Las Xunta clasifica los paisajes degradados a partir de 360 ejemplos

Tamara Montero
tamara montero REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Impactos y degradaciones paisajísticas
La Voz

La Lei da Paisaxe exige inventariar zonas deterioradas para protegerlas y recuperarlas

31 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una urbanización a la que el estallido de la burbuja inmobiliaria dejó apenas en un esqueleto; una zona invadida por la hierba de la Pampa o de mimosas, o una actividad industrial mal integrada en el paisaje. Son solo tres ejemplos de paisajes que se han visto deteriorados. Como esas tres, el Catálogo das Paisaxes de Galicia ha analizado un total de 360 localizaciones repartidas por el territorio para llegar a siete grandes tipologías de paisajes degradados. Son lo que se conocen en el catálogo como ámbitos de especial atención paisajística, una figura que identifica «zonas nas que se produciron alteracións ou impactos en relación á paisaxe, é dicir, nas que diversas actuacións xeraron transformacións que deterioraron o carácter ou a calidade da paisaxe» y que necesitan de «especiais medidas de intervención e protección».

El catálogo no identifica ni fija ámbitos de especial atención paisajística concretos -Medio Ambiente explica que serán delimitados a través de instrumentos que permitan mayor nivel de detalle-, pero sí establece siete grandes tipos a partir del análisis de esas 360 localizaciones. Setenta y cinco de ellas corresponden a degradaciones que afectan a asentamientos de población y constituyen la primera categoría de ámbitos de especial atención paisajística, en la que se tienen en cuenta tanto el estado de conservación del centro histórico como urbanizaciones y edificaciones sin terminar -señala el documento las de Costa Anácara de Miño y Golf Ría de Vigo- o sin conexión con el tejido urbano existente -Aldea Nova en Ames y Mariña do Pombal en Ares-; una expansión urbana excesiva con una deficiente planificación -citan el área periurbana de Vigo y Becerreá-; una integración deficiente de edificaciones antiguas y recientes (Santiago) o construcciones sobre elementos patrimoniales, como castros y murallas, o con altura excesiva.

Las infraestructuras son la segunda causa más frecuente de degradación (73 ámbitos), aunque solo se han tenido en cuenta como áreas de especial atención paisajística las concentraciones de líneas de alta tensión y de parques eólicos en áreas de especial interés paisajístico, ya que la mayoría de este tipo de impacto son irreversibles.

Además, el equipo técnico ha analizado 66 explotaciones mineras, canteras y localizaciones de extracción de áridos o tierra, y citan concretamente, «pola súa extensión e a calidade paisaxística da contorna» las canteras de O Courel y Casaio, así como las de Porriño y Salceda de Caselas. Se trata de «candidatos idóneos» para llevar a cabo actuaciones de recuperación y protección, ya que «poden e deben ser recuperadas e restauradas» y permiten hasta crear un nuevo entorno de valor natural, como el lago da As Pontes.

También citan causas como la invasión de especies vegetales, los incendios, la contaminación de ríos y la contaminación y relleno de rías. 45 localizaciones corresponden a actividades industriales o empresariales mal integradas (como la balsa de Alcoa o Meirama), y 32 a zonas abandonadas. Otras 18 son consecuencia de usos agroforestales, especialmente de la repoblación forestal con especies foráneas.

Y ahora, ¿qué? Serán las Directrices da Paisaxe las que establezcan las medidas de actuación para estos ámbitos de especial atención, explican desde Medio Ambiente. Además, los planes de acción del paisaje que establece la Lei da Paisaxe pueden servir para ámbitos ubicados en espacios protegidos.