La Xunta concentra en los hospitales el antídoto contra el veneno de víboras

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

CÉSAR QUIÁN

En algunos casos llega por transporte urgente y en los centros de salud carecen del suero

23 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Gran parte de los hospitales gallegos cuentan con el antídoto para aplicar a los pacientes en el caso de una mordedura de ofidio, concretamente de víbora. Y ello a pesar de que se trata de una urgencia poco frecuente en los hospitales gallegos. Hay que tener en cuenta que en toda España se producen anualmente entre 100 y 150 incidentes de este tipo -unos 8.000 en toda Europa-, pero el Ministerio de Sanidad, a través del Instituto Carlos III, recomienda a las comunidades autónomas que estén preparadas, pues los efectos del veneno sobre el organismo pueden complicarse. Es posible que un ataque de una víbora deje secuelas, pero la mortalidad es muy rara: 1,2 casos anuales de media en todo el territorio nacional. En las últimas semanas, aparte de los casos ya conocidos, los hospitales gallegos no trataron casos de mordeduras de esta especie de serpiente.

La estrategia del Sergas en este asunto -y por lo general de todos los servicios de salud españoles- es concentrar la atención sanitaria de estos casos en los hospitales, por lo que es recomendable acudir a ellos directamente en caso de una mordedura de víbora a través del servicio de urgencias. Es decir, el protocolo sanitario indica que el tratamiento hospitalario en estos casos es obligatorio.

Los centros de salud, por tanto, no cuentan con el suero antiofídico. Pero tienen un protocolo o praxis médica que detallan en el de A Estrada, donde el año pasado atendieron a un hombre que fue atacado por una víbora de gran tamaño en una mano. Proceden a estabilizar a la persona afectada, aplicarle suero y corticoides para evitar una reacción anafiláctica y a trasladarlo al hospital, en esta zona al de Santiago. En este caso el afectado llegó a estar ingresado en la uci compostelana pero se terminó recuperando.

Son los principales hospitales los que cuentan con el suero antiveneno, como el Clínico de Santiago -también el concertado de la Rosaleda-, los de Vigo, A Coruña, Ourense, Lugo o Ferrol. En el hospital de Barbanza no lo tienen, pues se sitúa en el centro de referencia comarcal, que es el Clínico de Santiago.

En estos casos los especialistas creen que hay tiempo suficiente para el traslado del paciente al centro de referencia, aunque en algunas situaciones se puede recurrir al transporte urgente. En cambio, en el centro hospitalario de Monforte sí disponen del suero. El jefe del servicio de urgencias de este centro sanitario, Ramón Muñoz, explica que este tipo de incidentes son muy poco frecuentes, al menos en el área sanitaria de Monforte. «Son mucho más habituales, por ejemplo, las reacciones alérgicas por picaduras de abejas o avispas», asegura.

Por contra, el Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (Chop) carecen del antídoto. Fuentes de la dirección explican que cuando se requiere (algo que no es habitual, pues el último caso fue hace tres años) se solicita el suero antiofídico a los hospitales de Vigo o Santiago, que lo mandan por transporte urgente. Lo mismo sucede en Vilagarcía, donde el último caso que trataron con suero antiofídico data del 2014. En todo caso, los expertos avisan de que no todas las picaduras precisan de inoculación de suero.

El Hospital da Costa, en A Mariña lucense, sí cuenta con el antídoto, según fuentes sanitarias.

«En más de veinte años de profesión solo he visto dos casos»

CESAR QUIAN

«La prueba de que son casos muy puntuales es que cuando se da uno, llama mucho la atención y sale en todos los medios», resume José Manuel Fandiño, coordinador de Urgencias del Chuac. En más de veinte años de trayectoria profesional «solo he visto dos picaduras de víbora», indica antes de subrayar que la principal complicación es, precisamente, identificar si realmente se trata de la mordedura de un ofidio venenoso o no.

