Vigilancia policial en un pueblo de Friol por un inglés que pega a los perros de los vecinos

T. Taboada LUGO / LA VOZ

GALICIA

Los vecinos explicaron que el pasado sábado el hombre les amenazó con un palo y golpeó a algunos canes que estaban dentro de las fincas particulares

30 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Guardia Civil vigila desde hace dos días a un vecino de nacionalidad inglesa de una parroquia del municipio lucense de Friol que en cuanto tiene ocasión agrede a los perros del vecindario e incluso se encara con los residentes.

Los vecinos, hartos de los ademanes violentos de este inglés que reside en el pueblo desde hace aproximadamente unos siete años, decidieron presentar denuncia el pasado martes, debido a una actitud aún más violenta que de costumbre. Explicaron que el pasado sábado, el hombre los amenazó con un palo y golpeó a algunos perros que estaban dentro de las fincas particulares de los vecinos. «Foi ao mediodía. Estaba preparando o xantar e sentín berrar os cans. Saín para fóra e alí estaba. Petaba cun pau nas pedras que cerran a finca dos animais e andaba a pau limpo con eles», indicó uno de los afectados.

Ayer, al trascender la noticia, y con algunos medios de comunicación recorriendo el pueblo, el vecino de origen británico se puso aún más nervioso y, según explicaron los habitantes de la parroquia, se dirigió a ellos con varios cortes de manga. «Pasou por diante das nosas casas mofándose e facéndonos o corte de mangas», indicó un residente de la localidad, que cierra la puerta con llave por miedo a que el inglés se meta en el interior de su vivienda.

Una patrulla de la Guardia Civil recorrió ayer en varias ocasiones la parroquia y los agentes están pendientes para que no pueda producirse un brote de violencia del súbdito británico, ni tampoco sea agredido por los vecinos.

Un lugar muy tranquilo

La parroquia, Golmar, se encuentra en una zona poco habitada y entre los vecinos de las seis casas hubo desde siempre muy buena relación y amistad, «hasta que chegou este home». «E tennos a todos atemorizados cos seus comportamentos», recalcó ayer una vecina.

Se trata de una zona con ganado donde desde siempre los perros, pastores en su mayoría, viven sueltos por el pueblo y son muy apreciados por los vecinos y, por tanto, resultó especialmente violento ver a un vecino que los golpeaba con un palo y amenazaba a los residentes en sus propias puertas. «Fai que non entende o galego pero comprende todo á perfección. Dedícase a castrapear e a insultar en alto», insistió una de las vecinas, quien añadió que convivir con una persona de estas características es imposible.