Crece la apuesta por los trenes turísticos en Galicia

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / AGENCIA

GALICIA

La comunidad suma dos rutas temáticas más a las nueve que ya tenía, además de los dos Transcantábricos y del Peregrino, que este año permitirá obtener la Compostela

16 abr 2017 . Actualizado a las 08:38 h.

No deja de ser curioso que una comunidad que arrastra un déficit histórico en infraestructuras ferroviarias -que ahora empieza a corregirse- sea al mismo tiempo el territorio por el que circulan el mayor número de trenes turísticos del país. Por un lado es escenario de las rutas de los trenes históricos de lujo como los dos modelos del Transcantábrico. De experiencias originales como el tren Peregrino, que empieza a consolidarse y que este año permitirá incluso acceder a la compostela a los que se animen a hacer caminando tres etapas del Camino Portugués. Y de las rutas temáticas de un solo día que se realizan en trenes convencionales y que alcanzan ocupaciones «cercanas al 100 %», confirma el director del área comercial de viajeros, Javier García Trisac. Otros años también visitaba la comunidad el magnífico Al-Andalus, el único tren histórico de ancho ibérico -el resto, el Transcantábrico y el Expreso de la Robla, circula por la red de vía estrecha o métrica-, pero este año se centrará en la ruta Madrid-Sevilla a través de tierras extremeñas.

La experiencia de las rutas temáticas, recuerda Miguel Jiménez, gerente de Protección de Bienes Históricos de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, comenzó en el 2013 con la iniciativa pionera de Turismo de Galicia y del Instituto Ourensán de Desenvolvemento Económico (Inorde), organismo dependiente de la Diputación. Jiménez coordina uno de los trenes temáticos que hay en España -el de la Fresa-, y aunque hay más experiencias de este tipo en todo el país -el tren de Cervantes, por ejemplo, entre Madrid y Alcalá de Henares-, Galicia es la comunidad que más ha apostado por este sistema combinado. Los trazados ferroviarios gallegos son muy atractivos y pintorescos y este hecho, sin duda, influye en el éxito de estas iniciativas, que están muy cerca del 100 % de ocupación.

Estas excursiones con el ferrocarril como hilo conductor incluyen servicio de guía especializado, traslados en autocar cuando es preciso y las actividades y visitas programadas. Recientemente, el Principado de Asturias debatió en su Parlamento la posibilidad de importar el modelo gallego de trenes turísticos.

Este año las novedades en esta categoría son Ourense Termal y Descubriendo A Coruña, que se suman a las rutas diseñadas para disfrutar de las principales comarcas productoras de vino (Ribeira Sacra, Ribeiro, Rías Baixas, Monterrei y Valdeorras) y a las orientadas a divulgar el patrimonio histórico y natural de la comunidad, como la de los faros, jardines y pazos históricos, el Lugo romano o la ruta de la lamprea.

Al margen de estas escapadas de un día están los servicios de lujo, los denominados cruceros sobre ruedas, una idea que surgió en 1983 entre profesionales de la extinta FEVE. Tras poner en marcha el Transcantábrico original, en el 2000 se habilitó un gemelo que se convirtió en el actual Gran Lujo. Estos trenes tienen un gran predicamento entre turistas extranjeros -el usuario español representa solo el 36 %-, mayoritariamente jubilados -la media de edad está entre 56 y 70 años-, y con alto poder adquisitivo, pues los precios por persona del Gran Lujo para ocho días y siete noches es de 4.900 euros. En el Transcantábrico clásico la plaza cuesta 3.500 euros. El 82 % de los pasajeros hacen el viaje en pareja.

Los trenes turísticos de Renfe inician la temporada 2017 el 22 de abril y finalizan el 11 de noviembre, con un 19 % de plazas menos para adaptar la oferta a la demanda y lograr el objetivo de la ocupación total. En principio, esta iniciativa complementaria a los servicios rutinarios de Renfe cubre costes, aseguró García Trisac, quien valoró por encima de todo el papel que estos convoyes tienen como «embajadores de las bondades de nuestro país».

Estos trenes cuentan con un servicio de restauración de primer nivel, aunque también se organizan visitas a restaurantes emblemáticos en ruta. «No obstante, notamos que los viajeros prefieren comer y cenar con el tren en marcha. Es una experiencia que valoran mucho», dice García Trisac.

Los trenes «charter», una experiencia al alza para grandes grupos y empresas

Cada vez es más habitual que empresas y grupos opten por alquilar un tren «charter» para realizar congresos o reuniones corporativas, pero también viajes de placer y hasta fiestas. Incluso hay experiencias de aficionados al fútbol que fletan un tren para ver a su equipo o empresas como National Geographic que organizan tours para conocer el país. Javier García Trisac destaca que el año pasado se organizaron siete trenes «charter» o a la carta.