«Ya no me quedan lágrimas. Cada hora tengo que ponerle una sonda a mi hijo»

Carmela López
carmela lópez FERROL / LA VOZ

GALICIA

JOSÉ PARDO

La madre de un menor ferrolano con insuficiencia renal terminal pide ayuda para los gastos de ir a las consultas

26 may 2016 . Actualizado a las 10:51 h.

Adrián tiene 13 años y vive con sus padres y un hermano de 9 en las viviendas municipales de Recimil, en Ferrol. Desde pequeño arrastra un problema que asimilaron con una incontinencia urinaria que suelen padecer algunos menores, pero en diciembre pasado, tras una grave crisis de la que logró salir gracias a que su madre le practicó la reanimación con el boca a boca, fue sometido a una completa revisión médica, que dio como resultado el diagnóstico de insuficiencia renal terminal secundaria.

Según explica su madre, María Lidia Bonome Fernández, la deficiencia radica en que no se le desarrolló la vejiga y la tiene como un bebé. Este hecho afectó gravemente a sus riñones, uno de los cuales ya no le funciona y el otro lo tiene al 9%. De ahí que la orina se le acumule en el vientre.

El pasado 30 de diciembre, cuando tuvo la crisis, en el Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol le sacaron casi 30 litros de orina, según indica la madre.

Dada la gravedad de su estado, desde el centro ferrolano lo trasladaron al Hospital Clínico de Santiago, en el que estuvo ingresado tres meses, a cargo del servicio de Nefrología. Concluidas las pruebas, el menor fue incluido en la lista de espera para el trasplante de un riñón, intervención que se realizará en el Hospital de Cruces, en Baracaldo. El pasado lunes ya tuvo que acudir al citado centro vasco para someterse a analíticas y vacunas -el Concello les dio una ayuda-, pero su madre señala que es posible que tenga que volver varias veces antes de la operación. Cada 15 días también tienen que llevarlo a Nefrología del Clínico compostelano y. mientras tanto, Adrián permanece en su casa con la medicación de 42 pastillas diarias y soportando el dolor de que cada hora a lo largo de todo el día su madre le ponga una sonda de 50 centímetros de largo para expulsar la orina.

«Ya no me quedan lágrimas», dice Lidia, añadiendo que delante de su hijo no puede llorar, porque él se preocupa, por lo que cuando necesita desahogarse va a casa de una vecina.

Este matrimonio ya pasó hace nueve años por la muerte de otra hija pequeña de una enfermedad rara del pulmón. «Fue muy duro y tengo miedo de que, a pesar de que hay muchos adelantos, mi hijo tenga un rechazo al trasplante», manifiesta la madre. 

Una ayuda de 318 euros

A la enfermedad del niño se suma la carencia de medios de la familia, porque ella solo cobra una ayuda familiar de 318 euros, con la que subsisten los cuatro, ya que su marido está en paro. «Me llamaron para un trabajo, pero no pude ir porque estoy de enfermera-madre todo el día», señala Lidia, añadiendo que por eso están pidiendo ayuda con huchas para poder afrontar los desplazamientos a los hospitales. Ahora están a la espera de que el Concello de Ferrol organice, como ya se comprometió, una gala benéfica y también tienen abierta una cuenta a nombre de Adrián en Abanca (ES44 2080 0239 7630 0005 9842).

El Hospital de Cruces es referente regional de trasplantes renales

Los mecanismos relacionados con los trasplantes dependen de la Oficina de Coordinación de Trasplantes (OCT) de Galicia, que incluye a los pacientes en las listas de espera y asigna los hospitales Las funciones son las mismas que las de la Organización Nacional de Trasplantes, pero a nivel autonómico. Lo que se suele hacer es remitir al enfermo a centros de referencia en determinadas cirugías de toda España o a los que tienen una mayor experiencia en cada tipo de intervención. En el caso de Adrián, se le remite al Hospital de Cruces, en Baracaldo, que es centro regional de referencia en trasplante renal. En A Coruña y Santiago también se realizan este tipo de operaciones, pero se ha optado por el hospital vasco, por las patologías asociadas que presenta el menor.