Objetos cotidianos convertidos en materia elemental de investigación

J. C. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Tras los testimonios de los dos acusados, las pruebas físicas cobrarán importancia en el juicio

04 oct 2015 . Actualizado a las 22:56 h.

Los medicamentos

Una farmacia doméstica. Son importantes los que están, los numerosos que se encontraron en la casa de Rosario Porto, que cubrían distintas afecciones, pero sobre todo son determinantes los que no están. Alfonso Basterra admite que compró 125 comprimidos de Orfidal en las semanas previas al crimen de Asunta. Él o ella, no quedó determinado, habrían perdido una caja de 50. Porto consumía por esas fechas dos al día.

Las cuerdas

Atando lugares. Las cuerdas naranjas que aparecieron junto al cadáver de Asunta y la bobina que estaba en la casa de Teo podrían atar los dos escenarios. La opinión de los peritos será clave, aunque el fiscal ya ha conseguido mostrárselas al jurado, para malestar de la defensa.

Fotografías

Teléfonos y ordenador. La inspección de los aparatos tecnológicos de los acusados y la niña durante la instrucción orientó el caso hacia nuevas dimensiones. Los contenidos de algunas fotografías de los móviles ya han salido en los interrogatorios, algunas causando dolor en los progenitores. Las peripecias del ordenador de Basterra, que según él nunca se movió de su lugar, también tendrán protagonismo.

La cocina

Pucheros. Los alimentos que Basterra cocinó la tarde del sábado o el material de cocina que pudo utilizar (un mortero) han generado preguntas de las defensas y de la fiscalía.

El coche

Las alfombrillas. Realmente, pueden ser importantes, pero no están físicamente ni aparecerán. La investigación sostiene que podrían contener restos de vómito de la niña y que en la tapicería del suelo sí aparecen.