La Hacienda portuguesa embarga cuatro bollos de un restaurante por una deuda de 92.000 euros

J. M. A MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Había embargado una de sus cuentas bancarias y, para saldar el importe que faltaba, 1,2 euros, decomisó los dulces

01 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El fisco portugués no cede lo más mínimo a la hora reivindicar sus derechos. Incluso cuando la compensación de la deuda es imposible en efectivo, las autoridades lusas optan por el pragmatismo del pago en especie. En febrero, la Hacienda de ese país embargó una de las cuentas bancarias de un restaurante lisboeta que debía 92.000 euros. Hasta aquí todo normal. Sin embargo, el fisco, no satisfecho con esta compensación, decomisó además cuatro bollos del establecimiento, para saldar el importe restante: 1,2 euros.

Puede parecer rocambolesco, pero no es un caso aislado. Recientemente fueron embargados los alimentos de una organización social de Oporto por las deudas contraídas con la Administración. Desde el 2013 las empresas portuguesas deben comunicar a Hacienda el inventario de todos sus bienes en circulación, lo que incluye a la mercancía perecedera. Por tanto, la Autoridad Tributaria y Aduanera (AT) tiene acceso a todos los movimientos de transporte, con sus puntos de origen y destino. Según la jurista portuguesa Catarina Guedes de Carvalho, el sistema informático de la AT cruza de manera automática estos datos con los de los contribuyentes y empresas que mantienen algún tipo de deuda con el fisco y de esta manera, la propia empresa se convierte en mera depositaria de los bienes: quedan embargados automáticamente, y no los puede vender.

Esto es lo que sucedió con el restaurante: pidió los pasteles y cuando llegaron, ya estaban embargados. El caso ha desatado un debate en torno al método de la Hacienda portuguesa.

¿Resultan rentables estas operaciones? Según el experto en fiscalidad João Espanha, «estas medidas son ante todo un método de coacción, que colapsa la actividad económica de las empresas deudoras». En la misma línea se postula la experta en Derecho Mercantil Guedes de Carvalho, que afirma que «la medida no parece adecuada en términos de proporcionalidad y adecuación al importe».

Los dueños del restaurante han recurrido el embargo, aunque parece difícil que, a estas alturas, pueda vender los bollos. Se han debido de quedar duros.