Fin de curso para 154 profesores que aprendieron a detectar y tratar el TDAH

s. c. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

NOELIA REY

El profesor Víctor Patiño, profesor del CIFP Paseo das Pontes de A Coruña, ganó la beca de 3.000 euros para desarrollar un proyecto en su instituto

27 may 2017 . Actualizado a las 10:44 h.

«Non pode ser que o futuro dun neno estea na man de que lle toque un mestre coma Víctor ou como ao que se referiu Ángel Carracedo». Así se expresaba este viernes Román Rodríguez, el conselleiro de Educación, al hablar del programa de formación de profesores para la detección y tratamiento de alumnos con TDAH que desarrolla la Fundación María José Jove junto a la Fundación Ingada con el respaldo de la consellería. El Víctor del que hablaba el conselleiro se apellida Patiño Grela y es profesor del CIFP (centro integrado de FP) Paseo das Pontes de A Coruña. Patiño participó en esta tercera edición del curso formativo y ganó la beca de 3.000 euros para desarrollar un proyecto en su instituto. Explicó en el acto de presentación de resultados por qué se apuntó: «Tiven a sorte de que un sistema informático derivou á miña aula a un rapaz con este trastorno pero moitísima ilusión por ser cociñeiro». El joven, «que arrastra unha forte carga de frustración, díxome: '¡Ayúdame! Yo quiero ser cocinero, esto me encanta'». Patiño se emocionó y no lo dudó, pero también se dio cuenta de que no tenía formación para afrontar este reto. Y de ahí que acudiese al curso.

El profesor «ao que se referiu Ángel Carracedo» está en la otra punta del espectro de la sensibilidad docente: «Nun acto de gradación que estiven hai pouco -explicaba el genetista, presidente de Ingada, en su intervención-, un mestre dixo que o TDAH non existía, que era un invento das farmacéuticas. É como negar que existan as queimaduras e botarlle a culpa á nivea». Por eso, recalcaron el médico y el conselleiro, hay que dar formación a los profesores.

La presidenta de la Fundación María José Jove, Felipa Jove, lo tiene clarísimo, y este viernes daba cuenta de ello: en tres años pasaron 532 docentes (de otros tantos centros, y ya son casi la tercera parte del total gallego), de los que el 60 % son de primaria y el 40 % de secundaria. En la edición que se celebró este año fueron 154 profesores: 50 de Pontevedra, 42 de A Coruña, 37 de Lugo y 25 de Ourense. Es la forma que tiene la Fundación de corregir «un sistema que educa ciudadanos competentes pero a veces se olvida de la parte emocional».