Doscientos euros por cruzar en rojo

Marcos Gago Otero
marcos gago VILABOA / LA VOZ

GALICIA

RAMON LEIRO

La Guardia Civil multa a un vecino del municipio pontevedrés de Vilaboa por atravesar la calzada sin pulsar el botón para peatones del semáforo de esa carretera

02 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Una norma básica de educación vial: mirar a los dos lados antes de cruzar una calle. Otra norma sencilla: no atravesar la calzada con un semáforo en rojo. Parece fácil, pero si se aplica la Ley a la rajatabla, ¿quién no ha cruzado alguna vez sin esperar a que se encienda la luz verde si no hay coches a la vista? Muy pocos. Desobedecer la segunda regla citada le costó a un vecino del municipio pontevedrés de Vilaboa una multa de doscientos euros, aunque finalmente como pagó antes de cumplirse el plazo estipulado se benefició del descuento legal y el desembolso se quedó solo en cien.

Ocurrió este mes en la recta de la carretera N-554 a su paso por el lugar de Riomaior, en Santa Cristina. No había coches a la vista, pero sí dos motos de la Guardia Civil y los agentes, que vieron como el hombre cruzaba sin pulsar el botón del semáforo, multaron al infractor, una multa que ha dado mucho que hablar entre los vecinos de la zona en estos días.

El protagonista de esta historia prefiere guardar el anonimato. Explicó que todo fue muy sencillo. A él, como a otros, la multa le parece exagerada. «É unha recta moi longa e o paso de peóns está na metade, eu mirei para arriba e para abaixo, e como non viña coche ningún atravesei a estrada», explica. El afectado sostiene que no tenía mala intención al hacerlo y que en ningún momento supuso peligro ni para él, ni para los conductores.

«Eu non o fixen por malicia, porque se pulso o botón teño que esperar a que se poña en verde, e logo cruzar, e os coches fan cola esperando», añade. Precisamente para evitar esta incomodidad a los conductores y porque no había ninguno cerca, hizo lo que hizo. «Eu crucei rápido, porque podo, se fose cunha persoa maior que non pode andar moito, ou non puidera eu mesmo, entón non o faría», apunta.

Por eso cree que lo que le pasó es «inxusto» y que hubiese sido suficiente con una medida menos expeditiva. «Podía chamarme a atención, sería suficiente», precisa.

Sin embargo, los argumentos del afectado no fueron convincentes para el agente de la Guardia Civil, que con otro compañero estaba aparcado con su moto en la vía vigilando el paso del tráfico. El vecino señala que cuando se intentó justificar, el guarda le replicó: «Díxome que nos estabamos mal acostumados porque nos manifestábamos para que nos puxeran pasos de peóns, e logo facíamos o que non era correcto, eu lle dixen que non sabía nada de manifestacións, pero non lle valeu», recalca el vecino.

«Abriu o libro, empezou a escribir, deume un tique como do supermercado e alí estaba a multa, douscentos euros», puntualiza. El agente también le dijo que podía aprovechar el descuento de la mitad de la multa si pagaba antes del final de mes y así lo hizo el sancionado.

El caso se ha convertido uno de los temas favoritos de conversación en Vilaboa.

Sanciones por adelantar a un perro o por girar la cabeza al conducir

Las multas de tráfico suelen ser objeto de polémica, sobre todo si la causa del castigo es curiosa, poco frecuente. El pasado enero a un vecino de Noalla (Sanxenxo) le impusieron una multa de 200 euros porque cuando adelantó a un perro asilvestrado en la PO-550 no guardó la distancia suficiente de separación con respecto al animal. En aquella ocasión, el vecino también pagó la sanción antes de que venciese el plazo voluntario y se benefició del descuento. Por otra parte, en Poio, la Policía Local impuso 13 multas durante la Semana Santa del 2014 contra conductores que giraron la cabeza más de 45 grados cuando estaban al volante. También en Poio se sancionó a un coche de la Policía Nacional cuando realizaba un seguimiento a un sospechoso.