Obama, presionado para que actúe contra los yihadistas en suelo sirio

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Londres descarta colaborar con Bachar al Asad para combatir a lo radicales

23 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Son una amenaza inminente que va más allá de nada que hayamos visto antes». Las palabras del jefe del Pentágono, Chuck Hagel, sobre el Estado Islámico (EI) inciden en la estrategia de que EE.UU. de elevar la presión para combatir a los yihadistas tras el sádico asesinato del periodista James Foley. La pregunta es si es posible acabar con el grupo terrorista si no se le ataca también en Siria. El general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., puso el foco en ese punto. Ante la pregunta de si es posible derrotarlo sin acabar con sus bases en Siria, Dempsey fue claro: «La respuesta es no». Para vencer a EI «habrá que abordarlo desde los dos lados, aunque en este momento la frontera en este punto [entre Siria e Irak] es inexistente».

Dempsey se unía así a la creciente presión sobre el presidente Barack Obama para que ataque las bases de los radicales islamistas en Siria. Entre los que defienden esa estrategia están desde el general retirado John Allen, que comando las fuerzas aliadas en Afganistán, y el exembajador estadounidense en Siria Robert Ford.

 «Estamos estudiando todas las posibilidades» dijo Hagel, en la rueda de prensa conjunta Dempsey el jueves, cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que Washington inicie esos ataques en territorio sirio. También aseguró que la intención del Gobierno estadounidense es llevar a cabo «una operación a largo plazo» para combatir a EI. Las palabras de Hagel parecen dejar abierta la posibilidad de intervención en Siria, en espera de que Obama reciba respuesta a su llamada a «los gobiernos y los pueblos de Oriente Medio» a ayudar a Washington contra el EI.

El problema para el inquilino de la Casa Blanca a la hora de plantear esos ataques es al lado de quién se situaría EE.UU. ya que la alternativa de hacerlos con el apoyo del presidente sirio, Bachar al Asad, no parece viable.

El Gobierno británico descartó ayer colaborar con Al Asad para combatir a los yihadistas, después de que antiguos altos cargos y miembros del Ejército consideraran una cooperación con el régimen sirio. «Una alianza así no sería viable, razonable ni útil, señaló el ministro de Exteriores, Philip Hammond, a la BBC. «Colaborar con Al Asad dañaría nuestro intento de separar a los suníes moderados de la venenosa ideología del EI», añadió.

Los republicanos llevan meses reprochando a Obama no haber intervenido en Siria, pero también desde las filas demócratas muchos defienden esa opción.

Tres rehenes estadounidenses

La mayoría de los medios han criticado que el presidente se fuera a jugar al golf inmediatamente después de su discurso tras la aparición del vídeo con la decapitación de Foley. Washington teme que Foley no sea el último asesinado. Según el Comité de Protección de Periodistas (CPJ), EI tiene en su poder unos 20 periodistas secuestrados, la mayoría sirios. Tres estadounidenses serían los que más riesgo corren en estos momentos.