La ONU califica a Merkel de heroína por su política de acogida a los refugiados

Patricia Baelo BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

TOBIAS SCHWARZ | Afp

El representante especial de la Secretaría General de la organización acusó a otros vecinos europeos de falta de solidaridad

06 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Siempre viene bien que te tiendan la mano, sobre todo cuando en casa solo te dan palos. Eso debió pensar la canciller alemana cuando, después de estar a punto de escuchar su nombre entre los candidatos al Nobel de la Paz en 2015, recibió ayer un capote de la ONU por su política migratoria. «En mi opinión la señora Merkel es una heroína», afirmó desde Ginebra el representante especial de la Secretaría General de la ONU para las Migraciones, Peter Sutherland, que acusó a otros vecinos europeos de falta de solidaridad.

«¿Por qué un continente que tiene unos 500 millones de habitantes que viven en la parte más próspera del mundo no puede acoger a un millón de refugiados que han llegado a través del Mediterráneo sobre la base de una reubicación justa?», cuestionó Sutherland, comparando esta cifra de acogidas con la de un país como el Líbano que, con apenas 4 millones de personas, ha recibido a más de un millón de sirios. Asimismo, advirtió de la amenaza que supone para el conjunto de la UE tanto la construcción de vallas como el cierre de fronteras.

Sin embargo cada vez resulta más difícil convencer de ello a la sociedad alemana, que se siente amenazada por la política de puertas abiertas de Merkel, que trajo al país a 1,1 millones de personas el año pasado y podría traer a otros dos millones en el 2016, según cálculos de la federación de municipios.

Y mientras la dama de hierro recibe puñaladas de toda la plana política, las autoridades están desbordadas. La Oficina Federal de Migración y Refugiados (BAMF), que lleva meses en el punto de mira por su deficiente gestión, informó ayer de que aún tiene entre 670.000 y 770.000 solicitudes de asilo pendientes de tramitar. El jefe del organismo anunció que abrirá unos 20 centros rápidos en todo el país, para intentar liquidar las demandas en 48 horas, y que aumentará su personal, que pasará de 2.350 empleados a 6.300 a mediados de año.

Para colmo la crisis migratoria ha dado alas a los xenófobos como Pegida, que ha convocado para hoy marchas en varios países. Bajo el lema «crear una fortaleza europea contra la islamización de Occidente», quiere llevar su odio desde las calles de Dresde, el bastión que le vio nacer, hasta las de Varsovia, Tallin, Bratislava, Praga, Ámsterdam o Birmingham, entre otras.