Obama pone fin al programa para entrenar y armar a rebeldes sirios

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

BASSAM KHABIEH | Reuters

Los pocos combatientes enrolados terminaron en las filas de los radicales

10 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Administración Obama certificó ayer el fracaso de su costoso y ambicioso programa para armar y entrenar a la oposición moderada contra el régimen de Bachar al Asad en su lucha contra el Estado Islámico. El Pentágono anunció ayer el fin de un plan que no ha logrado su objetivo: crear una fuerza de combate capaz de imponerse en el campo de batalla. Los pocos combatientes desplegados han terminado por enrolarse en grupos islamistas radicales, entregando armas y equipos militares.

Con un presupuesto de 500 millones de dólares (440 millones de euros), el programa estaba diseñado para entrenar y equipar a unos 5.400 combatientes en el 2015 y otros 15.000 durante los próximos tres años. En septiembre, el Pentágono se vio obligado a admitir que solo cuatro o cinco de los combatientes que pasaron por sus manos se encontraban todavía sobre el terreno en Siria.

De los dos primeros grupos enviados a Siria a través de la frontera turca, uno terminó en julio uniéndose al Frente Al Nusra, la filial siria de Al Qaida, entregando el armamento, munición y vehículos que les habían proporcionado los estadounidenses. El otro se desintegró después de ser atacado y entregó gran parte de su equipo a otro grupo rebelde a cambio de un salvoconducto.

El fin del programa fue adelantado ayer por The New York Times, basándose en los testimonios de dos altos cargos del Departamento de Defensa de EE.UU. El jefe del Pentágono, Ashton Carter, evitó finiquitar por completo el programa, y habló de «una serie de enfoques diferentes», en una rueda de prensa con su homólogo británico, Michael Fallon, que puso fin a su visita a Londres. Una alta funcionaria del Pentágono, Christine Wormuth, fue más allá y habló de un profundo cambio. La realidad es que la nueva estrategia defenestra el plan de entrenamiento puesto en marcha en diciembre del 2014. No va a haber más reclutamiento de rebeldes sirios para ser entrenados en Jordania, Catar, Arabia Saudí o los Emiratos Árabes Unidos.

Unos pocos y en Turquía

En lugar de eso, se establecerá un centro de formación de mucha menor entidad en Turquía, en el que se dará formación solo a líderes de grupos opositores sobre maniobras operativas como, por ejemplo, cómo solicitar el apoyo de ataques aéreos.

Obama dio su visto bueno al cambio de estrategia en dos reuniones con asesores de seguridad nacional y política exterior la semana pasada, según las fuentes del diario. Si la capacidad de Washington de influir en el campo de batalla ya estaba limitada, el fracaso del programa de reclutamiento la reducirá aún más mientras Rusia lanza su operación de apoyo de Bachar al Asad.

El Estado Islámico aprovecha los ataques rusos a grupos rivales para avanzar en el norte de Alepo

La intervención rusa, al menos en la región de Alepo, está logrando el efecto contrario del que se vanagloria el presidente Vladimir Putin. No ha logrado machacar al Estado Islámico. Todo lo contrario. Aprovechando los bombardeos de los cazas rusos contra grupos rebeldes rivales del Estados Islámico, en un avance relámpago los hombres del califa Abu Bakr al Bagdadi se han hecho ayer con el control de varias localidades del norte de Alepo, donde se ubican rutas claves para acceder a Turquía, por donde entran los suministros y los jóvenes reclutados para su yihad.

«El grupo yihadista se aprovecha de la confusión entre los rebeldes atacados por los rusos. Avanzó sin que ningún bombardeo se lo impidiese», dijo a AFP Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). El EI expulsó a grupos rebeldes de localidades que controlaban desde el 2012. En un comunicado, los yihadistas afirman estar a las puertas de Alepo, la antigua capital económica de Siria que actualmente está dividida en zonas controladas por grupos islamistas y por soldados del régimen.

Los yihadistas perdieron en el 2014 gran parte del control que tenía en la frontera turca, por el avances de las fuerzas kurdas respaldadas por los ataques de la coalición liderada por EE.UU..

«La principal ventaja del EI es su capacidad de reacción. Su táctica militar consiste en aprovechar oportunidades», explicó a AFP el analista Romain Caillet.

Precisamente en Alepo, pereció el jueves el general iraní Hossein Hamedani, miembro de los Guardianes de la Revolución, en combates contra el EI, según se lee en un comunicado de este cuerpo de élite. Teherán niega tener tropas en Siria, sino solo militares que asesoran a las fuerzas de Al Asad en su lucha contra los «grupos terroristas». La semana pasada, la agencia Reuters informó de que cientos de soldados habían llegado desde finales de septiembre para participar en la ofensiva terrestre. Hamedani era un veterano de la guerra entre Irán e Irak (1980-88) y fue nombrado comandante en jefe adjunto de las fuerzas de élite en el 2005.

Tanto el OSDH como EE.UU. afirman que solo el 10 % de los objetivos bombardeados por Rusia corresponden al Estado Islámico. Los ataques rusos y el apoyo terrestre del Hezbolá han revitalizado a las fuerzas sirias sobre todo en la provincia de Idlib, Hama y Latakia, donde los combatientes del EI no están presentes.

En su parte diario, el general Ígor Mákushev, subjefe del Estado Mayor del Ejército ruso, anunció que la aviación rusa mató en 24 horas a casi 300 yihadistas, entre ellos dos comandantes de Liwa al Haq, vinculado al Frente Islámico.