El asesino de Ponte Caldelas llamó a su amante para que escuchara agonizar a su marido

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

RAMON LEIRO

«Oye cómo sufre llamando por ti», le dijo el asesino confeso de Ponte Caldelas a la mujer de la víctima

13 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Marcos Vidal González no soportó que su amante lo abandonase para volver con su marido. «Me volví loco», manifestó tras entregarse a la Guardia Civil. Abandonado y preso de los celos, el 28 de noviembre del 2015 se presentó en casa de ella y se encontró que allí estaba solo su esposo, Manuel Rivas. Le dijo de todo y lo apuñaló. Mientras agonizaba, llamó a su expareja para darle la noticia y le puso a la víctima al teléfono para que oyera sus lamentos. Luego le dijo: «Ya está muerto. Lo maté. Lo acuchillé. Eres una mentirosa, me engañabas. Escucha cómo agoniza llamando por ti. Ven a limpiar la casa porque está llena de sangre. Agoniza por ti. Yo iré a la cárcel y cuando salga iré a por ti». La mujer no entendía nada. «¿Qué película me estás contando?», le pregunto. La respuesta de él pone los pelos como escarpias. Hizo una foto a la víctima con su móvil y se la envió.

Este espantoso relato del crimen de Ponte Caldelas aparece en el sumario del tribunal del jurado. Ahora se sabe que Marcos no hizo otra cosa durante los tres años que duró la relación con la exmujer de la víctima que acosarla y amenazarla, según ella. Fue un tortuoso romance que empezó mal y terminó como el rosario de la aurora. Marcos y Sandra se conocieron en Arcade. La mujer regentaba una tienda pegada a la peluquería de él. Poco a poco alimentaron una amistad que con el tiempo se convirtió en noviazgo. Sandra estaba casada y, según recordó ante la Guardia Civil, se distanció de su marido. Entre que «viajaba mucho», que «apenas se veían» y la aparición de Marcos en su vida, tomó la decisión de romper el matrimonio. Durante un tiempo estuvo con los dos. Hasta que Sandra le pidió a su esposo que se fuera de la casa. Entre otras cosas, porque tenía miedo a que Marcos le hiciera algo. Sobre todo, después de que el asesino confeso enviase una foto de ella a su marido anunciándole que habían mantenido relaciones. La víctima, «una persona pacífica que no quería meterse en líos», según su ahora viuda, puso tierra de por medio durante un tiempo hasta que regresó poco antes del crimen.

El día en que sucedió todo, Marcos sospechaba que Sandra había vuelto con Manuel y que ya no quería saber nada de él. Lo mató, llamó a Sandra, se lavó y telefoneó a su hermano para que lo fuera a buscar. Al llegar, lo convenció de que se entregara. Lo hizo y hoy espera juicio en prisión.