Eugenia Pérez, directora xeral de FP: «En los últimos cursos de primaria ya hay que hacer orientación para la FP»

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Eugenia Pérez, directora xeral de FP, en el corredor anexo a su despacho de San Caetano
Eugenia Pérez, directora xeral de FP, en el corredor anexo a su despacho de San Caetano Sandra Alonso

Cree que falta conocimiento de la FP entre docentes y familias

01 mar 2023 . Actualizado a las 18:46 h.

 La pasada semana se dio a conocer el Real Decreto de Ordenación de la FP, un documento del Ministerio de Educación y FP que explica cómo será la etapa en el futuro. Es un momento dulce para la formación profesional, con cambios y mucho dinero proveniente de Europa. En Galicia, la FP está en manos de Eugenia Pérez, una economista de Baiona que lleva desde el 1992 en la Xunta tras un paso breve por Finsa; en San Caetano ha estado sobre todo en Educación (fue jefa de servicio y subdirectora xeral de centros, de innovación y de FP) y vivió un paréntesis en Emprego para volver al equipo de Román Rodríguez. Es casi imposible coger a Eugenia Pérez en un renuncio porque, como ella misma confiesa, es «muy fan de la FP».

—Galicia tiene unas 400 horas de práctica en cada ciclo, pero el nuevo decreto dice que deben ser entre 500 y 700 horas, en los dos cursos y no como algo aparte de la formación, sino en paralelo al aprendizaje. ¿Cómo se va a organizar algo así?

—Creo que lo primero que tenemos que empezar es por tener en cuenta que este real decreto es una parte del desarrollo de la ley. Está pendiente de que se publique el Real Decreto de calendario, que ya fue a la Conferencia Sectorial en diciembre, permitía aplazar la implantación de la ley. Es decir, la implantación no tiene que realizarse el curso que viene. Pero ese decreto del calendario aún no está publicado, y este está supeditado a ese calendario de implantación. Por lo tanto, de cara al próximo curso no va a haber grandes modificaciones. Sobre las prácticas, establece, al desaparecer el módulo de la FCT (Formación en Centros de Trabajo), que esta se realice en los dos cursos, recogiendo parte de la formación curricular de los módulos que de alguna forma incluso el centro decida. Es decir, la gran diferencia está en que ahora mismo el módulo de FCT se evalúa como tal módulo, y a partir de la entrada en vigor de este decreto, la formación de empresa se evalúa dentro de cada módulo del que quitemos una parte para formación empresa. Realmente, ahora el módulo de FCT ya recogía aquellos resultados de aprendizaje que se querían reforzar para que los hiciera en la empresa y estaban plasmados en un programa que el alumno llevaba la empresa consensuado con la empresa.

«La tendencia es un mayor acompañamiento entre el centro educativo y empresa»

—¿Qué sistema es mejor?

—Creo que ya por tendencia, ahora la FP dual estaba yendo a una mayor presencia de la formación de empresa, es decir, de un mayor acompañamiento entre el centro educativo y empresa. Y yo particularmente, pues digamos que soy bastante fan de la FP, creo que es bueno. O sea, creo que eso sí que es bueno, y nosotros ya lo estábamos haciendo, ya teníamos mucha formación en empresa en todos los proyectos.

—¿Es fácil de hacer con el sistema industrial gallego, con pequeñas empresas que hacen cosas muy puntuales?

—Nosotros aquí la dual la hemos acercado totalmente al pequeño empresario: incluso aquel tiene un solo empleado puede coger un alumno de la especialidad que necesite. Este real decreto establece esa dinámica, pero luego dice que queda todo pendiente de las empresas, con lo cual estamos un poco en lo mismo.

—No puede obligar.

—Nosotros hemos ido avanzando, hemos ido incorporando cada vez más proyectos de dual y ya hemos ido incrementando esa formación en empresa. Entonces, estamos de acuerdo con que la formación en empresa es importante que sea amplia. Los empresarios nos decían desde hace años que los tres meses de la FCT a veces no eran suficientes para conocer bien al alumno, para ver bien cómo evolucionaba en la empresa, que un poquito más estaba mejor. Y en ese sentido hemos ido trabajando en diferentes vías: en la dual, en muchos proyectos que combinan ya ciclos unos con otros, ciclos con partes de otros ciclos, con una oferta modular complementaria, claro, y eso vemos que funciona, que tiene una inserción prácticamente del 100%. Creo que la formación dual que tenemos en Galicia es un modelo muy propio. Hemos hecho un modelo que realmente está adaptado, cada proyecto está adaptado a la empresa o empresas que participan.

«La red de centros integrados, que es súper potente en Galicia, ha sido la envidia de las demás comunidades»

—¿Esta FP tan adaptada se puede hacer en todos los centros?

