Feijoo cierra su gira por China «satisfeito» por el alto nivel de concreción de los inversores

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Zyw | efe

Negoció con el presidente de un fondo con 850 empresas

17 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La expedición a China del Gobierno gallego encabezada por Alberto Núñez Feijoo ha iniciado el regreso a casa gratamente sorprendida por la receptividad detectada en sus interlocutores, que ofrecieron algo más que un trato cordial. En los viajes oficiales es habitual que la agenda combine actos de carácter protocolario de menor proyección con reuniones de auténtico contenido político o económico, y en esta ocasión Feijoo se ha mostrado altamente «satisfeito» porque ha percibido un inusual nivel de concreción en los encuentros.

El objetivo es ensanchar dos canales de ida y vuelta ya abiertos pero con un largo trecho por recorrer: el del crecimiento de las exportaciones, con una especial proyección para el sector agroalimentario gallego; y la posibilidad de que los inquietos inversores chinos sigan inyectando capital en la comunidad para dar solidez financiera a iniciativas con base en Galicia.

Esta última línea de trabajo fue la que dominó la jornada de despedida, en la que Feijoo se reencontró con Wang Wei, el presidente de Shanghai Industrial Investment, un gigante inversor que cuenta en su cartera con 850 empresas que suman 50.000 nóminas de trabajadores. Wei ya estuvo a finales del 2016 en Galicia con el presidente y el conselleiro Francisco Conde tras cerrar la compra de conservas Albo, una de las firmas que ha terminado integrada en el conglomerado con sede en Shanghái. Con todo, el interés por intensificar las relaciones con el grupo financiero e industrial tiene otras miras, ya que en la actualidad los sectores con más huella del holding son el del tratamiento de residuos, el saneamiento y abastecimiento de aguas, las energías y la agroindustria, campos que les permitieron abordar «distintas opcións de investimento en Galicia», según declaró Feijoo antes de dirigirse al aeropuerto con el compromiso en la cartera de «seguir traballando» para propiciar más relaciones.

Shanghái, un escaparate

El último encuentro que mantuvo la delegación gallega fue con el vicealcalde de Shanghái, Xu Kunlin, el segundo responsable político de una ciudad que es un negocio en sí mismo. La mayor metrópoli china, con 24 millones de habitantes con una capacidad adquisitiva que crece de forma sostenida, es a día de hoy el centro más atractivo del país. Y también el mejor escaparate para mostrarse al mundo asiático, ya que recibe a siete millones de turistas internacionales y verdaderas riadas de chinos que quieren empaparse del estilo vanguardista de la gran urbe regada por el río Yangtsé.

Pero también es uno de los principales focos emisores de turistas. A pesar de que la economía china ha cedido en su empuje, los chinos viajeros -unos 130 millones- siguen aumentando el gasto en sus vacaciones en el extranjero a golpe de dos dígitos anuales, un fenómeno del que ya se benefician destinos del área geográfica como Japón y Tailandia y que también va calando en las grandes capitales europeas. El siguiente círculo de influencia serán las regiones periféricas de Gran Bretaña, Francia, Italia o España, y llegados a ese punto Galicia entra en una complejísima puja.

La directora de Turismo, Nava Castro, que mantuvo reuniones sectoriales en Pekín y Cantón, terminó confluyendo de nuevo con la delegación en Shanghái, donde alcanzó un esperanzador compromiso de la principal agencia de viajes en línea de país, que visitará Galicia este mismo año. Se trata de Ctrip, un operador cuyas cifras asustan incluso en un país líder del sector turístico como es España. Su web cuenta con 250 millones de usuarios y la aplicación de reservas lleva ya 2.000 millones de descargas. Castro se presentó ante los directivos con dos sólidos argumentos, el Camino de Santiago -de 15 peregrinos en el 2004 se pasó a 831- y la gastronomía gallega, con la se quiere competir por la guinda del enorme pastel chino.