«Me siento doblemente atropellado: por el golpe, que aún duele, y por los comentarios»

a. martínez VIGO / LA VOZ

GALICIA

XOAN CARLOS GIL

Álvaro Gómez fue uno de los ciclistas arrollados el domingo cuando iban en bicicleta a la altura del municipio pontevedrés de Oia

17 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«La verdad es que resulta bastante indignante ver algunos comentarios que he leído después del accidente por su falta de civismo y de conocimiento». Así se expresaba ayer Álvaro Gómez, vicepresidente del club ciclista Illas Cíes Cycling Team y víctima, junto a otra decena de deportistas que sufrieron una caída, de un conductor septuagenario que se les cruzó con su vehículo en medio de la carretera PO-552, a la altura de Oia.

Pudo haber sido un día espléndido dando a los pedales y al final se fueron para sus casas con golpes, magulladuras y un susto metido en el cuerpo que tardarán en olvidar. Los 20 amigos deportistas que formaban el pelotón al menos agradecen estar vivos y que el accidente del pasado domingo en Oia no haya tenido consecuencias fatales. En la memoria de todos están los dos ciclistas que perdieron la vida después de que un octogenario arrollara a un pelotón el año pasado en el mismo vial.

Una persona de avanzada edad también fue la causante de la caída múltiple del domingo cuando irrumpió de forma sorpresiva en la carretera para realizar una maniobra incorrecta cruzando una línea continua. El choque no llegó a producirse porque los ciclistas frenaron bruscamente y, en el intento de esquivar el vehículo, la mitad de ellos cayeron al suelo y sufrieron heridas por las que tuvieron que recibir asistencia médica.

Álvaro agradeció que familiares del conductor, que tienen un negocio de hostelería cerca del lugar del siniestro, les brindaran ayuda y ofrecieran un botiquín para los primeros auxilios. «Reconocieron la infracción del conductor al realizar el giro prohibido; desde luego su trato fue muy diferente del del octogenario del atropello mortal de A Guarda y así se lo hice saber», manifestó ayer después de haber ido al médico para pedir un informe en el que le diagnosticaron un esguince cervical.

Esta víctima reconoce que se siente «como si hubiera recibido un doble golpe: el primero, el del accidente, y el segundo, algunos comentarios que ha leído a raíz de la noticia en los que se echa la culpa del suceso a los propios ciclistas. Me duele haber leído afirmaciones en las que se nos criminaliza en el sentido de que los ciclistas no deberíamos circular por la carretera», afirma.

Recuerda que el grupo de ciclistas cumplía el reglamento de tráfico circulando por la derecha con luces y prendas reflectantes. En cambio, «una persona de avanzada edad que seguramente no tiene los reflejos suficientes incumple el reglamento haciendo un giro prohibido y provoca un accidente que podría haber sido grave».

Reivindicación

Aplaude la reivindicación de numerosos colectivos ciclistas para que haya pruebas psicotécnicas más rigurosas para valorar la capacidad de una persona a la hora de sentarse al volante, porque tal vez así podrían evitarse muchos accidentes. También cree que hay muchos conductores que no están informados de que pueden rebasar una línea continua para adelantar a un conjunto de ciclistas manteniendo una distancia de seguridad. El siniestro que ocurrió en Oia el pasado domingo es el tercero de las mismas características. «Los tres ocurrieron en fin de semana por la mañana, fueron provocados por personas de avanzada edad que no vieron al grupo de ciclistas y que hicieron una maniobra antirreglamentaria». En todos los casos los ciclistas circulaban por rectas de buena visibilidad en días despejados y respetando las normas de tráfico.

A Álvaro Gómez le gustaría que existiera una mayor protección hacia los ciclistas, como sucede en otros países de Europa. «Debería ser así por una simple cuestión ecológica y cívica: es el medio de transporte menos contaminante y más saludable y mejora la calidad de vida», afirma.