Como consejo general ante un ataque aporta uno básico: «Acudir al centro médico más próximo» y, entre tanto, aplicar frío, limpiar la herida con agua y jabón y procurar que el herido no se mueva para que el veneno no se expanda por el torrente sanguíneo con rapidez. Sea donde sea el punto de atención, allí se iniciará el protocolo por si es necesario suministrar el suero, que en el hospital coruñés «está disponible» y que, a pesar de que es efectivo hasta las 24 horas siguientes a la mordedura, debe administrarse con la mayor prontitud posible ante alteraciones neurotóxicas con visión doble, fallo pulmonar o cardíaco.

Un gasto medio de 2.000 euros y una estancia hospitalaria de cinco días

Las complicaciones de una mordedura de serpiente pueden ser graves y, en algunos casos, precisan de la permanencia en la uci y a menudo el ingreso hospitalario. Según un estudio del Instituto de Salud Carlos III, se calcula que el gasto medio por paciente se sitúa en unos 2.000 euros, pues se requiere una estancia media en el hospital de cinco días. El suero antiofídico está considerado como una medicación extranjera que adquiere directamente el Ministerio de Sanidad a través de la Agencia Española del Medicamento. Desde aquí se distribuye a las comunidades autónomas, que deben tener un nivel mínimo de stock.

¿Qué hacer si se encuentra una víbora en casa o en la finca?

El 112 tiene un protocolo para retirar estos animales y evitar así la exposición a las mordeduras

pablo gonzález

El susto puede ser importante, especialmente si hay niños por el medio. Pero con las altas temperaturas de estos días no es descartable que pueda aparecer una víbora o cualquier tipo de serpiente, especialmente en las viviendas unifamiliares que salpican toda la geografía gallega. En las ciudades, también ocurre. Aunque las reacciones ante estos animales son variadas, y a menudo motivadas por el miedo cerval a estos reptiles, no es raro que los que se encuentran con un animal de este tipo en su casa llamen al 112 para informarse de lo que deben hacer, según confirman en Emerxencias. Tanto los expertos como la Administración recomiendan no matar a la serpiente y tener cuidado de no actuar agresivamente en su entorno inmediato, pues es al sentirse amenazada cuando puede llegar a morder.

En el 112 tienen un protocolo para estos casos. Una vez recibida la llamada de la persona que ha visto la serpiente en su casa, los operarios de Emerxencias se ponen en primer lugar en contacto con el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre provincial, que depende de la  Consellería de Medio Ambiente. Hay cuatro en Galicia: uno en Santa Cruz (Oleiros, A Coruña), otro en O Veral (Lugo), otro en el Alto de O Rodicio (Maceda, Ourense) y un cuarto en Cotorredondo (Vilaboa, Pontevedra).

Si este contacto falla -en realidad estos centros están orientados a recuperar animales enfermos o heridos- se recurre a las concejalías de Medio Ambiente de los municipios, especialmente los de mayor tamaño, o directamente a la Policía Local del lugar donde vive la persona que hizo la llamada. En Vigo, por ejemplo, hay una brigada medioambiental que se dedica a retirar animales como estos. Recientemente recuperaron uno del patio de una vivienda.

A veces en los concellos, si reciben llamadas de este tipo, piden a la persona que les envíe una fotografía del reptil para que un experto dictamine si es una especie venenosa o no. Si no lo es, normalmente no se envía a nadie y se asesora a esa persona sobre cómo puede retirarla. El Seprona también interviene en algunos casos.

Fuentes de la Consellería de Medio Ambiente explican que la víbora no es una especie invasora y no hay, lógicamente, una estrategia de control. «Por otra parte, no tenemos constancia de un especial incremento de esta especie», aseguran, como ya constataron distintos expertos en este periódico. Lo que sí tienen claro en Medio Ambiente es que las altas temperaturas que sufrió Galicia estos días «son propicias para una mayor visibilización en el medio natural», afirman. No es que haya más, sino que se dejan ver más.

Con información de Rosa Domínguez, Serxio González, Ángel Paniagua, Cris Barral, P. González, Edith Filgueira, Joel Gómez, José M. Palacios, Marta Gómez, Carlos Cortés, Bea Abelairas, Francisco J. Benito y María Cuadrado.