El Celta está en continuo crecimiento desde que eludió el descenso a Segunda B con los dos goles de Iago Aspas. Desde ahí todo ha sido positivo en lo deportivo y en lo económico.
Como todos los clubes con problemas económicos, se apostó por chavales de la cantera, alcanzando el punto más álgido con Eusebio Sacristán, que llegó a alinear a nueve hombres de la casa en el mismo once.
Poco a poco, como en todos los sitios, la cantera ha ido perdiendo protagonismo a medida que el equipo iba creciendo, pero aun así en el partido de Genk jugaron cuatro futbolistas de la casa. Y no hablamos de nombres cualesquiera, sino de jugadores consagrados y con peso dentro del equipo.
Alcanzar las semifinales es todo un hito histórico. Basta con recordar que es la primera vez que lo ha conseguido el equipo en sus casi 94 años de historia. Es un momento muy bonito del que todos debemos disfrutar sin descartar que el éxito todavía pueda ser mayor.
Porque soy de los que cree que el fútbol le debe un título al club y que todavía no ha dicho la última palabra en el torneo. Es cierto que el Manchester es un gran club y que su única vía para jugar la Champions la próxima temporada es la Europa League, pero a estas alturas ya daba igual el rival. Que el Ajax podía ser más accesible por tener gente más joven, podría ser, pero lo importante para el Celta es mantener la calma y ser él mismo. Coincido con Berizzo, que un cuadro vigués al 100 %, es peligroso para cualquiera.