—Sí, se puede hacer en todos, hay muchos institutos que no son integrados y que también lo están haciendo. Tenemos, diría que desde el 2009, una apuesta importante por la FP, y eso ha permitido avanzar y hacer políticas. Se ha puesto en marcha esa red de centros integrados, que es una red súper potente en Galicia, que ha sido la envidia de las demás comunidades autónomas, porque es una red que realmente funciona como red, que colaboran y que son un apéndice directo de la Administración educativa para todo: no solamente para la oferta de ciclos, sino para la innovación, el emprendimiento, la digitalización... La red ha sido un referente, han actuado muchas veces como coordinadores de proyectos, empujando también a otros centros de FP en temas de internacionalización, apoyando también las redes de nuestros consorcios Erasmus+. Han tenido también apoyo desde los centros integrados otros centros que se fueron incorporando a eses consorcios Erasmus. Tenemos un profesorado bueno, implicado, y que aporta, trabaja y se actualiza mucho, y recoge nuestras iniciativas con ímpetu y ganas.

—¿Habrá más centros integrados?

—Ahora tenemos 26, tres del ámbito laboral. Estamos empezando a estudiar esas posibilidades de cara al próximo curso, algún centro que nos parezca que hay que empujarlo más, pero, vamos, que van a ser muy puntuales. Igual hay uno o dos

—Esto nos lleva a la necesidad de tener un mapa de la FP.

—Tiene que ver el Plan Conecta FP, que estamos desarrollando ahora. Estos encuentros entre empresarios y otros departamentos de la Administración y organizaciones, tiene que ver con todo esto. A partir de ahí vamos a constituir ahora grupos de trabajo y de ellos van a salir unos planes, específicos sectoriales.

«Apostamos por cinco sectores: mar, madera, metal, turismo y energía»

—¿Cuál es la apuesta de la FP gallega?

—Hemos escogido cinco sectores que consideramos estratégicos para Galicia. Son: madera y forestal; la cadena del mar; el metal, que incorpora desde el naval a la automoción, la construcción metálica o la aeronáutica; la hostelería y el turismo; y la energía, los recursos naturales —desde piedras, canteras y minería— hasta las energía sostenibles, las de hidrógeno verde, eólica, eléctrica...

—Y eso es lo que va a vertebrar el mapa.

—Va a salir un plan también para cada territorio. Entonces haremos una propuesta de oferta que luego estará condicionada evidentemente por otras cosas. Centros que tenemos, pero queremos ir optimizando en todo lo posible lo que hay. También que los centros den su opinión sobre cuál creen que puede ser su oferta, las posibilidades que tienen de implementar.

—¿Y todo eso estará en junio?

—Sí, ahora hay que ir trabajando y luego hay que repartir el trabajo.

«Cuanta más digitalización y mecanización, mayor es la necesidad de contar con personas con cualificación»

—¿Se piensa en el medio plazo?

—Sí, en algún perfil nuevo. Esas empresas que están anunciando que se van a implantar en una zona, a lo mejor ahí tenemos que formar gente en ese esos perfiles. Hemos lanzado este plan ahora porque hemos visto que hay una demanda muy grande de todos los sectores de personas para trabajar, cualificadas, técnicos y técnicos superiores. Necesitan gente para el relevo generacional, personas preparadas para una mayor automatización de las empresas. Cuanta más digitalización y mecanización, mayor es la necesidad de contar con personas con cualificación. No voy a decir que vayamos a poner atajo definitivo, ni mucho menos, pero sí apoyar lo que podamos para que esto avance. Entonces, de ahí la idea de hacer un incremento fuerte de plazas de FP y adaptado a las necesidades de Galicia.

«La demanda de mano de obra no se corresponde con la demanda del alumno»

—¿Pero cuenta la demanda, porque después el alumno lo que quiere hacer es Educación Infantil?

—Sí, y cada vez hay menos niños. Bien sabemos que la demanda de mano de obra no se corresponde con la demanda del alumno. Ahí tenemos que hacer también un ajuste. Ahí tenemos que hacer también mucha orientación, desde todos los ámbitos: en el centro educativo, pero también tiene que llegar a familias, empresas y a la sociedad. Todos tenemos que ir muy de la mano para que esto realmente funcione.

—Hay un gran desconocimiento de los alumnos hacia la FP. Pero si un centro tiene un orientador para 600 y 800 estudiantes, con necesidades educativas especiales de todo tipo, no se puede centrar en la orientación laboral.

