Bongonda ya ejerce en Turquía

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Pasó el reconocimiento con el Trabzonspor pero falta el acuerdo entre clubes; su salida apunta a una cesión con compra obligatoria por 3,5 millones

16 jun 2017 . Actualizado a las 17:04 h.

El fichaje de Theo Bongonda por el Trabzonspor está solo pendiente de que ambos clubes cierren el acuerdo y el jugador rubrique el que será su nuevo contrato. El futbolista pasó ayer por la mañana reconocimiento médico con el equipo turco y a lo largo de la jornada las directivas de ambas entidades estuvieron negociando la letra pequeña de la operación.

Era el propio Trabzonspor el que anunciaba a través de su página web que habían iniciado conversaciones con el Celta para hacerse con los servicios del atacante internacional belga. Sin embargo, ayer desde Vigo el club céltico, fiel a su estilo, no se pronunciaba al respecto. La entidad que preside Carlos Mouriño se limita a anunciar los hechos consumados.

A pesar de que la salida de Bogonda está pendiente de oficialidad, los datos que la acompañan ya han trascendido. La prensa de Turquía y la de Bélgica despiezaron a lo largo de la jornada algunos de los pormenores del cambio de aires de Bongonda, empenzando por la fórmula para su salida. Se trataría de una cesión con opción de compra obligatoria, una vía cada vez más habitual entre los clubes y que el Celta también empleó hace poco para abrirle la puerta a Orellana rumbo al Valencia.

El Trabzonspor se haría con los servicios de Bongonda en calidad de cedido esta campaña y el próximo verano lo compraría por una cantidad de 3,5 millones de euros en caso de que el futbolista disputase más de 15 encuentros; un monto muy superior a los dos millones de los que se había hablado en un primer momento, y que supera con creces los 1,5 que el Celta había pagado al Zulte Waremen hace dos temporadas y media para comprar los derechos del extremo.

La decisión de Bongonda de apostar por el Trabzonspor ha dejado al Olimpiakós, su otro pretendiente, en la estacada. El club ateniense, y sobre todo su nuevo entrenador, Besnik Hasi, intentaron con ahínco hacerse con los servicios del extremo izquierdo belga, y según recogía la prensa de Bélgica, le habría ofrecido un contrato por cuatro temporadas. El jugador, sin embargo, descartó esa opción a pesar de que deportivamente la propuesta ateniense era atractiva, ya que además jugará la Champions la próxima campaña. En Turquía le espera un fútbol diferente.

La promesa menguante del fútbol belga

Hay quien considera que con Théo Bongonda no se tuvo la paciencia necesaria. Que no se puede exigir a un chaval de 21 años que rinda como lo hacía un Nolito al que el Manchester City acabó echando el guante. Otros, sin embargo, ven en la caída del rendimiento del jugador su mayor problema. Porque lo cierto es que en los dos años y medio que el belga defendió la camiseta del Celta, su trayectoria estuvo plagada de luces y sombras. 

Bongonda fue el único fichaje del mercado de invierno del 2015. Llegó con la etiqueta de futbolista de futuro y con un contrato hasta el 2019 bajo el brazo. En sus primeros meses tuvo minutos en una decena de partidos, pero se daba por hecho que debía ser tras el verano cuando el mejor Théo entrase en escena. El año siguiente comenzó sin apenas oportunidades, pero la lesión de Nolito en el mes de noviembre le abrió de par en par las puertas de la titularidad. Y a medida que quemaba minutos, su rendimiento se aproximaba más a lo esperado. Sobre todo, sustentando en una velocidad endiablada que le permitía recorrer toda la banda izquierda en segundos.

Pero cuando la eclosión de Bongonda estaba próxima, Nolito regresó y el belga volvió a mirar a la banqueta; acabó cerrando la campaña con 26 partidos, dos goles y la sensación de que tenía en las piernas más fútbol del que demostraba.

La marcha del gaditano al City despejó el camino y desde el primer minuto de la pasada campaña Bongonda fue el elegido para el extremo zurdo. Primero, por veteranía, y segundo porque Pione Sisto no era muy del agrado de Berizzo. Sin embargo, el internacional con Bélgica no fue capaz de aprovechar su oportunidad. Decía el Toto que Théo necesitaba acabar las jugadas igual de bien que las comenzaba. Pero no lo lograba. En los últimos metros se quedaba sin ideas, y poco a poco su falta de trascendencia comenzó a pasarle factura a su confianza hasta el punto de que en la grada de Balaídos se percibía un runrún cada vez que intervenía sin éxito.

Sus declaraciones apuntando que no se veía en el Celta a largo plazo y que miraba a cotas más altas, caso del Real Madrid o el Chelsea, tampoco ayudaron a que la relación entre Bongonda y una parte de la afición mejorase. Pione Sisto comenzó además a entender qué le pedía Berizzo, y poco a poco el belga pasó de titular a suplente, a ser de alguna manera miembro de pleno derecho de la segunda unidad del Celta, cuando a priori estaba llamado a ser el jugador que hiciese olvidar a Nolito. Su rendimiento en duelos como el del Ajax en Ámsterdam o los 45 minutos que jugó frente al Alavés fueron los ejemplos más sangrantes.

Bongonda, que cierra su etapa en Vigo con 77 partidos y cinco goles, buscará ahora crecer lejos de Balaídos. En una Turquía que no se define, precisamente, por la paciencia de los aficionados al fútbol.