El Celta adquiere ventaja sobre el Genk para romper su techo en Europa

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

GRADA DE RÍO

El equipo de Berizzo comenzó perdiendo, remontó con furia y calidad y encajó un gol que amarga un poco su victoria sobre el equipo belga

14 abr 2017 . Actualizado a las 00:19 h.

 En una ruleta rusa a la que abocaron dos defensas mejorables, el Celta se acerca al sueño de las semifinales europeas con una victoria sobre el Genk (3-2), que se queda un poco corta tras lo visto en Balaídos. El equipo de Berizzo recibió un golpe seco en el arranque con el gol de Boetius, pero reaccionó con furor y calidad, con tres goles antes del descanso que sacaron partido de la fragilidad del grupo belga. El 3-1 era un botín considerable para la vuelta, pero el tanto de Buffel cuando menos ocurría en el césped amarga el dulce para los celestes, que deberán certificar su mejor clasificación europea de su historia como lo hicieron para llegar hasta aquí: siendo un gigante en el campo del rival.

El ciclo natural de las cosas para Berizzo hacía que el mundo del Celta girase en torno a este partido. Para medirse a la velocidad y el fútbol directo, sin masticar del Genk, quería el Toto piernas frescas, a sus primeros espadas listos para la batalla. Si eso suponía mirar de soslayo a la Liga, así fuera. Lo hizo el Celta y le dio la razón el fútbol. El Genk salió a Balaídos como si fuera un veterano de mil batallas europeas, dispuesto a morder en la pelota dividida, salir como gamos los carrileros a la contra, y disparar primero y preguntar después sus puntas. El Celta-Genk pronto se dibujó como un partido con dos equipos que preferían correr que tener la posesión en estático. Lo acusó el Celta en el arranque, pero luego fue capaz de imponer su mayor calidad para recuperarse de un mazazo inicial.

Con cientos de aficionados aún en las lentas colas de ingreso a Balaídos, Trossard empezó a darle la noche a Hugo Mallo y a quien le intentase frenar por la izquierda. El zurdo le ganó al capitán y puso un centro goloso en el punto de penalti. Ahí irrumpió Boetius, un atleta con la portería entre ceja y ceja. Se tiró en plancha el extremo diestro y el remate salió centrado pero demasiado fuerte para Sergio, que no pudo evitar el 0-1. El gol premiaba la disposición vertical del Genk y castigaba la imprecisión inicial del Celta, incapaz de encontrar claridad sin no gambeteaba Pione Sisto. Sin la luz de Aspas y con el atasco en el centro del campo, el equipo de Berizzo tenía problemas para elaborar.

Pero el 0-1 fuen un aldabonazo. El Genk se relajó en su presión, contento con el tempranero botín, y el Celta olió la sangre. Con medio paso atrás en la presión belga, el Celta se lanzó hacia la portería de Ryan, y aprovechó la endeblez defensiva del rival. Desarboló Pione Sisto, llegó de segunda línea Wass, combinaron Guidetti y Aspas, pegaron los tres de arriba. En cinco minutos, el Celta le había dado la vuelta al marcador, en dos jugadas iniciadas en robos en campo rival. Primero lo hizo Radoja para que Guidetti dejara a la perfección de cara a Pione Sisto en el área. El danés no perdonó ante Ryan. Después, la mala entrega de Colley encontró a Aspas liberado desde la derecha, en su diagonal preferica. El de Moaña llegó a la frontal y puso la rosquita rasa lejos del alcance del portero del Genk.

