Crisis en el bipartito provincial de Lugo al vetar el BNG a tres imputados del PSOE

Enrique Gómez Souto
Enrique G. Souto LUGO / LA VOZ

GALICIA

LOS TRES IMPUTADOS. Lino Rodríguez, de Pol, está imputado por amenazas y se investigan otros presuntos delitos; María Loureiro (Viveiro), en relación a un presunto delito en el campo del urbanismo, y Manuel Martínez, de Becerreá, está imputado por una obra de la Diputación en Portomarín
LOS TRES IMPUTADOS. Lino Rodríguez, de Pol, está imputado por amenazas y se investigan otros presuntos delitos; María Loureiro (Viveiro), en relación a un presunto delito en el campo del urbanismo, y Manuel Martínez, de Becerreá, está imputado por una obra de la Diputación en Portomarín

Solo un día después de la moción, Vence echa un pulso a Darío Campos, que sostiene que los 11 diputados socialistas tendrán responsabilidades de gobierno

10 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hacía veinticuatro horas que socialistas y nacionalistas habían recuperado, mediante moción de censura, el control de la Diputación de Lugo cuando el portavoz nacionalista, Xavier Vence, ante insistentes preguntas de los periodistas, reconoció ayer que una de las condiciones del BNG para formar el gobierno provincial es que no haya en él diputados imputados. Así dejó fuera de un plumazo a los alcaldes de Becerreá, Manuel Martínez; Viveiro, María Loureiro, y Pol, Lino Rodríguez. El presidente de la Diputación, Darío Campos, cogido por sorpresa por las declaraciones de Vence, aseguró, tras conocerlas, que todos los diputados socialistas (11) tendrán responsabilidades de gobierno. La primera crisis en el pacto PSOE-BNG arrancó ayer mismo en Lugo.

Xavier Vence se desplazó ayer a Lugo para participar en la ya tradicional pulpada con los afiliados del Bloque en Lugo y su comarca. Junto con los dos diputados provinciales, Antonio Veiga y Xosé Ferreiro, ofreció una rueda de prensa delante de la casa consistorial de la capital lucense. Dijo todo lo que es de rigor en el día después de un éxito político como es la recuperación del poder en una institución como la Diputación. Recordó que el BNG aboga por la desaparición de estas instituciones, y señaló que mientras existan quieren que presten el mejor servicio posible. Y entonces llegaron las preguntas sobre si el BNG, que no aceptó a Manuel Martínez como presidente porque está imputado, lo aceptaría, en tal condición, como miembro del gobierno. En esa misma situación están María Loureiro y Lino Rodríguez.

Vence respondió que el BNG quiere «un goberno novo» y volvió sobre los habituales lugares comunes en las declaraciones propias de un político que quiere evitar el fondo del asunto. Pero los periodistas insistieron una y otra vez, y entonces Vence dijo que el «equipo novo» tiene que reunir, entre otros, «os requisitos éticos das organizacións que forman parte do pacto». Y se le preguntó si uno de esos requisitos es que sobre los miembros del gobierno no pesen imputaciones judiciales. «É obvio que ese é un dos requisitos establecidos dende o primeiro momento», declaró Vence.

El portavoz nacionalista estaba escoltado en ese momento por los dos diputados del Bloque Nacionalista. Antonio Veiga parecía tragar saliva al escuchar las declaraciones de Vence. En la jornada anterior, concluido el pleno de la moción de censura, dos informadores intentaron, sin éxito, de modo insistente que aclarase lo que ayer aclaró el portavoz nacional. Veiga se limitaba a repetir que se había cumplido una primera fase y que ahora comenzaba la segunda, que era la correspondiente a la formación del gobierno.

Reacción en la presidencia

Minutos después, el flamante presidente de la Diputación, el socialista Darío Campos, señaló:«Iso sairía agora, porque o acordo está máis ou menos cerrado e non sei a qué ven agora esa comunicación». Sostuvo que todos los diputados del PSOE tendrán responsabilidades de gobierno. Y de Manuel Martínez dijo que es«unha persoa con moita experiencia», que mantienen una buena relación y que contará como uno más.

Nombramiento cuestionable

El presidente de la Diputación, Darío Campos, nombró ya vicepresidente al nacionalista Antonio Veiga. De hecho, en una convocatoria de rueda de prensa conjunta, a la que no asistió Veiga, ya se le denomina vicepresidente. De ser así, el nombramiento incurre en el mismo defecto que los socialistas atribuyeron a la anterior presidenta, Elena Candia (PP), y por el que presentaron un recurso contra la formación de su gobierno. El PSOE alegó que la normativa legal establece que los vicepresidentes tienen que ser nombrados por el presidente de entre los diputados que forman parte de la junta de gobierno. Y este órgano aún no se constituyó.