«En el punto en el que está el parador de Muxía, lo importante es terminarlo bien»

Patricia Blanco
patricia blanco CARBALLO / LA VOZ

GALICIA

M.MORALEJO

Pese a que no dirige la obra, sigue al tanto de la marcha de esta. Por un lado, dice, quiere saber, por otro no

24 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En agosto del 2011, el Consejo de Ministros encargó las obras del parador de Muxía a Tragsa por 25,7 millones. Debía estar construido antes de tres años, pero la realidad es que, a día de hoy, aunque iniciado, lleva casi un año paralizado debido a una reforma del proyecto que ha de pasar por el Consejo de Ministros. Pese a que no dirige la construcción del edificio, Alfonso Penela (Vigo, 1955) es el diseñador de la obra: su propuesta ganó el concurso de ideas en el año 2009.

-¿Está al tanto de la situación del parador?

-Es una relación ambivalente. Por un lado lo sigo y por otro no quiero saber, porque no puedo tutelarlo. Una relación agridulce.

-¿Qué sensación le produce?

-Desde que gané el concurso, ya se sabía un poco que pilló un mal momento económico y que iba a costar sacarlo adelante. Me agradó ver en el periódico [el pasado martes] que la estructura está avanzada, y esa es la parte dulce, pero la agria es no haber podido dirigir la obra, cuidar un poquito de tu hijo. Solo sé que me gustaría estar ahí, pero no lo estoy.

-¿Responde la estructura que vio a lo que usted había diseñado?

-Parece que sí responde, pero la verdad es que no me he atrevido a ir por allí. Desde que no estoy en el proyecto no he vuelto.

-Y si se terminase el parador, ¿iría usted a comprobarlo?

-No lo sé, no lo sé. A lo mejor mandaría a un amigo [ríe].

-Ya decía en el 2012 que tenía auténtico temor con respecto al proyecto del parador. ¿Cree que se han confirmado esos miedos?

-Hay dos cuestiones. Una es que se hace un proceso eterno, aunque si el resultado final vale la pena, habrá servido el sacrificio. El problema es que si se hace esa inversión, se tarda semejante tiempo y no se hace con la sensibilidad y el cuidado adecuados, entonces sí será un fracaso. Si después de todo el esfuerzo, no se hace, bueno, como creo que debería ser, sí que sería un pequeño o un gran desastre.

-¿Qué haría único al parador de Muxía si se hiciese tal y como usted diseñó o soñó el proyecto?

-Lo principal del parador de Muxía es donde está. Todo el trabajo, la arquitectura y el proyecto deben ponerse al servicio de ese lugar y ese paisaje. No siempre es fácil, porque hay que actuar con mucho cuidado, sensibilidad y tiento. Centímetros o metros, pequeñas dimensiones de las cosas son trascendentes. Existe un límite delicado entre una cosa más o menos normal y algo con mayor excelencia, que es lo que se merece un sitio así.

-¿Creyó alguna vez que se alargaría tanto? ¿Cree que algún día se llegará a ver terminado?

-Sí. Tardará más o menos, pero creo que se terminará. Ahora, en este punto en el que está, lo importante es terminarlo bien, y esto es lo que yo no sé. Se habló de que el proyecto se modificaba, pero no tengo ni idea de en qué, ni cómo. Pusimos ahí durante mucho tiempo nuestra ilusión y trabajo, y ahora no sabemos lo que finalmente se está haciendo.

-El parador de Molina de Aragón, nacido también de una catástrofe, parece que avanza más que el de Muxía. Galicia siempre espera más...

-No me resulta fácil hacer una valoración de ese tipo. A veces es verdad que no puedes evitar una sensación así, aunque no creo que nos tengan especial manía, pero sí se da la casualidad de que unos van más rápido que otros.

«No he podido olvidar este trabajo. Con otros sí he sido capaz de pasar página»

Alfonso Penela es el autor de proyectos reconocidos y varios de ellos, además, le han reportado importantes premios. Galicia sigue siendo el ámbito de trabajo de su carrera, en la que, a pesar de no dirigir la obra, el proyecto del parador sigue estando ahí.

-¿Guarda el parador de Muxía un lugar especial en el cajón de sus proyectos? ¿Fue uno de esos que lo marcó especialmente o ha podido olvidarlo en cierto modo?

-No, no, no he podido olvidarlo. Con otros proyectos he sido capaz de pasar página, pero con el parador de Muxía sigo ahí... Inconscientemente, o conscientemente, queriendo saber y a la vez no queriendo saber, lo cual es una situación bastante rara, por así decirlo. De algún modo, sigo preocupado por que eso acabe bien... No tengo certeza. Era un proyecto que nacía muy de ese lugar. Incluso las plantaciones que hacíamos, la selección de las especies, había salido de ahí. No sé, entonces, si la obra, o la gente que la lleva, independientemente de que tenga la mejor intención, es capaz de entender cosas que puedan parecer intrascendentes como fundamentales. Ese es un poco mi temor sobre el parador.

-Ha habido ciertas quejas de que su construcción no revierta en más empleo para la Costa da Morte. ¿Cree que, terminado, sí tendrá un impacto económico positivo para la zona que lo acoge?

-Creo que sí, que se podrá ver más adelante, cuando se acabe el parador. Debe ser algo de lógica, también, que la gente que trabaje ahí sea gente de la comarca, y que sí tenga alguna repercusión.