«Mi cocinero le decía a Andy García que no llegaría a nada»

tatiana lópez NUEVA YORK / CORRESPONSAL

FIRMAS

Rufino López, de Cedeira, ha dado de comer en la Gran Manzana a estrellas como Robert de Niro o Sharon Stone

31 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En el restaurante Solera han cenado a lo largo de veinte años Michael Douglas, Laura Bush o Andy García. Rufino López se ha pasado la mitad de su vida seduciendo el paladar de algunas de las personas más distinguidas de Nueva York. Nacido en Cedeira, Rufino asegura que su «tenacidad gallega» le ha permitido vivir de la restauración en una ciudad «donde uno de cada siete locales cierra antes de un año».

Él no ha parado de trabajar desde que en 1987 abrió su primer restaurante, Alcalá, en el Upper West Side. En aquella época, Robert de Niro y otros actores frecuentaban el restaurante. Recuerda con especial cariño el día que Michael Douglas quiso celebrar allí su cumpleaños. «Parecía la noche de los Óscar, porque vino todo el mundo: Paul Simon, Sharon Stone... Este gallego hecho a sí mismo sabe bien que parte de su fama se la debe a abogados como Michael Scout, uno de los representantes de actores más importantes de la ciudad.

«Él nos traía gente, pero otros venían por su cuenta. Andy García, por ejemplo, iba por allí cuando aún no era conocido. Mi cocinero se metía con él y le decía que era un pobre hombre que no llegaría a nada. ¡Y mira dónde está!».

La cocina española era en los ochenta una desconocida en Manhattan. «Hace 30 años los restaurantes españoles tenían de españoles la sangría y el nombre, casi siempre una ciudad», reflexiona Rufino, que rememora la dificultad de introducir una gastronomía de la que casi no había materia prima.

«Recuerdo solo dos tipos de queso español en EE.UU. Uno era un cabrales, y el otro, un manchego tan duro que no se cortaba ni con motosierra. Hoy tenemos 30 variedades artesanales en Nueva York y hasta Arzak me dijo un día que nuestra carta de quesos era mejor que la suya. Incluso nos llegan vinos que no han salido en España porque los bodegueros prefieren probarlos aquí antes de convertirlos en grandes reservas».

Arroz de Valencia

Rufino y otros pioneros abrieron la veda de la alta cocina española en EE.UU., forjándose un camino en el difícil paladar de los estadounidenses. «Muchos contribuimos a eso, pero nosotros fuimos los primeros en hacer paella con arroz de Valencia», dice Rufino, que reconoce que parte de su éxito se debe a haber sabido elegir la localización adecuada para el Solera, situado a escasos metros de las Naciones Unidas.

Su propietario recuerda, entre numerosas anécdotas, el día que el entonces embajador de México, Villegas, hizo una reserva para seis personas «sin contar con que a la mesa se sentarían israelíes y palestinos para hablar de paz».

También Laura Bush, la mujer del expresidente estadounidense, degustó con unas amigas la cocina de este gallego que sabe bien que el prestigio no lo dan ni las buenas críticas (Solera ha sido distinguido como uno de los 40 mejores locales de la ciudad) ni las fotos en las paredes: «Lo bueno de Nueva York es que todos somos famosos. Aquí hasta el gobernador del estado viene a pedir mesa, y por eso en vez de fotos de personalidades es bastante mejor colgar cuadros, y si tienes un poco de suerte, como yo, pues hasta consigues venderlos».