La dan por muerta mientras espera una ayuda

Bea Costa
bea Costa VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

MARTINA MISER

Una dependiente de 90 años sigue sin servicio domiciliario y su caso fue archivado por fallecimiento

19 may 2017 . Actualizado a las 13:27 h.

Pilar Varela Pazos, una vecina de Cambados de noventa años y con dependencia de grado dos, pone rostro a un problema que sufren muchas personas en Galicia: las ayudas sociales, cuando existen, tardan demasiado. En su caso va para tres años, y sigue esperando. Y, como dice el refrán, quien espera, desespera. A su hija Pilar Betanzos le saltaban ayer las lágrimas a las puertas del Concello cambadés. «A miña nai está encamada e seguen pedíndome papeis. Os políticos falan moito pero para as cousas importantes non hai cartos». A esa hora acababa de celebrarse un acto institucional delante del consistorio, y Pilar dio rienda suelta a sus frustraciones ante un vecino cómplice.

Está cansada de visitar oficinas y cubrir instancias para conseguir el servicio de ayuda a domicilio para su madre, y el calvario se agravó a finales del año pasado cuando le llegó una carta de la Xunta comunicándole el archivo del expediente en cuestión por fallecimiento de su progenitora. «Dixeron que morrera e tiven que ir a buscar unha fe de vida ao xulgado. E agora dinme que falta documentación e que teño que mandar unha fotocopia compulsada do DNI». Su madre nunca dejó de cobrar la pensión, «e teño que ser eu a que demostre que segue viva».

Según informan desde Servizos Sociais de Cambados, a la anciana se le ha concedido finalmente la atención domiciliaria y se encuentra en lista de espera, pero se desconoce cuándo le llegará su turno porque los plazos fluctúan en función de las bajas de usuarios que se producen en cada momento. Entretanto, Pilar Varela deberá seguir arreglándoselas por su cuenta, gastando su pensión de 646 euros en pagar a una mujer que le da de comer y la atiende por la noche, que le cuesta 700 euros al mes. «Pero pola tarde está soa e miña nai necesita unha persoa sempre con ela. Eu teño que traballar».

Con todo, su hija busca tiempo para, como hizo ayer, llevarla al Hospital do Salnés, porque con un edema pulmonar, un marcapasos y otras complicaciones de salud la anciana precisa atención hospitalaria a menudo. El año pasado, la Xunta revisó el grado de dependencia de esta cambadesa y pasó del uno (el más leve) al dos, pero por delante de ella hay otras personas con grado tres, lo cual les da prioridad a la hora de acceder a los servicios de atención domiciliaria subvencionados.