Renfe y el ADIF pactaron «in extremis» aplazar cambios del nuevo reglamento ferroviario

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

XOÁN A. SOLER

La mayor parte de las normas pos-Angrois están en vigor, salvo varios procesos que la operadora debía asumir desde ayer

20 ene 2017 . Actualizado a las 08:07 h.

Confusión, dudas y suspense. Así fueron las primeras horas de aplicación del nuevo Reglamento de Circulación Ferroviaria, que entró en vigor ayer aunque de forma parcial, pese a que el Ministerio de Fomento se negó a aplazar su entrada en vigor a pesar de las peticiones del Sindicato de Circulación Ferroviario y el Semaf (la central de los maquinistas). El aplazamiento de determinados aspectos del nuevo reglamento fue pactado in extremis el miércoles, apenas unas horas antes de que entrara en vigor, por altos cargos del ADIF y Renfe, que atendieron los temores y las dudas que surgieron sobre todo en el ámbito de Renfe Operadora, empresa que con la nueva normativa debía asumir operaciones que antes recaían en el ámbito del administrador ferroviario.

Los representantes sindicales tuvieron ayer mucho trabajo, intentando explicar a los trabajadores, muchos de ellos en el ámbito de la seguridad, cuáles eran los aspectos que no se iban a implementar por el momento tras la reunión entre la directora general de explotación y construcción del ADIF, la gallega Isabel Pardo de Vera, y el director general de operaciones de Renfe, Luis Francisco Minayo.

Ambos altos cargos acordaron que, temporalmente, «en las actividades en las que se ha producido un cambio de responsabilidad entre el administrador de infraestructura [el ADIF] y la empresa ferroviaria [Renfe], la entidad responsable [Renfe] pueda encomendar su realización a la entidad que actualmente las viene realizando [el ADIF], con el acuerdo de ambas partes».

De esta manera, durante el plazo de cuatro meses -después de un período transitorio de adaptación de 18 meses desde que se aprobó el real decreto en julio del 2015-, el ADIF seguirá elaborando la consigna B como parte del horario de los trenes, «hasta la validación de las aplicaciones informáticas»; la confección y entrega del documento de tren donde no pueda hacerlo la operadora; la comunicación de las operaciones terminadas en estaciones donde no haya visibilidad para este cometido; la colocación de calces antideriva (para inmovilizar vehículos); y la comunicación de la llegada del tren completo.

También pactaron habilitar una colaboración permanente entre ambas empresas para resolver las incidencias y establecer un comité de seguimiento con la participación de los sindicatos.

La Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria oficializaba ayer la entrada en vigor de la nueva normativa sin referencia alguna a estos cambios de última hora. Una implantación que supone una «profunda revisión de la normativa» y que se llevó a cabo, aseguran, «gracias a un gran esfuerzo de adaptación de los profesionales y entidades del sector».