La cúpula socialista se desmarca de Sócrates ante las legislativas del 2015

begoña íñiguez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El ex primer ministro pasará entre tres meses y un año en la cárcel de Évora

26 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La nueva cúpula del Partido Socialista portugués, dirigido por António Costa, intenta recuperarse lo antes posible del mazazo que ha supuesto la imputación y prisión preventiva del ex primer ministro José Sócrates, mientras los históricos del partido, entre ellos el expresidente Mário Soares, critican abiertamente la medida. En todo caso, la noche del 24 de noviembre del 2014 marcará un antes y un después en la estrategia de campaña del alcalde de Lisboa, si quiere ganar las legislativas del 2015.

El Tribunal de Instrucción Criminal de Lisboa y la Fiscalía General portuguesa han encontrado al anterior jefe del Ejecutivo indicios probados de corrupción, fraude fiscal y blanqueo de unos 25 millones de euros. Al juez Carlos Alexandre, quien lleva el caso, y a Joana Marqués Vidal, la fiscal general portuguesa, no les ha temblado el pulso al decretar la prisión preventiva para el imputado, «para que no perturbe la investigación debido a los importantes contactos que tiene».

El jefe del Gobierno entre el 2005 y el 2011 ha pasado su segunda noche en la celda número 44 de la prisión de alta seguridad de Évora, que él mismo había reinaugurado estando en el poder. Le esperan de tres meses a un año de estancia allí, hasta que sea juzgado.

La imputación de Sócrates enturbia un camino que se presentaba muy fácil, a priori, para el recién elegido secretario general de los socialistas. Hasta hace una semana, todas las encuestas situaban a Costa por delante del actual primer ministro, el centrista Pedro Passos Coelho, en la intención de voto de los portugueses. De cara al congreso extraordinario del PS de este fin de semana, Costa intentará desmarcarse de la herencia y del peso político que siempre ha ejercido sobre él su amigo Sócrates. Ayer insistía en que «hay que dejar a la Justicia hacer su trabajo» y declaraba que «la prisión preventiva de Sócrates no penaliza ni afecta a las convicciones y a los valores esenciales del PS».

En cambio, un histórico socialista, el expresidente de la república Mário Soares, salió en defensa del detenido, y gran amigo, en las páginas de Diário de Noticias. Desde su columna semanal, el también ex primer ministro criticó «la manera como la Justicia está llevando a cabo la investigación». Añadía entre sus consideraciones que son «inaceptables» el circo mediático y las fugas de información que se han producido en el caso.

También la presidenta del partido, Maria de Belén Roseira, se mostraba consternada por la noticia. Y dos exministros de Sócrates, el extitular de Obras Públicas, Mario Lino, y el de Sanidad, Correia y Campos, salían en defensa de su antiguo jefe, cuestionándose que se haya decretado la prisión preventiva contra él cuando no se ha hecho así en muchos casos similares.

Comieron juntos tres días antes

Manuel Pinto Monteiro, el predecesor de Joana Marques Vidal, confirmó ayer a varios medios de comunicación lusos que comió con el imputado el pasado martes en Lisboa. Pinto fue designado para el cargo por Sócrates en el 2007. Explicó que en ningún momento hablaron «de ningún asunto relacionado con la Justicia». «Fue él quien me llamó. Almorzamos los dos solos, por primera vez en seis años», dijo. Preguntado por si no le extrañó dicha invitación, dijo tajante: «En absoluto, me dijo que me quería regalar un libro».