«Galicia es el santo y seña del periódico»

C. C. / F. R.

GALICIA

Pinto & Chinto

«Fue una genialidad de mi abuelo dar con ese título, La Voz de Galicia»

06 may 2016 . Actualizado a las 09:42 h.

Galicia es la palabra que seguramente se imprime más en La Voz. Está en el propio título del diario. «Es el santo y seña del periódico», dice su editor: «Fue una genialidad de mi abuelo dar con ese título, La Voz de Galicia. Huye de los localismos y nos distingue de todos los colegas que hemos tenido y que tenemos». 

-¿Ha pensado alguna vez en la aportación que esta empresa y este periódico han hecho a la construcción de la identidad de Galicia?

-Lo pensé especialmente cuando celebramos el centenario. Creo, y lo digo con humildad, que Galicia sería en alguna medida distinta. Creo que hemos roto con el localismo, con la locura en la que estamos inmersos desde la transición...

-¿Tuvo problemas a causa del gallego?

-En época de Franco tuve problemas con la censura. Varios. Llegaron a amenazarme con cerrar el periódico por una esquela que no le gustó al censor. Escribí mi primer artículo en gallego cuando estudiaba en Santiago. Creo recordar su título, «Xa é un feito». Vivía en un ambiente galleguista, cerca de las cabezas privilegiadas del galleguismo de entonces.

-¿Cómo explica el hecho de que La Voz de Galicia sea en estos momentos el cuarto periódico de España en audiencia, editado en una comunidad que en otros índices, por desgracia, no está en ese puesto en el ránking?

-Es casi inexplicable. La razón es que tenemos la mejor redacción de España, la mejor. Con nuestros límites. Con nuestros defectos. Pero hacemos un muy buen periódico en general. Y los gallegos se identifican con nosotros. No hemos cambiado de opinión, no nos hemos vendido. La palabra Galicia es algo más que escribirla. Es el elemento dominante desde el artículo fundacional de mi abuelo hasta los últimos que se recogen en mi libro. Galicia por encima de todo. 

-¿Cómo es su relación con la plantilla de La Voz?

-El periódico que hacemos es tanto mi obra como del resto de las personas que aquí trabajan. Si no hubiésemos estado unidos habría sido imposible llegar adonde estamos, ser prácticamente el tercer periódico de España y en una tierra con la población tan dispersa, que tiene la mitad de la población de algunas grandes ciudades...

-Hay quien dice que no es rentable tener tantos periodistas.

-En esta casa hay muchos. Es lógico, porque un diario lo hacen los periodistas. Creo que somos la segunda redacción de España en número de periodistas. Tener una redacción amplia es la condición necesaria para poder llegar a tiempo a todos los sitios de interés noticioso. Si no tuviésemos los redactores que tenemos en las delegaciones, en la central, en Madrid, etcétera, no podríamos realizar los contenidos del periódico que hacemos.

-El sistema de ediciones locales es uno de los rasgos más característicos de La Voz de Galicia. En esto también fue usted pionero. ¿Qué le dijeron sus colegas?

-Que estaba completamente loco, que me iba a arruinar, que era imposible, que el mercado no existía. Lo hechos hablan por sí solos: somos el cuarto periódico de España en audiencia, y cada vez más cerca del tercero. Eso se ve ahora. Cuando llegué al periódico, uno de los primeros cambios que hice fue potenciar la información local. Y me lancé a abrir delegaciones. La única que existía entonces era la de Ferrol, que la había hecho mi padre. Cuando aún estudiaba en Santiago, fundé la de Compostela. Ese proceso fue determinante y un éxito, porque La Voz sin las delegaciones no tiene sentido: ni el título ni nada. Ni el papel que creo que desempeña el periódico en Galicia.

-Creo que hubo colegas suyos de fuera de España que vinieron a conocer el modelo de La Voz.

-Sí, y de fuera de Europa también. Algunos lo han copiado. Pero hay además otra razón que explica que hayamos triunfado. Defendemos lo que proclama nuestra cabecera, La Voz de Galicia, y el público se identifica con nosotros.

