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Las heladas causan también pérdidas en la cosecha de castañas y en la apicultura

m. cobas / j. capeáns O BARCO, SANTIAGO / LA VOZ

AGRICULTURA

HELADAH
MARÍA PÁEZ

La Xunta, preocupada por el caudal de los ríos y el agua del subsuelo de cara al verano

05 may 2017 . Actualizado a las 13:02 h.

Además del vino, las heladas de la semana pasada también tuvieron un fuerte impacto para otro sector estratégico de las economías de Lugo y Ourense, el de la castaña. La Indicación Xeográfica Protegida Castaña de Galicia todavía está haciendo las valoraciones sobre el campo, pero se sabe que las comarcas de Conso-Frieiras, Valdeorras y Quiroga han sufrido importantes daños. En el caso de Viana do Bolo, la productora María Páez (que ejerce también de responsable de UU.AA. en la zona), explica que lo que toca ahora es «poñerse debaixo dos castiñeiros a chorar, e esperar que broten de novo». Árboles que llevan décadas siendo el complemento económico de muchas familias de la zona están quemados, y no se puede hacer nada. «¿E que lle vas facer? Esperar. Se lle cortas algo, machácalo», señala. En el caso de las nuevas plantaciones, su visión es todavía más pesimista. «Os castiñeiros novos, pensamos que a maioría secaron», dice.

En Viana do Bolo y Vilariño de Conso, dos de los concellos con mayor producción de castaña, las consecuencias de la helada fueron diferentes según las zonas, pero en todas se dejó notar. «Haberá soutos que van perder o 100 %, outros o 80 % e outros o 60 %», dice. Ninguna zona salió indemne. Y lo traduce en dinero. «Aquí máis da metade da colleita vaise perder, e son tres millóns de quilos os que se producen; a metade, a dous euros o quilo, son tres millóns de euros perdidos», señala. Ahora toca esperar para ver cómo se comporta la naturaleza, porque además no hay experiencias previas que digan lo que va a pasar. «Nin os máis vellos recordan algo así; a xeada fulminou por completo soutos, que non sabemos se van rebrotar, e se rebrotan, a ver como vai ser», dice la productora, que incide en que se trata de un problema a nivel general para todos aquellos que viven del campo. Explica que en muchos casos, como el suyo propio, la castaña es una fuente de ingreso complementaria, ingresos que ella había pensado dedicar a la compra del alimento para su ganado, ante la previsión de falta de alimento por la sequía. «Agora non temos ese ingreso, nin tampouco temos herba ni cereal no campo, porque arrasou todo. É un efecto dominó», lamenta.

Precisamente por esa interrelación están los apicultores mirando a sus colmenas con desánimo también. «A apicultura estaba tirando moi forte e de repente sufriu un frenazo; porque nas zonas de montaña de Ourense queimouse todo no monte baixo e as abellas non teñen de onde comer», explica Xesús Asorey, secretario técnico de la Asociación Galega de Apicultura. Hay que esperar a ver cómo se comporta la naturaleza, dice el experto; y advierte: «Pode haber problemas de mortalidade por fame, porque moitos apicultores xa partiran as colmeas». La producción no se conoce hasta final de campaña, dice Asorey, que calcula que puede disminuir entre un 20 y un 30 %.

También los nogales y otros frutales quedaron arrasados por las heladas de la semana pasada en la comarca de Celanova.

Desde el sindicato Asaja se pidió ayer a la Xunta que actué con celeridad para decidir las ayudas al sector del vino. El vicepresidente, Francisco Bello, reclamó a la Consellería de Medio Rural que ayude a los viticultores y bodegueros asumiendo las cuotas anuales que pagan a los consellos reguladores de las diferentes denominaciones de origen, así como las tasas por las tirillas y las catas de calificación.

Pero si preocupan las consecuencias de las heladas, también hay inquietud por la sequía. En este aspecto, y en lo que se refiere a las competencias autonómicas (Galicia Costa), a la Xunta no le preocupa tanto el agua embalsada como el caudal de los ríos. A 1 de mayo, el nivel de los embalses estaba un punto por encima con respecto al año pasado. Con vistas a la temporada estival, al presidente Feijoo le inquietan «moitísimo» los caudales fluviales y del subsuelo, que discurren muy escasos y han obligado a iniciar un seguimiento diario porque tampoco hay una previsión de lluvias «potentes» a corto plazo, indicó tras la reunión de su Gobierno. La prealerta, «por suposto», se va a mantener, igual que los contactos con la confederación Miño-Sil por si hay que dar «pasos adiante» en las próximas semanas.

Porque aunque para hoy se espera una jornada de lluvias, más copiosas en el litoral atlántico, lo cierto es que no parece que vayan a ser suficientes para que la sequía remita. Para mañana ya se espera otro día sin lluvias.