que diga el Gobierno y hagan lo que hagan las otras autonomías, Cataluña no se ajustará al 0,3 % en 2016. «No estamos dispuestos a cortar ni un euro de nuestros gastos», afirmó, por si no quedaba claro.

Uno pensaría que, con semejante proclama, Montoro congelaría cualquier nueva aportación de fondos a la Generalitat hasta que no garantice que cumplirá las normas que rigen para todas las comunidades. Entre otras cosas, porque eso es lo que ha defendido Rajoy sobre Grecia en Europa. Hasta que no se comprometa a cumplir, no hay ayudas. Pero, lejos de eso, Mas-Colell salió el miércoles del consejo llevándose el 25 % de toda la financiación suplementaria que el Gobierno aportará a las comunidades en el 2016. De 7.455 millones de euros, Cataluña se queda 1.861. A Galicia, que sí cumplió en el 2014, le toca un rácano 5,3 %. Y lo más grave es que, como vienen las elecciones catalanas, ninguna comunidad, ni del PP ni del PSOE, protestó por ello. A Mas-Colell le ha bastado presentar luego un papel que dice que Cataluña cumplirá, aunque él mismo asegura que no lo hará.

La Voz de Galicia le preguntó a Rajoy por qué se premia a Cataluña pese a que anuncie por adelantado que tampoco este año va a cumplir. Y su contestación fue que, aunque existen «instrumentos» en la ley para forzar a la Generalitat a cumplir sus obligaciones fiscales, la respuesta del Gobierno será «prudente». Es decir, que no se hará lo que marca la ley de estabilidad, que es sancionar e incluso intervenir a las comunidades que incurran de manera contumaz en desobediencia fiscal. El mensaje final es que incumplir la ley y desafiar al Estado no solo sale gratis, sino que tiene premio. Y claro, a nadie debería extrañarle que de aquellos polvos financieros lleguen luego estos lodos independentistas.

Rajoy deja claro con Wert que a él no le controla nadie

Dice la fábula que un escorpión le pide a una rana que le ayude a cruzar el río. La rana accede, pero en mitad del trayecto el escorpión pica a la rana. «¿Por qué lo has hecho? Ahora moriremos los dos», pregunta la rana agonizante. «No he tenido elección, es mi naturaleza», contesta el escorpión. Mariano Rajoy tenía pensado premiar al exministro Wert nombrándolo embajador en la OCDE con sueldo de oro en París. Todos sus asesores y ministros le advirtieron de que hacerlo sería un suicidio político. Rajoy aplazó el nombramiento y todos respiraron aliviados. Pero acabó premiando a Wert. No tuvo elección. Está en su naturaleza hacer siempre lo que él decida, digan lo que digan los demás.

La comunicación mejora en Génova, pero no en Moncloa

No le está resultando fácil al Gobierno adaptarse a los cambios impuestos por Rajoy en la política de comunicación. Los elogios en Génova son unánimes hacia la figura de Pablo Casado, que ha sabido modernizar no solo el discurso, sino también las formas con las que el partido se relaciona con los medios y la opinión pública. Pero no ocurre lo mismo en Moncloa. Aunque el propio Rajoy ha multiplicado su antaño escasa presencia pública y ha normalizado su relación con la prensa, olvidándose de amiguismos y favoritismos, algunos ministros se resisten a esa democratización de la comunicación y siguen manejando sus gabinetes de prensa, como sucede en Fomento, como un cortijo propio con el que premiar fidelidades.

Besteiro reta a sus críticos anónimos a que den la cara

José Ramón Gómez Besteiro está indignado, probablemente con razón, con todos aquellos dirigentes socialistas que en Galicia y en Madrid trabajan en su contra y aseguran en privado que tiene casi imposible seguir como líder del PSdeG estando imputado por cuatro delitos. Acusa Besteiro a sus críticos anónimos de ser cobardes y de no dar la cara. Y recuerda, también con razón, que él tiene el respaldo público de las ejecutivas del PSdeG y del PSOE. Besteiro tiene derecho, como todos, a que se respete su presunción de inocencia. Y la sorprendente decisión de la jueza De Lara de aplazar su declaración no va a ayudar precisamente a paliar su situación de indefensión en un caso que data de hace más de diez años.