Médicos y farmacéuticos dicen que todo copago es ineficaz y cortoplacista

e. álvarez / s. carreira SANTIAGO, REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Fernando Alvarado | efe

La ministra no se aclara: «A lo mejor se baja, a lo mejor se sube, a lo mejor queda igual»

11 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vaivenes de la ministra de Sanidad sobre una subida del copago farmacéutico para los pensionistas que más ingresen han sido acogidos con críticas, y no solo por los políticos de la oposición. Médicos y farmacéuticos gallegos consideran un error ya no el aumento sino incluso el mantenimiento del copago en la botica por ser una medida que califican de cortoplacista y sobre todo poco eficaz.

José Luis Jiménez Martínez, presidente del Consello Galego de Colexios Médicos, que engloba a todo el colectivo en la comunidad, fue muy crítico con la propuesta deslizada, y después negada en parte, por Dolors Montserrat. Jiménez justifica el rechazo de los facultativos en tres puntos: atenta contra la universalidad de la sanidad pública, no es eficiente, y no va al fondo de la sostenibilidad del sistema.

De lo primero, la universalidad, explicó que es la piedra angular del Sistema Nacional de Salud (SNS), un orgullo para todos, y que consiste en que el servicio es el mismo para ricos que para pobres, y cualquier ajuste en este campo, explica, «tiene que hacerse vía impuesto de la renta, no por un copago, que además es re-copago». Pero además, Jiménez Martínez indica que ni siquiera está claro que el abono en la farmacia haya sido eficaz, ya que «no se ha hecho un balance de lo que ha supuesto» el decreto del 2012, cuando se estableció entre los pensionistas. Y en tercer lugar, los médicos asumen que el SNS debe ser repensado: «Hay que poner la primaria donde debe estar, en el centro. Cuando un médico tiene poco tiempo, receta más». Y eso, mejorar la atención en el centro de salud, es una cuestión de dinero, pero no solo de dinero. En cambio, frente a una revisión de todo el sistema -propone una postura única en Europa contra el coste desorbitado de los fármacos innovadores, entre otras medidas- el Gobierno «plantea una medida cortoplacista que lo único que permite será recortar un poco la deuda de este año».

Lo cierto es que Dolors Montserrat ha conseguido alarmar a toda la población sin decir nada de forma clara. Pasó del «quien más tiene debería pagar más» del lunes por la mañana al «a lo mejor se baja, a lo mejor se sube, a lo mejor se queda igual» de ayer a la misma hora. Así despachó la ministra de Sanidad la polémica que ella misma levantó, con una frase poco clara: «En la agenda del PP no está la reforma del copago farmacéutico ni el incremento, pero sí el estudio del tramo de entre 18.001 y 100.000 euros». Se refiere la ministra a todos los jubilados cuyos ingresos están en ese intervalo, y que abonan el 10 % del coste de sus fármacos, con un tope mensual de unos 18 euros. Dolors Montserrat explicó que el acuerdo de investidura con Ciudadanos recoge analizar si el copago supone una barrera de acceso a los medicamentos. De ahí el estudio que según la popular harán expertos de fuera y dentro del ministerio. Tras los resultados de este informe, que aún no se ha hecho, se tomarán decisiones, explicó ¿Y cómo puede compatibilizarse la idea de que pague más quien más tenga y no subir las tasas? La ministra apunta una posible alternativa: «A lo mejor le bajas al que tiene menos, pero esperemos al informe, a lo mejor se baja, a lo mejor se sube, a lo mejor se queda igual», concluyó.

Esta inconcreción hizo que, por ejemplo, y según informa Salvador Serantes, de la Delegación de La Voz en A Mariña, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, no valore el anuncio: «Cando haxa algunha proposta nos pronunciaremos; de momento non hai ningunha proposta ao respecto e, polo tanto, non convén facer ningunha valoración sobre unha proposta inexistente», dijo Feijoo.

Tampoco quieren opinar desde la Unión Democrática de Pensionistas, pues por el momento «no hay nada», mientras en Comisiones le piden a la ministra «menos improvisación» en sus planteamientos. Y por su parte, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCO) exigió «una revisión a fondo del sistema que lo haga verdaderamente progresivo». La entidad cree que la situación actual «es poco progresiva y especialmente injusta con las rentas medias y bajas».

