Acuerdo tácito en la cúpula del PPdeG para que Alfonso Rueda releve a Feijoo en la Xunta y el partido

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Los dirigentes provinciales dan vía libre a una sucesión «de unidade» para que se consume en mayo

14 abr 2022 . Actualizado a las 21:01 h.

Como conselleiro desde el 2009, vicepresidente único desde el 2012, vicepresidente primero desde el 2020, presidente provincial de Pontevedra desde el 2016 y secretario general del partido en las dos primeras mayorías de la era Feijoo, Alfonso Rueda partía de una posición de ventaja para relevar a Alberto Núñez Feijoo. Hoy está mucho más cerca de convertirse en el próximo presidente de la Xunta de Galicia y líder del Partido Popular de Galicia. En mayo, salvo sorpresa, se cerrará todo ese movimiento, que en un partido presidencialista como el PP será todo uno.

El todavía jefe del Gobierno gallego ha aprovechado los últimos días para dialogar con todos los referentes territoriales y orgánicos con el objetivo de dejar como herencia una sucesión «rápida y ordenada» sin que se resienta el poder que tiene hoy el PP en la comunidad. Ayer completó la ronda de encuentros con José Manuel Baltar, una cita que, según fuentes consultadas, «salió bien» y de la que se extrae un acuerdo tácito de no agresión en la cúpula para que Rueda sea el sucesor.

El propio Baltar dio ayer mismo por respondida la gran pregunta: «Lo previsible es que el vicepresidente primero tome posesión como presidente de la Xunta. Es el más preparado, pertenece profesionalmente al mundo de la Administración y ha estado con Feijoo codo con codo desde el principio», declaró el líder ourensano a Europa Press.

Lo que hace unos días era solo una opinión muy similar en sus términos cobra especial relevancia después de esa conversación con Feijoo. Hay voluntad entre los líderes provinciales de contribuir a la resolución de esta transición en el partido con un proceso sin grietas y del que todos salgan ganadores.

Nada de bicefalia

En su entrevista en La Voz el domingo, Feijoo repitió con insistencia un mensaje: «unidad» en el PPdeG para mantener la estabilidad política en Galicia. Abogó por que el sucesor salga de ese congreso extraordinario, para evitar la imagen de un relevo a dedo, pero también que pueda hacerse siguiendo el mismo formato que tuvo él en Sevilla: una lista única, que de momento no se ha abordado, más allá de quién la encabezará. Se mostró así en contra de bicefalias, esto es, que quien presida el PPdeG sea distinto de quien asuma el mando en San Caetano. Y es lo que ha trasladado a los dirigentes con los que ha conversado estos días. «No puede irse a presidir el PP nacional dejando un problema en Galicia, no tendría sentido», apunta otra fuente del partido.

Con el nombre de Rueda ya acordado por la cúpula, se cumple también con otra máxima de Feijoo: acabar «cuanto antes» con la situación de interinidad abierta en el PPdeG e, indirectamente, también en la Xunta.

Los cuatro presidentes provinciales, los que concentran el poder orgánico, se han ido moviendo en los últimos días. Diego Calvo (presidente del PP de A Coruña) fue el primero en plantear abiertamente la necesidad de darle voz a la militancia en un congreso extraordinario. A Alfonso Rueda, señalado hace días por la oposición como nuevo líder de facto del PPdeG, también le pareció una buena idea ese congreso, pero solo lo expresó después de que Feijoo lo dijese en La Voz. Y siempre habló de una «proposta conxunta». Elena Candia (Lugo) prefirió reservarse su opinión para compartirla de puertas adentro, pero «siguiendo la máxima de mantener la institucionalidad», según fuentes consultadas. Y finalmente, con Baltar ya posicionado respaldando a Rueda, la ecuación ha terminado de despejarse.

 Otras voces autorizadas, como la del portavoz parlamentario, Pedro Puy, también han transitado en las últimas horas por la opción del congreso al estilo del de Sevilla, es decir, un cónclave con la militancia, pero sin confrontación interna.

