Entre las vacaciones escolares y el recuerdo de un vecino desaparecido

X. M. R. OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Santi M. Amil

En Castro Caldelas el día amaneció con intención de desautorizar a las previsiones meteorológicas

23 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En Castro Caldelas la jornada de temporal se vivió con sentimientos encontrados: entre el día de vacaciones de los más pequeños y la preocupación que mantiene en vilo a los vecinos de O Castro. El día amaneció con intención de desautorizar las previsiones meteorológicas; en el pueblo lucía el sol a media mañana y algunos ya habían puesto sobre las mesas de los bares el tema de debate preferido en estas ocasiones, que no es otro que el alarmismo que se da a veces con determinadas alertas por el mal tiempo.

El río Mao, bajo y con nieve

El trayecto por la OU-536, la carretera que une Ourense con Trives -luego cambia de denominación en su recorrido hasta O Barco de Valdeorras-, no aportaba buenos presagios: en Casetas do Rodicio los copos de nieve eran una evidencia y a la altura del desvío a Montederramo -siempre nieva en Montederramo- la nieve ya teñía de blanco la carretera y las orillas del río Mao, que daban cuenta del escaso caudal para esta época del año, lucían aún más nevadas.

En Castro Caldelas, donde no pasaban de un cielo encapotado, la nieve era solo una leyenda hasta que decidió tirarse al suelo toda de golpe. En unos minutos, la villa acostada a los pies del castillo de la Casa de Alba se convirtió en un manto blanco. Con las clases bajo mínimos por el temporal y la suspensión del transporte, al colegio Virxe dos Remedios acudieron apenas 13 niños. El centro escolar tiene una matrícula de 83 alumnos y una plantilla compuesta por una veintena de profesores.

La comarca sufre una severa despoblación, y el Virxe dos Remedios es el colegio de referencia para alumnos de muchos de los municipios de la zona -Parada de Sil, Chandrexa, San Xoán de Río, Montederramo, Maceda-, pero a las aulas solo acudieron los niños que viven en O Castro. La sesión de vídeo, con las águilas como protagonistas, se interrumpe para salir a hacerse una foto en el patio... y la desbandada fue general. Vuelan las bolas de nieve y la más pequeña del grupo, 2 años, se tira de los brazos al suelo para culebrear entre los copos y sumarse a la batalla.

Abajo, en los bares del pueblo, algunos se acuerdan de Ramón López. El vecino, de 89 años, lleva desaparecido desde el pasado día 13 y todas las búsquedas y batidas realizadas hasta la fecha no han dado resultado positivo. El frío y la intensa nevada incrementan los malos presagios y la impotencia.