Neniña, la ciencia que estudias, sirve

Marisol Soengas

GALICIA

Marisol Soengas, galardonada con el premio Fernández Latorre, da su discurso
Marisol Soengas, galardonada con el premio Fernández Latorre, da su discurso CESAR QUIAN

Discurso de Marisol Soengas en la 65.ª edición de los premios Fernández Latorre

23 nov 2023 . Actualizado a las 17:15 h.

Señor presidente da Xunta de Galicia, señor presidente de La Voz de Galicia, autoridades, amigos e amigas:

Como científica que presume de raíces coruñesas, e como lectora dende hai anos de este periódico, non podo estar máis orgullosa de recibir este prestixioso premio Fernández Latorre, nada menos que na súa edición número 65. Agradezco en particular que o xurado valorase a miña traxectoria como investigadora no eido do cancro, pero tamén a miña faceta de divulgación e reivindicación en pro dunha I+D+I máis competitiva, e por apoiar e impulsar o talento xoven e a muller en ciencia.

Permítanme que precisamente en este foro enfatice la importancia de la comunicación en el ámbito científico, intercalando una serie de reflexiones con peticiones y propuestas a la redacción de este periódico (y a otros), al gobierno central y a la Xunta de Galicia, y, finalmente, a la propia sociedad. Terminaré con una serie de agradecimientos y como no, con un titular.

En investigación, aprendemos rápidamente que «lo que no se comunica, no existe». De hecho, el éxito en nuestro campo se mide en gran medida por nuestras publicaciones científicas y por la capacidad de «convencer» no solo a nuestros compañeros y compañeras de profesión, sino también a entidades financiadoras y a agencias evaluadoras. Pero, mi generación al menos, estábamos menos preparados para lo que considero una responsabilidad esencial, que es acercar los avances científicos al público general.

Recordaré siempre una pregunta de mi abuelo que me marcó durante bastante tiempo: «neniña, pero eso que ti estudas, para qué sirve?». En su momento -hace ya más de 25 años- lo apabullé con mecanismos, genes, mutaciones y otros tecnicismos. Ahora, me habría enfocado en aspectos más generales y quizá más relevantes del qué y el para qué: me interesa cómo se inician y progresan tumores tan agresivos como el melanoma, para poder diseñar mejores herramientas de seguimiento y de tratamiento.

Comunicar de modo preciso conceptos básicos sobre el cáncer es esencial, simplemente por las cifras: uno de cada dos hombres, y una de cada tres mujeres desarrollará algún tipo de tumor si vive más allá de los 70 años. Por tanto, es importante que la sociedad esté informada para poder entender un diagnóstico de una patología maligna, y reclamar, cuando sea necesario, tratamientos de última generación. Los medios de comunicación como La Voz de Galicia habéis servido de altavoz para visibilizar los éxitos y también los muchos retos a los que se enfrenta la comunidad científica. ¡En mi caso, han sido bastantes más de 50 artículos! Del mismo modo, en este periódico hemos podido saber de la historia personal y profesional de investigadores del mayor calibre nacional e internacional.

Aquí, mi primera petición, a esta redacción y a las de otros medios profesionales de comunicación: en este mundo de inmediatez, de la presión por los clicks y los likes, y con ChatGTP y otras herramientas de inteligencia artificial penetrando en todos los ámbitos: no dejen de apoyar el periodismo especializado y riguroso en ciencia. Ese periodismo profesional que pone en contexto los resultados y profundiza la «historia» con mayúsculas, más allá de lo obvio y populista. Esta labor es esencial como contrapartida a pretendidos «expertos» que embarullan las redes sociales con noticias sesgadas, bulos, e incluso falsas afirmaciones que pueden llegar a ser peligrosas, porque animan a pseudoterapias sin base científica en detrimento de tratamientos bien establecidos.

