Mingueza, con los ojos llorosos, dedicó el tanto del triunfo a su familiar que falleció esta semana; sus dos tantos sirven para sumar cuatro puntos
02 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Dos goles y cuatro puntos. Ese es el bagaje realizador de Óscar Mingueza con el Celta esta temporada. El tanto de ayer, además de vital para la victoria ante el Almería, fue con dedicatoria, ya que esta semana había muerto su abuela Cecilia y a ella le dedicó el tanto, con los ojos llorosos. «Ha sido un gol que ha significado mucho para mí. Esta semana falleció mi abuela y he tenido la suerte de poder dedicárselo a ella y poder conseguir esta victoria para todo el celtismo», comentó el catalán después del partido. Su primer gol como céltico también había tenido una destinataria especial: su hija, Bruna, entonces recién nacida.
Mingueza partió en la banda derecha como interior, pero desde esa posición alcanza una y otra vez el pasillo central y se convierte en un elemento indetectable para el rival. En uno de sus paseos hacia el centro, con el partido avanzado y en superioridad numérica, recibió un balón de Manu Sánchez y le pegó tan fuerte y tan colocado al balón, que pegó en el palo y batió a un Maximiano que parecía, hasta ese momento, un pulpo bajo el diluvio.
«Me deja buenas sensaciones. Por fin otra victoria en casa. Es una victoria importante ante un rival que también está peleando por evitar los puestos de descenso», comentó el futbolista que volvía a la titularidad después de haber iniciado el partido en Cádiz en el banquillo. «Hemos intentado mejorar lo que no hicimos bien allí». En ese sentido, considera que el equipo estuvo mucho mejor.
El ex del Barcelona es uno de los jugadores más utilizados por Rafa Benítez, pero desde la llegada de Javier Manquillo su sitio parece el centro del campo en donde tendrá que jugarse el puesto con Tadeo, que ayer comenzó en el banco.
La hermana de Óscar, la también futbolista Ariadna Mingueza, celebraba de manera muy especial a través de las redes sociales el gol de Mingueza por el momento familiar en el que llegaba: «Tenías que ser tú. Por ella. Qué orgullosa debe de estar». Su compañero Fran Beltrán mencionó que el catalán había tenido una semana complicada y se merecía este premio no solo por esta circunstancia, sino también porque «es un buen chaval que trabaja cada día».
