En España, Le Pen llegaría a presidenta

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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La obsesión del PSOE y el PP por destruir al rival político es lo que facilita el auge del populismo y el independentismo

24 abr 2017 . Actualizado a las 08:32 h.

Marine Le Pen, líder del populista y ultraderechista Frente Nacional, se ganó el domingo el derecho a optar a presidencia de la República en la segunda vuelta de las elecciones francesas. Pero, para este análisis, lo relevante no es que lo haya logrado, sino que era perfectamente posible que pudiera hacerlo en un país en el que, desgraciadamente, uno de cada cinco votantes lleva años apoyando la opción de un partido xenófobo y antieuropeo como el Frente Nacional. Conviene en todo caso no dramatizar, porque ya en el 2002 el padre de Marine, Jean-Marie Le Pen, un personaje aún más siniestro y grotesco que su hija, disputó la segunda vuelta tras imponerse en la primera al socialista Lionel Jospin.

La buena noticia es que ni Jean-Marie llegó a la presidencia ni lo hará su hija, porque ya entonces, como ocurrirá ahora tras la entrada del Frente Nacional entra en el balotaje, los partidos de Estado moderados de derecha y de izquierda actuarán con responsabilidad y llamarán a votar, cierto que sin ningún entusiasmo, al rival de Le Pen, en este caso Macron, aunque la tragedia máxima habría sido obligar a los franceses a optar ente el populismo de derechas de Le Pen y el de izquierdas de Mélenchon.

El mecanismo de segunda vuelta actúa así como un seguro democrático gracias a la responsabilidad de los partidos de Estado en Francia. Algo que, desgraciadamente, no estaría ni mucho menos garantizado si en España, como proponen algunos, entre ellos el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, se llegara a implantar el sistema electoral a doble vuelta. Y ello es así porque en España los dos grandes partidos, el PP y el PSOE, llevan años dedicados a la destrucción y la deslegitimación del adversario político, utilizando entre otras cosas de manera partidista los casos de corrupción que afectan a uno u otro para tratar de sacar ventaja electoral. El resultado de esa política cainita es que los grandes beneficiados son por una parte el populismo de Podemos y por otra el independentismo anticonstitucional de los partidos nacionalistas en Cataluña y el País Vasco. Esa irresponsabilidad de situar el odio al otro por encima del interés del país se evidenció en el bloqueo político que durante un año sufrió España ante la negativa del PSOE comandado por Pedro Sánchez a facilitar la formación de Gobierno pese a perder por dos veces las elecciones. Si a ello se une que Sánchez y otros dirigentes han despojado al PSOE de cualquier sentido de Estado, emulando el discurso populista y el de la nación de naciones, es fácil concluir que en España una segunda vuelta electoral no sería ni mucho menos una garantía para cerrar el paso al populismo de derecha o izquierda.

La deslegitimación mutua y el odio al otro que el PP y el PSOE llevan años inculcando entre sus respectivos votantes son en gran parte los responsables de la crisis política que vive España y del auge de los partidos antisistema. Y, a día de hoy, se antoja casi imposible que, de persistir en esa posición irresponsable, populares o socialistas fueran capaces de, en caso de que hubiera una segunda vuelta frente a un populista, pedir a sus votantes que apoyen al rival para frenarlo. Sí. En España, Le Pen llegaría a presidenta.

El caso Lezo activa el debate sobre la sucesión en el PP

El escándalo del caso Lezo y la constatación de que Cristina Cifuentes fue la que denunció ante la Justicia alguna de las graves corrupciones que se atribuyen a Ignacio González ha catapultado la figura política de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, hasta el punto de que aparece ya como una de las principales candidatas para la sucesión de Mariano Rajoy. Si a ello se une el hecho de que la citación del líder del PP como testigo en el caso Gürtel ha hecho resonar de nuevo los tambores del relevo que se creían olvidados por el control total que Rajoy venía acreditando, habrá que concluir que esa carrera, en la que ya están Feijoo y Sáenz de Santamaría, volverá a animarse en breve.

Las primarias evidencian el maltrato al PSdeG

El embrollo de la supuesta inclusión de Pilar Cancela entre los nombres que acompañan a Pedro Sánchez en su candidatura para las elecciones primarias del PSOE ha vuelto a poner de manifiesto la surrealista situación que atraviesa el PSdeG, despreciado y maltratado tanto por Sánchez como por la dirección del partido, hasta el punto de que, a día de hoy, no se sepa con certeza quién manda entre los socialistas gallegos, si es que manda alguien; si la gestora del PSdeG sigue existiendo como tal o no, o a quién tienen que dirigirse los rivales políticos de los socialistas cuando buscan un interlocutor válido en Galicia. Una situación que, gane quien gane en las primarias, hace un daño enorme al PSdeG.

De la Serna quiere poner fin a la inquietud sobre el AVE

Aseguran a La Voz en el entorno del ministro Íñigo de la Serna que ni el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ni los ciudadanos gallegos tienen motivo alguno para la inquietud en lo que afecta al compromiso del ministro de Fomento con las inversiones necesarias para concluir el AVE a Galicia y a los plazos establecidos para la llegada de la alta velocidad. De la Serna, aseguran, está dispuesto a mantener el AVE a Galicia como una prioridad y a no pasar a la historia como uno más de los ministros que tuvieron que aplazar la fecha de conclusión de esta infraestructura. Muy pronto, aseguran, los gallegos tendrán pruebas del compromiso total de Íñigo de la Serna con el AVE. Pues dicho queda.