El Celta busca una gesta de otro siglo

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

La final de Copa del Rey pasa por firmar una goleada que no se produce desde hace dos décadas

11 feb 2016 . Actualizado a las 17:36 h.

Berizzo promete intentarlo. El Toto no quiere engañar a nadie con falsas expectativas para el partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey ante el Sevilla y con un 0-4 en contra. Quince años después el Celta vuelve a estar a las puertas de una final, pero hace 20 años que no consigue un 5-0 en Balaídos en la Copa del Rey. Fue en 1995 ante el Lugo. A mayores, solo hay cinco precedentes, de 198 partidos a lo largo de la historia, de un 4-0 que conduciría a la prórroga, según informa Alberto Fernández en su blog CeltaHistoria.

Los célticos no arrojan la toalla asumiendo la dificultad que entraña. Por eso Berizzo apostará por su once de gala, cuestión facilitada por las cuantiosas bajas que la entidad céltica presentará en el Camp Nou. «Me imagino un equipo marcando y yendo a buscar la pelota a la portería para buscar el siguiente gol, esa es la imagen que desearía que ocurriese», comenta el Toto idealizando el partido soñado.

Sería la única manera de poder emular los marcadores de antaño, siempre ante rivales de menor categoría y en rondas alejadas de la trascendencia de una semifinal. Nada que en realidad se parezca al escenario actual, con una de las mejores plantillas del fútbol europeo enfrente y con el precedente de que tan solo cuatro días atrás los hispalenses fueron capaces de sacar un empate en Liga jugando con uno menos durante una hora.

Pero las mínimas opciones de dar la sorpresa -seguramente por debajo del 4 % de la histórica salvación del 2013- tienen que sustentarse en cosas concretas, como aquel 4-0 al Racing de Ferrol en mayo de 1948. Fue el arranque de un torneo que llevó al Celta a su primera final, precisamente ante el Sevilla. Los goles ante los departamentales en Balaídos los habían firmado Retamar (2), Pahíño y Aretio.

El segundo precedente fue en el arranque de la temporada 60/61 con el Ceuta como rival en la primera ronda copera. Los vigueses, en un año de muchos problemas económicos, ganaron por 4-0 en la ida y firmaron un 2-2 en la vuelta. Eran los tiempos de Quinocho, Lasheras, Gómez, Bayo, Saro...

El Lugo, quince años más tarde, fue el siguiente equipo en llevarse cuatro tantos del estadio vigués en el torneo copero. Los albirrojos fueron la primera de las cuatro víctimas de los celestes en el torneo. Luego caerían Jaén, Tudelano y Cádiz para morir en la prórroga de la quinta ronda ante la Real Sociedad.

El Ourense tampoco se libró del mismo resultado cuatro años después, en el fatídico año del descenso céltico a la Segunda División B. En plena involución, con el equipo en Segunda, los rojillos habían sido la segunda víctima después del Alondras. Erandio, Oviedo y Elche también cayeron ante los celestes, que escribieron su última página copera en aquella edición ante el Atlético de Madrid.

Precedente en color

El último 4-0 ya forma parte del fútbol en color. Sucedió en octubre de 1993 con el Albacete como adversario y en un conjunto vigués en donde Otero y Santi Cañizares eran los internacionales. Gudelj, el hoy delegado del primer equipo, ya formaba parte de aquel elenco. También del que dos años después firmó el último 5-0 en Copa ante el Lugo. De hecho, Vlado marcó dos de los cinco goles. Losada (2) y Carlos Pérez cerraron la cuenta.

Desde entonces el celtismo ha vivido goleadas de calado en la competición continental (como el 4-0 a la Juve o el 7-0 al Benfica) pero tiene pendiente una noche apoteósica en la Copa del Rey. A priori, lo de esta noche suena a utopía, pero por intentarlo, que no quede.

Los vigueses saldrán con todo, por convicción y obligación

El Celta irá con todo esta noche. Por convicción y obligación. Porque está convencido de que tiene que intentarlo aunque la empresa raye la utopía, pero también porque en el Camp Nou no podrá contar por sanción con cuatro de sus titulares, amén de otros imponderables en clave de lesiones.

Berizzo confirmó que no cambiará el sistema y que los sancionados del domingo (Sergi, Aspas, Orellana y Bongonda) jugarán. También que Marcelo Díaz puede vivir su primera experiencia como titular, aunque no está para jugar los 90 minutos. Con este preámbulo, y dando por descontado que Rubén tendrá continuidad en la portería en la Copa, las dudas solo aparecen en la construcción de la retaguardia. Por minutos y por estado de forma Jonny podría ser el sacrificado en esta ocasión teniendo en cuenta que Hugo Mallo vuelve tras cumplir la sanción, pero del mismo modo Cabral no ha faltado a partido alguno en los últimos tiempos y será el único central nato disponible para el Camp Nou, lo que podría provocar un movimiento en el centro de la zaga.

El Tucu Hernández aparece como la pareja de baile de Marcelo en el centro del campo para aprovechar sus centímetros para el juego aéreo. De cara al ataque, el cuarteto parece cantado, con Orellana en el papel de enganche, Aspas cayéndose a la banda derecha, Bongonda en la izquierda y Guidetti como nueve. En esta teórica formación tendrían descanso Wass, Radoja y Beauvue de cara a la contienda del domingo ante el intratable líder Barcelona.

El Sevilla sacará un equipo de máximo nivel pese al 4-0 de la ida, pero con una mezcla de protagonistas y con la envergadura dando un paso atrás, ya que parte de sus torres están apercibidas y su ausencia en la final podría trastocar los planes de Emery, que se ha esforzado en los últimos días en repetir que la eliminatoria no está del todo sentenciada.

Con respecto al partido de ida, todo indica que Fazio formará en el centro de la defensa (será baja el domingo en Liga por su expulsión en Balaídos). Podría formar pareja con Carriço, mientras Escudero será el lateral izquierdo e Iborra apunta a mediocentro.