El extremismo avanza en Israel

Laura Fernández Palomo AMÁN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Dos jóvenes lloran al conocer la muerte de la adolescente apuñalada el día del Orgullo Gay.
Dos jóvenes lloran al conocer la muerte de la adolescente apuñalada el día del Orgullo Gay. G. Tibbon < / span>AFP< / span>

A la tensión por la muerte de un bebé a manos de colonos se suma el fallecimiento de una joven apuñalada durante la marcha del Orgullo Gay

03 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En apenas 48 horas, dos agresiones fundamentalistas han forzado a Israel a mirarse al espejo. El ataque de colonos judíos del sábado en Cisjordania, que mató a un bebé palestino, y el apuñalamiento múltiple en la marcha del Orgullo Gay del jueves en Jerusalén por un ultraortodoxo. Este último suceso se ha cobrado otra víctima más del radicalismo: Shira Banki, de 16 años, una de las seis heridas en la manifestación, que murió ayer en el hospital donde había sido ingresada en estado crítico.

A diferencia de la concurrida marcha gay en la secular ciudad de Tel Aviv, la de Jerusalén se había desarrollado entre un amplio despliegue policial a tenor del rechazo que genera en los sectores más reaccionarios, como el ultraortodoxo, cada día más numerosos en la ciudad santa. El agresor, Yishai Shlisel, era además un reincidente, liberado tras cumplir una condena de diez años por un ataque similar en el 2005. Los organizadores habían evitado que el recorrido atravesara barrios religiosos, ya que se había informado de una contramanifestación, convocada como repulsa. El mismo presidente, Reuven Rivlin, denunció tras el suceso un «aumento de la intolerancia» que, declaró, «solo puede conducir (a Israel) a la catástrofe».

De similar tendencia ideológica, extrema derecha y religiosos, son los colonos que atacaron en Duma la casa de Dawabsha y terminaron con la vida del bebé de 18 meses. Y este bloque, con representación política, ha formado y forma parte de los gobiernos de coalición que ha liderado hasta en cuatro ocasiones Benjamín Netaynahu. Unas legislaturas marcadas por una política colonizadora y antipalestina, y la imposibilidad de despojar a la comunidad ultraortodoxa, un 10 % de los israelíes con gran influencia política, de privilegios como las subvenciones que reciben del Estado para dedicar su vida al estudio. Aunque Netanyahu ha condenado duramente las agresiones, las elecciones de marzo reflejaron un giro a la derecha, en un contexto en el que aumentan los episodios extremistas en la sociedad israelí.

El ultranacionalista Hogar Judío, que defiende los intereses de los 600.000 colonos de Cisjordania y Jerusalén Este, ocupa tres carteras en el Ejecutivo de coalición, una de ellas la de Justicia. La polémica nueva ministra, Ayelet Shaked, se ha mostrado a favor de limitar las competencias del Tribunal Supremo para que no pueda derogar las leyes aprobadas por el Parlamento. Precisamente, la semana pasada un dictamen judicial ratificó la demolición de una colonia declarada ilegal en Cisjordania. Netanyahu se apresuró a anunciar la construcción de nuevos asentamientos. En el plano judicial, la muerte del bebé también puso de manifiesto la impunidad con la que los colonos cometen este tipo de agresiones ya que apenas hay condenados, pese a los más de 120 ataques registrados solo este año.

Mientras la familia del bebé permanece en estado crítico, las protestas se mantuvieron ayer en los territorios palestinos ocupados. Volvieron los enfrentamientos con la policía israelí que ha restringido el acceso de los musulmanes a la Explanada de las Mezquitas en la Ciudad Vieja de Jerusalén.