Silverio Blanco: «En los incendios debería penarse la intención y no solo el resultado»

Jorge Casanova
jorge casanova SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

SANDRA ALONSO

El comisario jefe de la Policía Autonómica destaca la reducción paulatina en el número de fuegos accidentales o por negligencias

22 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Incendios y furtivismo. Dos plagas endémicas de Galicia, están entre los principales asuntos que aborda la policía autonómica. El responsable del cuerpo, Silverio Blanco, hace balance.

-¿Cómo ha ido la campaña?

-A nivel de hectáreas quemadas ha sido un desastre. En cuanto a número de incendios, no. Es el tercero con menos en los últimos 25 años.

-Los incendiarios saben cuándo atacar.

-Mire, el problema con los incendiarios es que o pillas al autor in fraganti o no hay condena, porque las pruebas desaparecen con el propio incendio. Y si los pillas in fraganti, lo normal es que el propio equipo que practica la detención sofoque el fuego o avise para que sea sofocado lo antes posible. De ese modo, el detenido solo responde por unos pocos metros quemados y es condenado a un año de cárcel, o menos. O sea, que lo normal es que lo suelten.

-¿Debería volverse a modificar el Código Penal?

-Sí. La señora que detuvimos en Pontevedra tirando pastillas de barbacoa desde su coche no quería quemar una o dos hectáreas, pero como solo ardieron unos metros, porque los que la detuvieron iban apagando detrás de ella... Se debería penar también la intención y no solo el resultado, porque casi todos los que pillamos son en esas circunstancias. Las penas por incendios son muy graves, pueden alcanzar los veinte años de cárcel, pero lo cierto es que ahora mismo, a nivel judicial, tenemos ese problema. Es un delito que investigan unos cuerpos con prestigio a nivel mundial, pero en el que el número de condenas es el que es.

-Se dice que, mientras haya una economía del fuego tan importante, el problema es irresoluble.

-Se dicen muchas cosas. Los que son contratados, los que quieren vengarse de un vecino, los que tienen envidia... Hay de todo. En cualquier caso hemos aumentado mucho el control de las imprudencias. El que quema sin autorización sabe a qué se arriesga y sabe que lo controlan. En la década de los noventa a estas alturas de año estábamos en una media de ocho mil incendios; en la siguiente, la media bajo a seis mil y actualmente estamos en dos mil o tres mil. Estamos encima de los tendidos eléctricos para que mantengan el entorno, de ADIF para que limpien las vías... Las imprudencias y las negligencias han bajado mucho.

-El problema son los intencionados.

-Claro. Pero es que tenemos dos millones y medio de hectáreas de masa forestal para vigilar. Y no hay un policía para cada pino.

-¿Y con los furtivos? ¿Va mejor?

-Con el furtivismo hay dos aspectos: está el que va a extraer con su raño dos o tres kilos de almejas y el salto cualitativo que supone la red en la que están implicados el que extrae, el que lo lleva a la depuradora, el que lo vende y el que lo compra. Ahí sí hemos completado varias investigaciones y hemos conseguido una imputación como grupo organizado.

-En este caso, el Código Penal les ayuda más.

-Sí. Más que en los incendios. Pero la respuesta en los cambios del Código Penal no es instantánea. Tiene que pasar un tiempo.

-Cuando empezó a arreciar la crisis muchas personas sin recursos se hicieron furtivos. Ahora que dicen que empieza a amainar, ¿hay menos?

-Desde luego, nosotros no hemos detectado una retirada de los furtivos. Piense que un furtivo puede llegar a sacar 200 o 300 euros en un día. Es muy goloso. Lo que sí hemos detectado son lugares donde ya bajan a la playa grupos de extranjeros. Es un tesoro desprotegido, pero no hay que olvidar que tenemos 1.700 kilómetros de costa.

-¿Es más difícil luchar contra los incendios o contra el furtivismo?

-Son peores los incendios.

-Y ahora también asumen competencias en la protección a las víctimas de la violencia de género.

-Sí. No se trata solo de proteger, sino también de convertirnos en el enlace de las víctimas con cualquier recurso que pueda serles de utilidad.

-¿Ya tienen muchas víctimas de las que ocuparse?

-Hasta ahora, alrededor de treinta, pero por el momento con riesgo bajo. Estamos asumiendo víctimas nuevas. Las competencias son compartidas con el resto de las fuerzas del orden. La protección la ejercemos en las seis sedes en las que tenemos dependencias. Ya he oído a quien dice que en definitiva solo podemos aportar un coche a esas labores de protección. Pero se trata de un coche más.

«Ningún país, al menos en el área democrática, tiene un solo cuerpo de policía»

La policía autonómica tiene una dotación limitada. El comisario lo sabe, pero no se queja. Al menos, no mucho.

-Las fuerzas del orden en Galicia están estos días reivindicando la falta de efectivos: ¿cómo se sienten ustedes?

-Nosotros estamos al 88 % de nuestra capacidad máxima, que son 500 personas. Es lo que en su día se firmó entre la Xunta y el Gobierno.

-¿Y eso, según su criterio, es mucho o poco?

-No lo sé. Nosotros suponemos el 5 % de las fuerzas del orden que hay en Galicia. Si nos compara con la Guardia Civil, que tiene desplegados 5.600 agentes en el mismo territorio que nosotros, pues somos pocos.

-¿Con más agentes tendrían más resultados?

-Por lógica habría que decir que sí. Pero igual tampoco.

-Un ciudadano de Santiago, por ejemplo, tiene Policía Nacional, autonómica, local y Guardia Civil. ¿No son muchas?

-Aún hay más: policía portuaria, aduanera, agentes forestales... No, de policía no estamos mal. Lo más efectivo y lo más económico sería tener un solo cuerpo, pero no hay ningún país en el mundo, al menos en el área democrática, que tenga un solo cuerpo de policía. Lo normal es que al menos haya uno de carácter civil y otro militar. Cada uno tiene sus materias asignadas y se comparten las tareas con un esfuerzo de coordinación.

-¿Y esa coordinación es buena en lo que les compete?

-Hasta la fecha, en Galicia no hemos tenido problemas. En la cuestión de los incendios, ya sabe que el Pladiga establece un reparto según el territorio en la época más crítica. No olvide citar también a los agentes forestales, que cumplen una función muy importante. La verdad es que, donde hay buena coordinación, se notan mucho los resultados.