Resuelto el nombre del sucesor tras diez días de negociaciones después del congreso de Sevilla —de donde Alfonso Rueda salió ya como el mejor situado—, quedan aún grandes incógnitas por confirmar en el relevo de Feijoo. Una tiene que ver con el calendario. La intención del PPdeG es avanzar paralelamente con los trámites en la Xunta y el Parlamento al tiempo que se resuelve por la vía rápida un congreso extraordinario con el candidato de consenso. Por ahora no hay una lista elaborada.

La próxima batalla: los puestos en el partido y en la nueva Xunta

Otra cuestión distinta son las conversaciones que se puedan abrir, a partir de ahora, entre los líderes para ocupar puestos determinantes en la estructura autonómica; o la secretaría general del partido, que Miguel Tellado abandonaría para centrarse en su labor en Génova. Para uno y otro puesto, con sus vacantes encadenadas, no hay candidatos tan claros como el que se intuía para la presidencia de la Xunta.

Los movimientos internos se han ido sucediendo. El lunes se reunió el comité ejecutivo del PP de A Coruña, y hubo llamamientos para que la provincia —a la vista de los resultados electorales de las autonómicas y su militancia— no pierda peso en la reorganización del partido. No es descartable que en ese pacto de ganadores que se espera Diego Calvo pueda asumir algún puesto en el Consello de la Xunta.

Con el sudoku de los nombres a punto de completarse, el círculo más próximo a Feijoo tendrá que completar otro no menos complejo: el de las fechas. La idea del PPdeG es abrir un proceso en paralelo entre el relevo en el partido y en la Xunta a lo largo del mes de mayo.

En el fondo, y pese a que se basa en normas como el Estatuto de Galicia o el reglamento del Parlamento, el relevo institucional puede ser mucho más ágil que el orgánico. Basta con una comunicación al presidente de la Cámara de cese del presidente de la Xunta —que entra en funciones, como el resto del Consello— para que se activen las consultas con los tres partidos. La oposición ha coincidido en las últimas semanas en querer meter prisa a los cambios, aunque por motivos distintos.

Miguel Santalices, como presidente del Parlamento, cuenta desde entonces con un plazo de treinta días para fijar el pleno de investidura, pero no tiene que agotar necesariamente ese tiempo, porque se da por descontado que los partidos de la oposición ya están más que alertados de que esa sesión se va a celebrar más pronto que tarde. Tras defender su nombramiento y, pasadas 48 horas, escuchar a la oposición, se hará la votación del nuevo jefe del Ejecutivo gallego. Tradicionalmente se reserva para la siguiente jornada el acto protocolario de la toma de posesión, que suele coincidir en sábado. Feijoo siempre aprovechó esa tarde para confirmar telefónicamente su nuevo equipo, que ha dado a conocer en domingo para hacer la foto de familia un lunes.

Paralelamente se tiene que preparar el congreso del partido, que aun siendo extraordinario tiene otras limitaciones. Según la normativa del PPdeG, puede convocarse con un margen de veinte días si se justifica la urgencia —la situación es inédita—, aunque fuentes populares rebajan la urgencia de su celebración si finalmente hay esa candidatura de unidad.

El PP tiene una decena de congresos autonómicos pendientes, a los que se ha sumado el de Galicia, obligatorio al acceder Feijoo a la presidencia nacional. Sin embargo, la prioridad de Génova ha sido ubicar en el calendario el cónclave madrileño —el 20 y 21 de mayo— ocupando uno de los fines de semana que se han manejado para la transición política en Galicia. Más allá del simbolismo, el partido justifica la «urgencia» de la cita en Madrid en la celebración de las autonómicas dentro de un año y, sobre todo, por el desbloqueo de los congresos locales y los carteles de alcaldías que se consideran estratégicas, con nueve municipios por encina de los 100.000 vecinos.