—Sí. Los de orientadores de secundaria están muy saturados, pero la orientación tiene que empezar ya desde edades muy tempranas. Creo que ya desde primaria tenemos que empezar a hablar de orientación, porque ahí los niños ya tienen sus inquietudes, de lo que le gusta, lo que no le gusta o lo que deberían saber. Algunos estudios también indican que es en los últimos dos cursos de primaria donde hay que hacer ya una actuación específica importante en orientación profesional, en el sentido de orientar bien a las personas (hombres y mujeres), para que vayan a profesiones que van a tener futuro y que y que están asentadas en sus territorios. Siempre habrá algunas personas que quieran otra cosa, evidentemente, pero hay que empezar antes con la orientación, hay que llegar más, tendremos que hacer más difusión y campañas porque hay que llegar más a las familias. Tenemos todavía mucho camino por recorrer, pero estoy convencida de que hay personas que tienen ya una vocación, que saben lo que quieren hacer y no necesitan ir a estudiar, digamos, por una vía puramente academicista. Aquí tenemos posibilidades de ir de una vía a otra fácilmente [entre FP y universidad] y tenemos que mentalizarnos todos de que los puestos de trabajo van a ser técnicos en un 60%, eso está clarísimo.

—Para tener una buena formación hay que tener buenos profesores. ¿Cómo está la formación de profesores de FP? La pandemia nos demostró que en digitalización, los docentes gallegos estaban regular.

—Como en todo, hay que seguir mejorando. Desde luego, la formación del profesorado es una pata clave en la FP. Tenemos un profesorado muy implicado con que se forma, que se actualiza, que trabaja mucho, que participa en las formaciones que realizamos, que las solicita, que participa, como la formación en las empresas [con estadías de entre dos y cuatro semanas para formarse en una compañía]. Cuando llega una máquina a un centro se incluye formación para que los profesores sepan usarla. Y, además, el profesorado de FP tiene un plan específico, además del general.

«Es una pena que este real decreto no haya aprovechado para que tengamos un profesorado más formado específicamente en lo que tiene que impartir»

—¿Qué porcentaje de docentes acude a cursos?

—No sé, pero tranquilamente un 70%, entre unas vías y otras. Pero es una pena que este real decreto no haya aprovechado para que tengamos un profesorado más formado específicamente en lo que tiene que impartir. Quiero decir, tenemos a veces profesorado que son graduados en la especialidad que sea pero sin experiencia laboral, por lo que llegan al centro educativo y no tienen ese conocimiento para poder dar las clases teórico-prácticas que se dan en FP. Entonces ahí tenemos un problema y esta norma no soluciona ese problema.

—Y los profesores técnicos, que son precisamente los formados en empresas, son un cuerpo de extinción, y ahora partido en dos: los que tienen carrera y los que no. Es cosa del ministerio, pero la Xunta no está dando soluciones.

—La Xunta está hablando y atendiendo a todo este profesorado. Hemos tenido reuniones con ellos y seguiremos. Pero el problema se ha generado a nivel ministerio con una ley de educación que ha dicho que ese cuerpo es un cuerpo a extinguir y una ley de FP que tampoco ha mejorado esa situación. Le ha dado una vuelta de tuerca, y habla de expertos del sistema productivo [para que acudan como profesores a los centros] pero los deja como la última posibilidad, no puede haber profesorado en las listas. Es un poco contradictorio: estás hablando de flexibilizar, estás hablando de dar respuestas rápidas e inmediatas al tejido productivo, pero no puedes hacer una contratación ágil en un momento dado si es necesario. Entonces, si necesito para un ciclo concreto, para un centro específico, a una persona que sepa realmente y que venga del mundo productivo, aunque sea en un horario complementario, no puedo contratarla directamente. A la vez, los profesores que entran acaban en listas para las que no tienen experiencia.

—¿No se les puede formar?

—La Xunta ofrece una formación inmediata.

—Pero no puede obligar.

—Por ahora no podemos obligar. La formación del profesorado es voluntaria. A través de los proyectos de formación en centro de FP y en los procedimientos de acogida, podemos ofrecer a un profesor que se incorpora una formación específica y rápida, en muchos casos impartida por personas del propio centro que ya tienen experiencia. Pero tienes que hacerlo con alguien que quiera hacerla y que tenga ganas de aprender. El problema es que a veces llega gente que no tiene ganas de aprender.

—Volvamos a los profesores técnicos sin carrera. ¿Por qué no se les compensa, no se les misma, con un complemento?

—No lo hacemos ni nosotros ni ninguna otra comunidad. Los técnicos son personas trabajadoras, implicadas. Nosotros lo tenemos claro, algunos de ellos son los directores de los CIFP. Por lo tanto, todo nuestro reconocimiento a ese conjunto de profesores, en estos años no puedo decir más que cosas buenas de ellos.

—El decreto también habla de potenciar el inglés en FP.