El PSOE exige a Montserrat «un poquito de rigor» y Rivera cree que «no está para hacer reflexiones»

Ballesteros | efe

Las críticas de políticos a la polémica de la ministra se multiplicaron ayer. El portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, un partido necesario para conseguir acuerdos si quieren cambiar el copago farmacéutico, exigió a Montserrat «un poquito de rigor». «No hay derecho a que la ministra sea tan poco rigurosa de decir una cosa en el Congreso y en dos entrevistas y luego rectificarla en un tuit a las tantas de la noche», dijo Hernando. Y añadió: «No puede ser que a personas a las que les van a subir un 0,25 % su pensión este año se les esté intranquilizando con que se les va a incrementar el copago». Hernando puntualizó que armar tanto jaleo no puede arreglarse solo con un tuit, por eso insistió en que Montserrat debe comparecer en el Congreso para «explicar en la Comisión de Sanidad, de forma tranquila y sosegada y no en 140 caracteres, qué piensa hacer».

Sin apoyo de Ciudadanos

Tampoco el otro socio preferente del Gobierno, Ciudadanos, apoya ningún ajuste. Albert Rivera cree que la subida del copago es «más un debate de tertulia radiofónica» y lo considera «impropio de un ministerio» porque «los ministros no están para hacer reflexiones sin nada detrás, sino en todo caso para buscar acuerdos», por lo que ha pedido a Montserrat que si quiere aprobarlo busque primero acuerdos parlamentarios, y ya adelantó que no logrará el suyo.

Incluso llegaron puntualizaciones del PP. El antecesor de Montserrat al frente de Sanidad, Alfonso Alonso, dijo que modificar los tramos del copago farmacéutico «ni está en la agenda ni es una prioridad del Gobierno español», aunque actualmente estos tramos son muy amplios y «pueden estudiarse».

Y tanto Podemos como ERC reclaman una explicación en el Congreso sobre la «nula intención» de reducir la carga que supone el copago farmacéutico y su propuesta de aumentar la aportación de los jubilados con mayores ingresos.

Los profesionales alertan: «Los medicamentos mantienen la salud»

Los farmacéuticos conocen de primera mano cuál es la realidad de los pensionistas gallegos en lo que a salud se refiere. La mayor parte, explican, están en el grupo de quienes cobran menos de 18.000 euros al año, por lo que su tome máximo mensual en medicinas es de 8,26 euros, una cifra que muchos alcanzan en las primeras semanas del mes.

Por eso, tal y como explican desde el Colegio de Farmacéuticos de Ourense, «la medida, en una provincia como la nuestra (con un fuerte componente rural y pensiones bajas) creemos que no tendría un impacto muy significativo en términos de recaudación». Eso sí, no ven mal que haya más subtramos si benefician a las rentas más bajas.

Porque la cuestión, explica Alba Soutelo, del colegio de Pontevedra, es que «los medicamentos no son un gasto, sino que es una forma de mantener la salud» de los ciudadanos. En ese sentido considera que «las medidas progresivas son más justas, pero también es cierto que cuanto más tenga que pagar un ciudadano y, en especial un pensionista, más se lo pensará a la hora de priorizar la toma de sus medicamentos». La clave está en que el copago se plantee no con afán recaudatorio, sino como «medida disuasoria» contra un consumo descontrolado, por lo que es necesario que «los pacientes puedan asumir el desembolso que les supone sin generarles un trastorno, pero sí los crea si por no asumirlo dejan de tomar los medicamentos».

Héctor Castro, el presidente del colegio de A Coruña, abunda en este punto: «El ajuste -al que se opone- no puede impedir la accesibilidad al medicamento» y, aunque no hay datos al respecto, cree que sí ha habido casos de pensionistas que dejaron de retirar algún tratamiento por el copago de los fármacos y por la desaparición de algunos productos de la financiación pública. Castro entiende que aumentar los costes para los jubilados es, además, «cortoplacista e ineficaz», y aboga por «poner el foco en mejorar la cultura sanitaria» de los usuarios para que se usen de una manera más racional los servicios, se cumplan mejor los tratamientos y en general se revisen otras partidas que no tienen el tirón mediático del copago farmacéutico, pero que se llevan mucho dinero..