La mujer sufrió otro episodio hace seis años

t. taboada REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Tras dos días ausente, apareció escondida en un arcón en la antigua casa familiar, a escasos metros de la actual

28 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No es la primera vez que María de las Mercedes S. R. sufre una crisis derivada de los problemas mentales que la aquejan. Hace seis años, en otoño, la presunta homicida se fue de casa y estuvo desaparecida dos días. La encontró un vecino de Arzúa en la tarde del 1 de octubre del 2010. Un día antes de marcharse había llegado del hospital tras estar ingresada un tiempo por las dolencias que arrastra. Supuestamente, había decidido coger el alta voluntaria para cuidar a los tíos de su marido a los que ayer presuntamente asesinó. Fue el esposo el que dio la voz de alerta al comunicar que no había visto a su mujer durante toda la mañana. Tras verificar que la mujer había desaparecido, se activó un protocolo de búsqueda y rastreo por tierra y aire en el que incluso participó el equipo de perros de la Guardia Civil.

El segundo día de búsqueda, antes del anochecer, integrantes del dispositivo y vecinos estaban organizando el protocolo de rastreo del día siguiente. Un vecino decidió entrar e inspeccionar la antigua casa del matrimonio, que se encuentra a escasos metros de la actual y que está en ruinas. «Déuseme por entrar naquela casa. Estaba todo medio caído. O piso era de madeira e estaba a piques de virse abaixo. Non había moita visibilidade. Subín á segunda planta e no fondo vin unha hucha onde antigamente se gardaba o trigo. Abrina e estaba chea de roupa. Empecei a sacar prendas e de repente, sentín unha patada. Levei un susto terrible. Marchei correndo xunto aos demais compañeiros e díxenlles que cría que a atopara», relata el vecino que la encontró.

Inmediatamente, los integrantes del dispositivo dieron aviso de su aparición. Entre otros, llegaron a la zona los equipos sanitarios y una ambulancia, que la trasladó rápidamente al hospital. La mujer se encontraba totalmente ida y muy débil. Tras sacarla del lugar, le preguntaron si no escuchaba que la estaban llamando, a lo que ella le respondió: «Oía o meu nome pero non tiña forzas para dicir nada».