-¿Le sigue emocionando el olor de la tinta?

- El olor de la tinta es un perfume que cuando lo llevas dentro no puedes vivir sin él. Y no hay sustituto. Nací encima de una rotativa, literalmente encima, pues vivíamos en el piso superior. Tuvo que parar mientras yo nacía. Años después, allí seguía durmiendo, y me despertaba si no funcionaba. Y bajaba a ver por qué. Que yo iba a ser editor lo tuve siempre clarísimo. A los siete años iba a la redacción de La Voz. Muy pronto aprendí a corregir con los signos de corrección y hacía mis pinitos. Y a mí me corregían los linotipistas. No concibo el mundo sin leer la prensa por las mañanas y sin hacer el periódico.

«Jamás desaparecerá el buen periodismo, ni el papel»

La crisis económica y el despegue de Internet han sido un duro golpe para la prensa. Hay quien vaticina la desaparición de los diarios en papel. Santiago Rey cree que lo que no desaparecerá será el buen periodismo.

-Mucho del periodismo que se está haciendo, leyendo y soportando en estos momentos -dice- tiene mal futuro, porque no es periodismo. Pero el buen periodismo, adaptado a los nuevos sistemas, ese no puede desaparecer. Es imposible. Jamás desaparecerá, ni el papel. Hay que ir a un periodismo interpretativo, porque estamos empezando a decir lo mismo en los distintos soportes. No veremos desaparecer el periodismo. Veremos uno nuevo, especializado, más independiente y muy adaptado a los medios técnicos actuales y a los que están por llegar.

-¿El papel va a tener siempre un hueco?

-Sí. Otra cosa es que esté en un momento de crisis. Es decir, si la juventud no lee nada, no lee el periódico. Pero, si la juventud lee y estudia, el papel existirá. De otra forma, con otra velocidad. No tengo ningún miedo a ver desaparecer el papel.

-¿La prensa libre e independiente sigue siendo fundamental en la democracia?

-Absolutamente. No se puede concebir esta sin aquella. La palabra prensa conlleva libertad, independencia y calidad.

 -Hace un lustro hizo una gran inversión en una nueva rotativa. ¿Por qué?

-Porque tenemos que afrontar el futuro con bases sólidas. Por eso decidimos hacer la planta de impresión de Sabón, creo que la más moderna de España. Es un monumento a la tecnología. Ese es un rasgo diferencial muy importante de esta casa. Fuimos siempre en cabeza en los cambios tecnológicos, con unos sistemas de impresión que no existían en el país. Eso nos permitió publicar hasta diecisiete ediciones.

-¿Recuerda cuántas rotativas ha comprado?

-Varias, quizá seis. Y sí, siempre las más modernas. La rotativa no es solo una máquina que imprime un papel en blanco. Tiene que estar diseñada según las necesidades de quien la compra. Una rotativa para La Voz de Galicia, que cambia un gran número de páginas por cada edición, a todo color, y varios productos más, tiene que estar hecha a la medida para atender esas necesidades. Para eso tenemos un departamento técnico increíble, que lleva magníficamente la planta de impresión.

-¿Se puede hacer un periódico sin tener rotativa?

-Sí, sí. Se puede hacer. De hecho, en nuestra planta de Sabón (Arteixo) imprimimos varios periódicos de nuestros colegas.

«El rey lo está haciendo muy bien»

-¿Cómo ve el papel que está desempeñando el rey en la situación actual de España?

-Voy a ser brevísimo: perfecto. No soy monárquico. Fui distinguido por su padre, de una forma asombrosa, y creo que el rey no lo puede hacer mejor por dos razones: porque se lo están poniendo imposible, y porque está con muy poca libertad de movimientos, casi ninguna. Creo que el rey lo está haciendo muy bien y creo que está solo. No hay la mínima pelota. Que escuche a la calle, que escuche a personas que no tenemos tradiciones monárquicas, me parece muy bien.