Óscar Vázquez

Balaídos era un estruendo por el vértigo que de repente le puso el Celta al partido. Casi de la nada, como un estruendo, el equipo de Berizzo le daba la vuelta a un marcador comprometido. El caso es que el partido se contagió y desde el minuto 14 al 35 el duelo fue un desafío a la agudeza visual del espectador. Se iba de un lado a otro en un pestañeo, y ahí el Celta impuso su mayor calidad. El Genk pagó cara su fragilidad en la retaguardia, con Ryan incapaz de ver ninguno de los tiros. Castagne, cuando dejó de vigilar a Pione, pudo hacer el 2-2 tras otra llegada de Trossard por la izquierda, pero no pudo perfilar el remate en boca de gol. Samatta se fue de dos sobre línea de fondo e intentó un tiro sin ángulo que casi sorprende a Sergio, y el de Catoira estuvo cerca de comerse un inane tiro de falta de Pozuelo. El Celta, sin embargo, no perdonó. Sin freno de mano, Jonny estuvo cerca de fusilar a Ryan tras una gran dejada de Guidetti a pase de Pione. El Tucu cabeceó cerca del palo un centro de Hugo Mallo, antes de que Guidetti definiese desde la frontal una gran combinación del Celta, saliendo desde atrás, encontrando espacio por el costado de Sisto, y tras una pared entre el sueco y Aspas.

El 3-1 era el delirio en Balaídos. El resultado y el juego era un caramelo, si se obviaba la existencia de un partido de vuelta y la naturaleza casi suicida de ambos equipos. No conoce la especulación el Celta, batido muchas veces por exceso de generosidad en el esfuerzo. El partido bajó revoluciones hasta el descanso y tras el intervalo, el equipo vigués quiso elaborar más y correr menos. Se trataba de no exponerse tanto a las contras del Genk y a la velocidad de sus puntas. Siempre con la chispa de Pione Sisto, el más inspirado en el ataque vigués, como amenaza. El danés lanzó dos pases perfectos que casi acaban en gol de Guidetti y en un remate peligroso de Wass. No sufría el Celta, controlado Pozuelo en el centro del campo. Le dio algo de aire las pérdidas de Aspas en tres jugadas de transición, pero los remates no llegaban a Sergio. Berizzo dio relevo a Guidetti, que llegaba muy justo a la cita, y se preparaba para el plan B, cuando el Genk encontró petróleo. Trossard atacó desde la izquierda de nuevo, pero los despistes de Cabral y, sobre todo, Jonny, permitieron dos remates a Buffel, que había salido del banquillo. El veterano del Genk acertó a la segunda y cumplió la amenaza como visitante del club belga, la octava vez que anotaba dos goles lejos de su estadio.

Berizzo tiró de Jozabed para encontrar frescura de ideas, y el Celta intentó buscar mayor colchón para la vuelta. Disminuida la velocidad de Pione, que pagó el esfuerzo, el Celta pidió a los laterales un esfuerzo. Mallo chutó en una ocasión una jugada iniciada en el otro costado; Jonny generó la acción que terminó en tiro violento pero centrado del Tucu y después asistió a Aspas en el área, pero Ryan evitó el gol que se intuía. El Celta empujaba porque quería más colchón, ante un rival ya conforme y con miedo a sus propias carencias defensivas. Lo intentó Mallo sorprendiendo a espaldas de Uronen, sin éxito. El Genk dio por bueno el 3-2, que deja al Celta con ventaja para sus primeras semifinales europeas, pero también con cierto regusto amargo porque pudo haber sido mejor.

Ficha técnica

Celta: Sergio Alvarez, Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jonny, Radoja, Hernández, Wass (Jozabed, min. 78), Pione Sisto, Aspas y Guidetti (Beauvue, min. 66).

Genk: Ryan, Castagne, Colley, Brabec, Uronen, Berge, Malinovski (Heynen, min. 92), Boetius (Buffel, min. 62), Pozuelo, Leandro Trossard (Schrijvers, min. 82) y Samatta.

Goles: 0-1: min. 10, Boetius. 1-1: min. 15, Pione Sisto. 2-1: min. 18, Aspas. 3-1: min. 38, Guidetti. 3-2: min. 67, Buffel.

Arbitro: Clément Turpin (Francia). Amonestó a Castagne, Trossard y Schrijvers.