Pablo Iglesias y el sudoku para concederle la mayoría de edad a Galicia

Domingos Sampedro
D. Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Podemos ha empezado a modular su discurso y ahora abre la mano a que la candidatura que avale en Galicia se pueda construir como grupo propio en el Congreso

27 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Podemos ha empezado a modular su discurso y, a diferencia de lo que dijeron sus dirigentes en días pasados, ahora abre la mano a que la candidatura que avale en Galicia se pueda constituir como un grupo propio en el Congreso. Es un giro lógico, pautado. Es lo que tocaba hacer. Porque los de Pablo Iglesias no tienen demasiadas opciones: o aceptan concurrir en este cornecho bajo la fórmula de coalición instrumental, facilitando que después los diputados electos puedan formar un grupo separado, o sus potenciales socios gallegos, especialmente Anova, con Xosé Manuel Beiras a la cabeza, quedarán con el discurso roto y abandonados a los pies de los caballos.

La política de alianzas de las generales se está convirtiendo para Podemos en un auténtico sudoku, donde cuesta encajar las piezas. Cuesta encajar a Izquierda Unida, aliada en Cataluña y con toda seguridad en Galicia, pero que mantiene perfil propio en Extremadura o Andalucía. Y cuesta empastar con el nacionalismo: Compromís, en Valencia; Més, en Baleares; Anova, en Galicia.

En el caso de Compromís, la posición de fuerza lograda en las autonómicas de mayo, donde quedaron muy por delante del partido de Pablo Iglesias, le da margen para decidir cómo ha de ser la alianza. Los valencianistas exigen lista con personalidad propia y grupo parlamentario autónomo. Y lo tendrán, porque en su estrategia de «tomar el centro por la periferia», a Podemos no le queda otra que aceptarlo.

¿Y se le puede conceder esa mayoría de edad a Valencia, pero no a Galicia? Poder claro que pueden, pero sería un suicidio, pues difícilmente los beiristas que conviven en Anova podrían tragar con esta fórmula.

Por tanto, el relato lógico es que Podemos abra la mano al grupo gallego. Porque al final ese grupo necesitará alguien con quien bailar en la carrera de San Jerónimo, y ahí entrarían los de Pablo Iglesias. Más sustancial es saber si Podemos sacrificará su nombre en favor de la unidad. Para que la unidad pueda construirse realmente de abajo arriba y no la tutele una cúpula.