Londres se planta ante la ONU y reitera que detendrá a Assange

rita álvarez tudela LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

FACUNDO ARRIZABALAGA | Efe

El activista canta victoria, pero no aclara si saldrá a la calle

06 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Emocionado y con lágrimas en los ojos el fundador de Wikileaks, Julian Assange, cantó victoria. «No puede negarse», dijo ayer desde el balcón de la embajada de Ecuador en Londres, mientras agarraba con fuerza en su mano izquierda el documento de la ONU que pide su puesta en libertad, pero sin dejar claro qué hará en los próximos días.

A su alrededor, un centenar de periodistas, seguidores y la atenta mirada de la seguridad de Scotland Yard, que sigue teniendo orden de detenerle si pone un pie fuera del suelo de la embajada. «Han tenido dos semanas para apelar y no lo han hecho porque sabían que perderían», gritó el australiano, recalcando que tanto Reino Unido como Suecia habían fracasado «al más alto nivel» ya que ayer acababa el plazo.

Assange describió su situación lamentando que llevaba detenido arbitrariamente cinco años y medio, lo que provocó la ira de un transeúnte que gritó en varias ocasiones: «¿alguien puede encerrar a esta persona?», entre aplausos de los seguidores del australiano, que le respondieron: «compañero, este es un país libre».

Lo cierto es que a primera hora del día, un grupo de trabajo encargado de Detenciones Arbitrarias de la ONU, formado por cinco personas, se quejó de la falta de libertad del fundador de Wikileaks durante «una cantidad de tiempo inaceptable». Llamó a las autoridades suecas y británicas a poner fin a su detención y a respetar su derecho a ser indemnizado.

Reclusión voluntaria

La respuesta del ministro de Exteriores británico, Phlip Hammond, no se hizo esperar. Calificó las conclusiones del comité de la ONU como «ridículas». En la misma línea, puntualizó que no permitirán que se «escape de la justicia», sin enfrentarse a la causa pendiente por una presunta violación que tiene en Suecia y que el australiano niega. Desde Estocolmo, tampoco ven con buenos ojos la resolución aprobada por la ONU y dejaron claro que Assange es libre de dejar la embajada cuando le plazca, ya que ahora se encuentra recluido «voluntariamente».

«Echo de menos a mi familia, pero esta victoria ha traído una sonrisa a mi cara», dijo Assange en una videoconferencia, en la que reconoció que ve la decisión de la ONU como vinculante. Además tuvo palabras para criticar la actuación del ministro de Exteriores británico, diciendo que no estaban a la altura de su puesto.

Tras su comparecencia, siguió una intervención de su equipo de defensa, en el que se encuentra el español Baltasar Garzón, quien criticó la «doble moral» de Suecia por no acatar el documento de los expertos, mientras pide formar parte del Consejo de Seguridad. Para Garzón, ningún tribunal de un país democrático va a condenar a Assange, por lo que «mantener su detención arbitraria está fuera de lugar». Otra de las abogadas, Melinda Taylor, reconoció que su cliente se enfrenta a la perspectiva de una detención indefinida, lo que supone una «tortura mental».