Alerta en la comunidad internacional por las bravatas de Maduro

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MIGUEL GUTIERREZ | EFE

Declara por tercera vez desde el pasado sábado que ignorará los resultados de las elecciones si acaba perdiéndolas

02 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el sábado 28, el presidente venezolano Nicolás Maduro ha dicho tres veces (la última de ellas ayer) que no aceptará un eventual resultado adverso en las elecciones parlamentarias que se realizarán este domingo y que, si tal resultado llegara a ocurrir, se «lanzará a la calle con el pueblo en unión cívico-militar». «No entregaré la revolución. Esto es un proceso histórico».

Sin embargo, el mandatario enfrenta una creciente presión de la comunidad internacional para que respete los resultados, más allá de que para estas elecciones solo permitió la participación en calidad de acompañante, y no de observador, de una misión de Unasur que no ha visto delito en las frecuentes insinuaciones de Maduro sobre lo que hará el domingo. El jefe de dicha misión, el boliviano José Luis Exemi, señaló que hay «agresividad verbal, mas no riesgos golpistas» y justificó las declaraciones de Maduro afirmando que «en toda la región los procesos electorales son muy intensos en los últimos días».

Exemi no comparte la preocupación del jefe de Gobierno español, Mariano Rajoy, quien con el primer ministro inglés David Cameron, el secretario del Consejo de Europa Thorbjørn Jagland, y los exjefes de Gobierno de Chile y España, Ricargo Lagos y Felipe González, han señalado en una carta pública titulada «Venezuela grita Libertad» que «el presidente Maduro es el garante de la Constitución». A esta carta se sumaron las declaraciones de la exsecretaria de Estado y precandidata presidencial, Hillary Clinton, quien señaló ayer que «Maduro ha hecho todo lo posible para amañar estas elecciones» y que «los votantes venezolanos deben tener la última palabra».

A ello se suma que, en las últimas horas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, organismo dependiente de la OEA, ha señalado que el Gobierno venezolano «debe tomar medidas para poner fin a la escalada de violencia y el hostigamiento contra sectores políticos» y debe garantizar «un clima de seguridad para quienes participan en actos políticos».

La alarma mundial sobre la situación venezolana se disparó el pasado miércoles 25, cuando fue asesinado en Altagracia de Orituco el dirigente opositor Luis Manuel Díaz en la misma tarima en la que se encontraba Lilian Tintori, la esposa de Leopoldo López, el preso de conciencia más conocido del país. Hasta ahora, el Gobierno de Maduro ha ignorado la mayoría de estas manifestaciones, salvo las procedentes de Estados Unidos, de la OEA [Maduro ha tenido un duro intercambio verbal con el secretario de este organismo, Luis Almagro] y con Mauricio Macri. El presidente electo argentino presiona a sus pares para que se le aplique a Venezuela la Carta Democrática de Mercosur. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, a la que se señala como árbitro en la batalla, dijo ayer en Francia que su apoyo a Caracas podría cambiar «si existiera un hecho concreto». Analistas señalaron que este hecho podría ser un fraude abierto o el desconocimiento de los resultados del domingo.

Detenidos tres mafiosos, sospechosos del asesinato de Luis Manuel Díaz

La Fiscalía venezolana anunció la detención de tres sospechosos de participar en el asesinato de Luis Manuel Díaz, hecho ocurrido la semana pasada. Los arrestados son tres jóvenes de unos 20 años de quienes se conoce, según versiones extraoficiales, que tienen un amplio prontuario delictivo y que forman parte de mafias sindicales del sector de la construcción. Ninguno de los tres es Óscar Noguera, alias «el Pipi», un hombre de 25 años que la semana pasada fue señalado extraoficialmente por la prensa del Gobierno de ser el homicida de Díaz y quien también, según se reveló entonces, tiene antecedentes policiales. Un tribunal de Caracas ordenó la protección de Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, en cumplimiento de un mandato de la CIDH. Tintori ha señalado que ella era el blanco de las balas que mataron a Díaz, aunque, según fuentes de la policía, esto no es cierto.