La mujer que denunció a Baltar afirma que él tomó la iniciativa de ofrecerle el puesto de trabajo

La Voz OURENSE

GALICIA

Brais Lorenzo | EFE

Recurre el auto de la jueza para pedir que se añada el delito de acoso sexual, al ser Baltar su jefe en el PP

06 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La mujer que denunció al presidente de la Diputación de Ourense, José Manuel Baltar, atribuyéndole la oferta de un puesto de trabajo a cambio de una cita en un hotel, insiste en la vertiente sexual del caso. Lo hace en el recurso al auto del juzgado que la cita a ella y al propio Baltar como investigados por cohecho y tráfico de influencias. Pide que se la deje fuera a ella en esos dos delitos, que se mantenga la situación de Baltar y se añada el acoso.

La jueza había descartado la vertiente sexual, «sin perjuicio de ulterior comprobación», al no apreciar entre ambos una relación laboral, docente o de prestación de servicios. La denunciante, sin embargo, recuerda que aquella situación se produjo cuando ella prestaba asistencia y servicios en una oficina del PP. Baltar Blanco, recuerda, era «su jefe y de quien dependía para todas las actividades». En ese ámbito, «que evidentemente es de dependencia [...] fue el señor Baltar quien tomó la iniciativa de acercamiento e interés por la situación de la denunciante» y lo hizo «valiéndose de su notoria posición política y social».

Fue Baltar, añade el escrito, «quien se hizo con el teléfono móvil» de Teresa, que ella no facilitó y «comenzó a enviarle mensajes SMS y fue él quien, conocedor de la precaria situación laboral y económica de Teresa, se ofreció a ponerle solución».

Se presenta la mujer como víctima de la situación y resalta que es quien acude a dar cuenta de los hechos, primero al fiscal y posteriormente -«ante la pasividad de este»- al juzgado. Fue Baltar, enfatiza la denunciante, quien «tomó la iniciativa» en todo momento. No es ella, afirma, la que solicita «alteración de calificaciones ni acceso a puesto de carácter público sin cumplir los requisitos legalmente establecidos». Y tampoco es ella, sostiene, quien «?ofrece? la dádiva consistente en la relación personal que, muy a su pesar, le solicita el funcionario público o autoridad». No es, pues, la conducta punible del particular a quien se atribuye un soborno.

La posición de la denunciante es radicalmente opuesta a la del fiscal, que ha pedido el sobreseimiento del caso al no ver ninguno de los tres delitos discutidos. El fiscal, que archivó su investigación, no comparte la impresión de la jueza y pide el sobreseimiento del caso, aunque, subsidiariamente, plantea que solo la denunciante acuda como testigo si tiene más datos.