—En Galicia estamos muy lejos de que se hable inglés. ¿Cómo está la cosa? El idioma es nuestro mayor hándicap. Las empresas gallegas están muy orientadas al exterior necesitan a gente con conocimiento de idiomas fluido. Por ese motivo hemos empezado hace unos años a incorporar el inglés en el currículo de los ciclos. En los ciclos nuevos, hemos incorporado un módulo propio de idioma que, si no recuerdo mal, es de 53 horas en cada curso, 106 horas en total. En el decreto se da solo un curso.

«El inglés que se debe dar en FP es técnico. Deberíamos contar con que el alumno venga con un nivel de inglés»

—Es decir, Galicia va por buen camino pero tímidamente.

—Tímidamente porque todo lo que se implanta requiere de medios. Entonces nosotros hemos empezado a incorporarlo en los ciclos bilingües, el módulo propio de idioma, los que ya lo tenían, y también lo hemos incorporado a través de incrementar el número de auxiliares de conversación, en los proyectos duales se ofrece desde el 2019 y hay una línea de plurilingüismo en FP y clases fuera de horario lectivo para que los alumnos se preparen y puedan certificar sus conocimientos gratuitamente. No lo hemos hecho obligatorio, así que se va trabajando, mejorando e implementando. El inglés que se debe dar en FP es un idioma técnico, con la terminología propia de la profesión, pero ya deberíamos contar con que el alumno tenga un nivel de inglés porque si parten de cero no da tiempo.

—¿Y la digitalización? También la recoge el decreto, que lo convierte en asignatura obligatoria.

—En Galicia se está haciendo ya el plan de digitalización, creo que Galicia va bastante avanzada: todos los centros educativos en ese momento tienen plan digital. Y este curso estamos ya trabajando directamente en la certificación digital de profesorado y del alumnado; los docentes tienen certificación como en los idiomas, A1, B2... y los alumnos, tiene nivel básico, intermedio y avanzado. Desde este curso, los alumnos gallegos cuando terminen FP de grado básico tendrán automáticamente una certificación de nivel básico; los de grado medio en muchos casos van a conseguir un nivel intermedio; y los de superior, intermedio o avanzado. Los ciclos de informática, electrónica, los cursos de especialización en ciberseguridad o 5G... esos tienen un mayor nivel.

—Cambiando de tercio. La nueva FP tiene como objetivo dar formación útil a todos los jóvenes pero en el rural la oferta se reduce y gastos como el transporte, para ir al instituto en FP o bachillerato, no se cubren.

—Tenemos que hacer una oferta cada vez más flexible, ofreciendo oferta más modular y a distancia. El incremento de plazas previsto [unas 9.500 en dos años] tiene que incluir la oferta a distancia, que permite a cualquier persona del rural poder estudiar.

—La formación a distancia está bien, pero no para un chico de 16 años.

—La parte de FP Básica la hemos acercado y la vamos a seguir acercando al rural, y a partir de ahí el ciclo medio. Y hay zonas donde tienen mucha oferta, aunque parezca que no. Pero el problema es el transporte más que la parte educativa; hay un problema de transporte generalizada incluso en las ciudades. Pero el transporte escolar si tiene plazas se puede utilizar, y el ministerio da becas a estos estudiantes; nosotros las damos cuando tienen que hacer la formación en las empresas. Y hay residencias, tenemos tres grandes (en Culleredo, Vigo y Ourense), y hay centros que las tienen como el de A Granxa, en Ponteareas, para quien quiera estudiar toda la parte de agricultura, vinos, alimentación y forestal; o en Vilamarín, que tiene hostelería. Vuelvo a la parte de orientación, que es muy importante que alguien pueda orientar adecuadamente a esas personas para que sepan qué opciones tienen; queda mucho por hacer.

«La FP le ha dado un valor añadido a muchos centros»

—Finalmente, ¿es partidaria de volver al modelo instituto de FP separado del de secundaria?

—Creo que algunos ciclos han funcionado bien. Por ejemplo, esos centros que tienen actividades físicas o ciclos de turismo, y a la vez son centros referentes en bachillerato, como el Rosalía de Castro (Santiago) o el Eusebio da Guarda (A Coruña). La FP le ha dado un valor añadido al centro porque han incorporado esto a muchas actividades propias del centro y amplía la oferta para los alumnos. Ha sido una forma de visualizar la FP, porque están encantados y son ciclos súper demandados, además. De hecho, hay centros privados que están incorporando a ciclos de FP porque ven que es una salida importante para su alumnado. Entonces yo creo que todo eso hace que a la frase que siempre dice nuestro conselleiro, Román Rodríguez, de que la FP es una revolución silenciosa, le falte «silenciosa sí, pero que no deja de avanzar» porque en un descuido queda por encima de cualquier otro nivel educativo.