Feijoo pide que no se malogre la unidad de España con «egoísmos y frivolidades»

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El presidente admite que el Día de Galicia quedará marcado por «el accidente»

26 jul 2017 . Actualizado a las 11:36 h.

Alberto Núñez Feijoo ejerció por cuarta ocasión como delegado regio en la ofrenda al Apóstol del 25 de julio en Santiago. Es, sin embargo, la primera vez que habla en nombre del rey Felipe VI. El monarca acude puntualmente y casi siempre en los años santos, y por eso el presidente de la Xunta, el del Parlamento y el alcalde de Santiago suelen repartirse la representación en este acto, aunque el regidor Martiño Noriega ha declinado por tercer año su participación en los actos religiosos, aunque sí ha estado presente en el Obradoiro y en el pazo de Raxoi.

Para Feijoo es «un honor», y se encargó de recordarlo en dos ocasiones en su discurso dirigido al Apóstol, que respondió el arzobispo Julián Barrio. «Siendo respetuosos con la tradición, lo somos también con las mujeres y los hombres que le dieron vida y admitimos nuestra deuda con ellos», justificó el presidente.

No tardó en llevar su intervención al ámbito político, aunque se apoyó en el Camino, que consideró el «primer Parlamento de Europa». Esta idea le sirvió para advertir que es necesario preservar ese espacio de «paz y convivencia», que por ese motivo es objetivo del terrorismo tras el que se «enmascaran» razones religiosas o tesis nacionalistas cuando solo es «odio al diálogo».

Europa y España, dijo, se han construido sobre la base de la libertad y la pluralidad, y por eso reclamó decisión para que «esta obra no se malogre por culpa de egoísmos, insolidaridades o frivolidades, con la ley y la razón. La obstinación de unos pocos no puede prevalecer contra la sensatez, la lealtad y la solidaridad de muchos». En ese punto valoró el papel de unidad representado por Felipe VI, y antes por Juan Carlos I, que garantizaron el autogobierno «de sus nacionalidades y regiones». Y esa unidad, insistió, también ha propiciado que «estemos superando» la crisis.

Recuerdo para Angrois

El jefe del Ejecutivo abrió dos frentes más. Por un lado, tuvo unas palabras para las víctimas del 24 de julio del 2013, porque «desde aquella fatídica tarde, todos los Días de Galicia quedarán marcados por el accidente». Y también abordó el problema de la violencia ejercida contra las mujeres, que «avergüenza» a la sociedad y «pone a prueba» al Estado de derecho. El mensaje a las víctimas quiso que fuera inequívoco: no están solas. Y se dirigió a los verdugos: «Nos agreden a todos y por ello tendrán siempre la respuesta de todos».

Feijoo también hizo, en gallego, reflexiones sobre «a nosa lingua, cargada de fermosas tradicións que non se poden traizoar», y consideró estratégico que Galicia se prepare para estar presente en el mundo a través del Camino y del fenómeno jacobeo, que se intensificará en el 2021.

El delegado regio, que estuvo acompañado en el templo compostelano por miembros de su Gobierno, por el expresidente portugués Aníbal Cavaco Silva y por el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría -ambos medallas de Galicia-, coronó su intervención pidiéndole al santo su intercesión para preservar una «ferramenta para ordenar a convivencia aínda non igualada: a democracia». Y puso en valor su enraizamiento en Europa, en España y en Galicia, que describió como pueblos con capacidad para creer en el ser humano, en la libertad y en la igualdad.

Presencia policial imponente que garantizó la «normalidad», y colas en la catedral

La seguridad ya es una invitada más en Santiago en la festividad del Día de Galicia. La Delegación del Gobierno sostuvo días atrás que el despliegue de agentes uniformados o de paisano fue similar al del año pasado, y sin embargo la percepción de presencia policial fue imponente desde la tarde del 24 hasta bien avanzada la jornada de ayer. El delegado, Santiago Villanueva, destacó la «normalidad total» en el dispositivo, aunque esa aparente tranquilidad haya supuesto que los vecinos y los turistas se hayan acostumbrado estos días al sonido del helicóptero policial sobrevolando Compostela o a que todo el casco histórico, y especialmente la catedral, estuviese tomado por las fuerzas de seguridad y sus vehículos estratégicamente ubicados durante la llamada fase crítica, que incluía la noche de los fuegos y las celebraciones políticas. Hubo controles de vehículos en los accesos de la ciudad -en nivel 4 de alerta terrorista desde principios de julio- y estuvieron presentes medios caninos y artificieros, que no tuvieron que intervenir.

Control de bolsos y camiones

Tampoco hubo mayores problemas para controlar que los camiones no accediesen a la ciudad hasta la medianoche de este martes, y sí algunas colas para revisar cualquier bolso o mochila de pequeño tamaño, porque los grandes estaban directamente prohibidos. Estos filtros, que funcionaron con cierta fluidez en las aglomeraciones y los conciertos previstos, provocaron durante el día verdaderos atascos humanos para acceder a la catedral, en la que hubo restricciones de paso durante el acto de la ofrenda, que dejó inhabilitado un espacio emblemático para los peregrinos como es el Obradoiro.

La Delegación del Gobierno destacó los canales de coordinación y comunicación entre los diferentes agentes de seguridad de todos los cuerpos implicados, entre los que estaban la Guardia Civil, la Policía Local de Santiago, Protección Civil, la unidad de policía adscrita a la Xunta de Galicia, bomberos y guardias de seguridad de empresas privadas, que se hicieron cargo de controlar las entradas al templo y a los conciertos.

Lo importante, dijo Villanueva, es que durante el dispositivo no hubo que reseñar «ningún incidente», salvo el caso de violencia contra una mujer que se produjo en la tarde del 24 junto a la Alameda y que no está relacionado con la fiesta.

El arzobispo reclama a los políticos soluciones con «diálogo sereno»

Como es tradición, el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, respondió al discurso del oferente con otro cargado de reflexiones en el ámbito espiritual y religioso que también le valieron para abordar asuntos de la vida civil. Así, dirigiéndose también al Apóstol, pidió su intercesión para que los gobernantes «sepan encontrar, en diálogo sereno y respetuoso con la verdad, soluciones a los problemas políticos, sociales y culturales», un avance que les permitirá constituir una «una verdadera comunidad» que conviva en un pluralismo «complejo» y que vaya «más allá de un pluralismo irreconciliable». Barrio tampoco se olvidó de las víctimas del Alvia ni de los que sufren el terrorismo o cualquier tipo de violencia: «Ninguén de nós pode esquecer esa sombra de dor que nas vésperas da túa festa de hai catro anos estendeuse pola cidade polo accidente ferroviario».

Y también habló de unidad. Para el arzobispo, resulta imposible «construir lo propio sin velar por el prójimo». Y recordó que la historia espiritual y moral de Europa en torno a la memoria de Santiago «ofrece más elementos comunes para construir una auténtica comunidad que elementos divergentes o contrarios entre sí».

En clave religiosa, el máximo representante de la Iglesia gallega puso como ejemplo a Santiago apóstol, que «entendió que no era la hora de especular si estar a la derecha o a la izquierda del Señor, sino de servir». Del mismo modo, ha reclamado «vivir y pensar la fe resistiendo a la dictadura del espíritu de la época, que pretende prescindir de Dios en la visión y valoración del mundo».