El arte de reinventar el Celta cada día

Xosé Ramón Castro
X. R. Castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

JUAN MEDINA | Reuters

Berizzo ha implantado una idea de juego que ha sobrevivido a la pérdida de los jugadores capitales y con la que el Celta ha sido capaz de ganar en los escenarios más emblemáticos del fútbol español

20 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cayó el Bernabéu, y con el derrumbe del mito blanco el Celta de Berizzo ya ha ganado en todos los grandes escenarios del fútbol español. Y lo ha hecho con una única idea de juego que ha ido moldeando en función de las necesidades y los momentos, sobreviviendo a la pérdida de jugadores capitales a lo largo de estos dos años y medio que lleva en el banquillo del conjunto vigués. El Toto construyó en su día un equipo de autor y sobre todo, fue capaz de convencer a su plantilla de creer en una idea que se basa en el protagonismo, el esfuerzo y la solidaridad en el campo, sin reparar en la camiseta que está enfrente ni el escenario en donde se desarrolla la batalla. Una fórmula de éxito.

Desde que Berizzo llegó al banquillo del Celta en el verano del 2014 ha ido perdiendo a jugadores fundamentales, que fue sustituyendo por otras piezas con igual rendimiento. Se fue Krohn-Dehli y más tarde Augusto, dejando huérfana la sala de máquinas celeste, pero lo que podría ser un drama se convirtió en una oportunidad para Radoja y la adaptación del Tucu Hernández, que pasó de media punta al uso a jugar de cara en el pivote.

El verano pasado se quedó sin un Nolito que había marcado el paso del equipo a nivel ofensivo en las dos últimas temporadas -«para nosotros no es Nolito, es Nolazo» comentó el entrenador en alguna ocasión-, pero el adiós del gaditano abrió las puertas de la titularidad a un Bongonda que a golpe de porfiar (el entrenador) ha terminado por explotar. El lunes decidió prescindir de otro top como Orellana y como solución aparece un Wass que se ha integrado en el interior derecho con una pasmosa facilidad.

Precisamente el gran paso adelante de este Celta coincide con la presencia de los cuatro centrocampistas en el once, el aspecto que ha terminado de redondear esta temporada a un equipo que exhibía pegada pero que adolecía del punto de consistencia necesaria. Porque aunque el Celta demostró en el Bernabéu que puede matar con ataques de vértigo, pero en estas tres temporadas Berizzo convirtió en dogma de fe la presión alta, el fútbol combinativo y las marcas individuales.

Con estas claves el Celta ha dejado huella en todos los estadios de la Liga. A lo largo de tres temporadas ha sido capaz de ganarle a todos los grandes. Quedaba el Real Madrid y cayó el miércoles (llevaba cinco años sin perder en Copa en su feudo) como antes lo habían hecho el Barcelona (en el Camp Noy y dos veces en Balaídos), el Sevilla, el Atlético a quien apeó de la Copa el curso pasado, el Valencia (cuatro veces en menos de un año), en Anoeta a la Real, al Villarreal en su feudo el curso pasado y hasta San Mamés con un 0-2 en la Copa ante una de las bestias negras como el Athletic. Además, el Celta del Toto también se ha doctorado en los derbis (tres triunfos en cinco partidos oficiales y dos victorias en otros tantos amistosos). Triunfos que han permitido al Celta coleccionar en ramillete de momentos para el recuerdo con clasificación continental incluida.

Todo, sin cambiar un ápice la idea de juego, pero sí ajustando la estructura. Como consecuencia, Berizzo consiguió que su equipo juegue de memoria y que en un año tan condensado de partidos, la preparación de cada encuentro pueda hacerse a la carrera.

La gran incógnita es saber si esta idea tendrá continuidad en el tiempo. No por los futbolistas, sino por el director de orquesta. El Toto acaba contrato el 30 de junio y su futuro está en el aire.

Encontrar sustituto para el Tucu, el reto para el miércoles

Berizzo nunca ha llorado las ausencias, ni las puntuales ni las definitivas. Tampoco lo hará en esta ocasión, pero encontrar a un sustituto del Tucu Hermández para la vuelta copera del próximo miércoles se antoja complicado. Porque a la espera de que Jozabed tenga asimilados todos los movimientos, el Celta está jugando con todos sus centrocampistas de inicio, y sobre todo, porque el chileno de adopción es el mejor en el juego aéreo ante un Real Madrid poderoso en ese aspecto.

La primera opción para el partido definitivo de cuartos sería colocar a Daniel Wass en el vértice ofensivo del trivote, pero eso significaría debilitar la contención en la banda de Marcelo, uno de los jugadores más peligrosos del Real Madrid con espacios. Pione Sisto o Iago Aspas serían las opciones para caerse al costado derecho. Otra posibilidad es apostar por Señé, que ya ha jugado en esa ubicación en varias ocasiones.

El descarte del Tucu para la Copa la convierte en uno de los pocos fijos para el partido del domingo en Anoeta ante la Real Sociedad. Los vigueses comienzan hoy a preparar la cita, con solo dos sesiones por delante, y la incógnita de cuál será la decisión de Berizzo a la hora de formar el once del domingo.