Mi segunda reflexión es sobre la ciencia como inversión y motor de futuro. Sobre este tema se ha hablado y protestado tanto que es ya frustrante. Pero voy a hacer dos peticiones al nuevo gobierno. Una: por favor, consigan que por primera vez en su historia, España alcance la media europea en I+D+I. Dos: olviden la visión cortoplacista sujeta a vaivenes políticos. En este contexto, recupero una frase del discurso magistral de mi querido Dr. Ángel Carracedo cuando recogía este mismo premio hace 12 años: «A aposta pola xente é básico. Para empezar a facer a casa polos cimentos, hai que incrementar a masa de investigadores». A estas reivindicaciones se añaden muchas otras desde la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA), que tengo la fortuna de presidir.

Desde ASEICA hemos reclamado políticas para atraer y retener talento, particularmente joven, reducir la burocracia y la endogamia, enfatizar procesos competitivos de excelencia y facilitar la integración entre la investigación básica y clínica. También, para apoyar una innovación todavía muy deficitaria en este país, así como para incentivar las colaboraciones con la industria y reforzar la filantropía. Las mujeres seguimos siendo menos del 35% en puestos de liderazgo, y esta barrera de género debe también superarse. En este sentido agradezco a La Voz de Galicia la publicación de cartas abiertas y de artículos de opinión que he escrito para cambiar las «fotos imperfectas» y masculinizadas con las que todavía nos seguimos encontrando.

Una mejora sustancial en la I+D+I es más necesaria si cabe en Galicia. Un estudio reciente de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), indica que Galicia es una de las CCAA con un mayor envejecimiento de la población y una mayor mortalidad por cáncer. La biomedicina, la nanotecnología, la genética y la inteligencia artificial, entre otras áreas, son muy competitivas, y en esto hay que felicitar a la Xunta y a distintas agencias financiadoras. Sin embargo, Galicia es la séptima comunidad autónoma en inversión en I+D. Hago, por tanto, una petición al gobierno gallego para que apueste por la ciencia e innovación. Galicia puede, y debe, jugar en la primera división de la ciencia.

Quisiera hacer un llamamiento también a los medios para colaborar con la comunidad científica en aspectos de prevención en el campo de la oncología. Según la Sociedad Española de Oncología Molecular (SEOM) un tercio de las muertes por cáncer se deben factores de riesgo evitables, como el tabaco, el alcohol, el sedentarismo, las quemaduras solares, infecciones y las dietas poco saludables. Tenemos, por tanto, que pasarnos a la acción de forma individual y colectiva.

Para concluir, y en forma telegráfica por falta de tiempo, agradecimientos a mis profesores en el colegio, instituto y universidad aquí en A Coruña, que destaparon mi pasión por la biología. A mis directores de tesis doctoral, Margarita Salas y Crisanto Gutiérrez, y a mi mentor en los EEUU Scott Lowe, por animarme a arriesgar y pensar en el big picture. A los miembros pasados y presentes del mi laboratorio en el CNIO por ser el verdadero motor de mi grupo. A mis compañeros y compañeras de ASEICA por contribuir a una mejor ciencia para todos. Tamén en ASEICA, aos galegos inspiradores que me animan a falar na nosa língua. Por suposto, as máis cariñosas das grazas aos meus pais, Alicia e Luis, por inculcarme o valor do esforzo e do traballo ben feito, aos meus irmáns Jose y Belén, por estaren aí maila distancia. Sin dúbida ao meu compañeiro de fatigas, José Antonio, por esa positividade incombustible que transmite alá donde vai.

Deixolles cunha mensaxe de esperanza: a comunidade científica traballa cun horizonte dun 70% de supervivencia global en cáncer para o ano 2030. Espero que estén de acordo en que aquela pregunta do meu avó pode tornarse nunha afirmación positiva para un titular. Neniña (señores, señoras), a ciencia sirve. A ciencia salva vidas; impulsémola y comuniquémola como se merece.